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10 de nov de 20212 min.
Actualizado: 12 de nov de 2021
Por Nathalia García y Valentina Sarria // Periodismo Digital
La crisis que enfrenta la escuela Zolushka Ballet Studio desde la llegada de la pandemia la ha obligado a transformarse adaptando los espacios, las rutinas de baile y la interacción en sus instalaciones. Hoy sigue buscando la forma de sobrevivir reinventando las diversas formas de enseñanza y las prácticas de este bello arte.
Con la llegada de la pandemia a Colombia en marzo de 2020, las escuelas de ballet de Bogotá debieron cerrar sus instalaciones. Esto afectó directamente a sus alumnos, directivas y profesores, enfrentados súbitamente a la transformación de su quehacer artístico. La cuarentena, el distanciamiento social, la mascarilla y el frecuente lavado de manos, entre otras medidas obligatorias, se convirtieron en una nueva realidad para las escuelas de ballet: de ahí nacieron versiones alternativas y diferentes de ejecutar, observar y practicar movimientos y piezas.
La escuela Zolushka Ballet Studio, fundada en 1998 por Nadejda Podtchikova, María Elvira Chávez y su actual directora, Lorena de La Cruz, se ha consolidado como una de las academias de ballet más destacadas y reconocidas de Bogotá. A lo largo de su historia ha llevado a cabo diversos montajes y espectáculos en escenarios reconocidos como el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, el Teatro Colón, el Jorge Eliecer Gaitán, el William Shakespeare y el Teatro Colsubsidio.
Pero, a pesar del virus, el show debía continuar. Es por eso que el Zolushka Ballet Studio se vio en la tarea de plantear nuevas estrategias para sus bailarinas y profesores, quienes debieron desplazar su espacio de baile hasta sus hogares modificando la forma en la que acostumbraban bailar. La tecnología fue una de sus grandes aliadas, pues a través de la virtualidad se desarrollaron las clases que usualmente tomaban presencialmente; de igual manera, pudieron presenciar algunas clases magistrales dictadas por profesores y bailarines reconocidos alrededor del mundo.
A continuación, algunos de los testimonios de las bailarinas de la escuela. ¿Cómo debieron adaptar sus espacios, los objetos para la danza y sus rutinas? ¿Cómo fueron sus experiencias bailando desde sus hogares?
Con el paso de los meses, y en medio de esta nueva realidad, se fue abriendo la posibilidad de que las bailarinas y sus profesores pudiesen volver a bailar en los amplios salones de la academia, siguiendo protocolos estrictos de bioseguridad. Por esto, los espacios debieron adaptarse con medidas que, hasta entonces inusitadas, poco a poco han ido incorporando a sus rutinas.
Las bailarinas y sus docentes no han sido los únicos que han adaptado sus dinámicas. Para la directora de Zolushka Ballet Studio, Lorena de la Cruz, el manejo administrativo de la academia también se vio implicada en los cambios, pues en tanto los ingresos y salarios como el arriendo de las instalaciones debieron replantearse para continuar con el funcionamiento de la academia.
En este podcast oirá el testimonio de Lorena De La Cruz: conozca los retos más grandes respecto al manejo de la academia de ballet en medio de la emergencia sanitaria:
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