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Laura Angélica Gracia Pérez -

“Mi oficio de escribir se reduce a editar voces distorsionadas, falsificadas, ignoradas”: Alfredo Mo


El Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar fue llevado a cabo la noche del jueves 4 de noviembre de 2016. Periodistas de toda Colombia fueron premiados en 27 diferentes categorías. Héctor Rincón intervino en nombre de los jurados, Ethan Zuckerman fue el invitado especial, Hugo Mario Cárdenas, ganador del Periodista del Año, y Alfredo Molano el merecedor del Premio Vida y Obra.

En la ceremonia intervinieron Miguel Cortés Kotal, presidente del Grupo Bolívar, que resaltó la importancia del premio: “Cuando Seguros Bolívar decidió, hace 41 años, crear el Premio de Periodismo Simón Bolívar, lo hizo porque creía que era su responsabilidad ayudar a tener un país con una democracia abierta, con una circulación libre y amplia de ideas e información. Y así, en estos años, hemos buscado promover el debate público apoyando un premio en el que un jurado siempre independiente escoge los mejores trabajos, destaca a los que tienen el valor de desenterrar actos ilegales o corruptos, reconoce a quienes contribuyen con su esfuerzo diario a formar una opinión crítica, promueve una prensa responsable y digna”.

Jurados del Premio Simón Bolívar // Foto tomada por Laura Gracia

Héctor Rincón, en nombre del jurado del Premio, en su discurso visibilizó el reto que tienen los medios de comunicación de informar, en una época en la que las nuevas tecnologías abren un espacio que es usado muchas veces para confundir la opinión pública: “Las indómitas redes sociales, convertidas a veces en el medio de comunicación que para un público incauto remplazan al periodismo y pueden ser un arma usada con saña por la maledicencia. (…) para lo que sí habrán de tener tiempo los medios es para la lucha sistemática y vehemente contra las mentiras y la desinformación que se propagan como la amebiasis por esa maraña creada para ser útil pero susceptible a la infamia. Los medios tendrán que tener tiempo para cazar manipulaciones y calumnias o, al menos, para no hacerles eco y no sumarse a lo que tan clamorosamente llaman viral. Se viralizó, es la medalla que suelen recibir muchas de esas falsedades”.

Héctor Rincón // Jurado del Premio Simón Bolívar // Foto tomada por Laura Gracia

Rincón resaltó la variedad de temas presentados al Premio y concluyó su discurso expresando la esperanza que tiene en el periodismo colombiano: “Se asoma, pues, otro país en estos tiempos, reflejado por un periodismo en vías de una conciencia que lo renueve y que de verdad contribuya a dar la vuelta de tuerca que añoramos. Creo que si Colombia sale airosa de este pantano construido de egos y de irreflexión; si no se le castiga a Colombia con prolongar su calvario, hay un periodismo listo y ávido para contar un país inédito. Ojalá así sea. Ojalá no se le condene a la sociedad a volver al patíbulo y al periodismo a volver a hacer el registro cotidiano de la destrucción y de las lágrimas de viudas y de huérfanos”.

Jurados del Premio Simón Bolívar y Ethan Zuckerman // Foto tomada por Laura Gracia

El invitado especial Ethan Zuckerman, director del Centro para Medios Cívicos de MIT, habló de la crisis que enfrenta la sociedad, poniendo como ejemplo lo sucedió el pasado 2 de octubre en Colombia, luego que los resultados del plebiscito mostraran un país divido, no sólo entre el ‘Sí’ (49.8%) y el ‘No’ (50.2%) , sino entre quienes votaron (Sí y No) un 38%, y quienes no votaron, un 62%. “El grupo que ganó en el referendo no fueron los seguidores de Uribe, ni quienes querían ver a los líderes de las Farc siendo procesados. Los que ganaron las elecciones fueron el 62% que tuvo tan poca fe en el proceso democrático que no votaron”, explicó Zuckerman.

Ethan Zuckerman // Invitado especial Premio Simón Bolivar // Foto tomada por Laura Gracia

“Esto no es una crisis cívica, es una crisis de confianza, específicamente una crisis de confianza en las instituciones”, enfatizó Zuckerman, agregando que el papel de los medios es muy importante para combatir esta crisis.

Y concluyó: “Nuestro trabajo no es explicar cómo pensamos que la democracia debe funcionar, o como la democracia funcionaba. Nuestro trabajo es ayudar a la gente a entender cómo la democracia funciona, y cómo no funciona, ahora. A menudo, la gente está en su derecho de desconfiar de las instituciones -nuestro trabajo es descubrir y revelar las instituciones que están corruptas-. Pero no podemos parar allí, o dejaremos a nuestros lectores informados, pero sin poder. Tenemos que ayudar a nuestros ciudadanos -nuestros lectores- a entender como ellos pueden hacer un cambio en el mundo, en las urnas electorales, como consumidores, como emprendedores, a través del ‘social media’, a través de la tecnología. Tenemos que documentar donde están las palancas del poder en la sociedad hoy y ayudar a que la gente aprenda como moverlas”.

El Premio a Vida y Obra fue otorgado a Alfredo Molano, quien en su emotivo discurso sobre el oficio periodístico, expresó su amor por escribir y contar las historias de quienes no tienen voz, una tarea esencial en un país como Colombia:

Escribí buscando los adentros de la gente en sus afueras, en sus padecimientos, su valor, sus ilusiones. Borraba más que escribía, hurgaba, rebuscaba el acorde de las sensaciones que vivía la gente con las que yo mismo llevaba cargadas en un morral. Un río crecido, una noche oscura, un jadeo debajo del aguacero que golpea un techo de zinc, el terror de oír armas en las sombras eran caminos por donde entraba la vida que se jugaba en las selvas y por donde llegaba su soplo a mis letras.

Creo que sólo ahí, en el acecho, en el peligro, en el miedo aparecía el reclamo de justicia que yo buscaba para contarlo.

Alfredo Molano // Ganador Vida y Obra // Foto tomada por Laura Gracia

Escribir para mí es templar mis más secretas cuerdas y por eso tengo que borrar hasta traspasar la hoja, hasta encontrar el tono de la pasión por la vida y por la belleza que tiene la gente con la que me topo. La gente cuenta cuando se le oye y lo hace con una sinceridad limpia, cuenta lo pasado como si lo estuviera viviendo, en presente. Y lo hace con generosidad, con soltura, con humor, con fuerza. Chisporrotea. No es difícil oírla porque habla lo que vive. La dificultad comienza cuando el que trata de escribir no oye porque está aturdido de juicios y prejuicios, que son justamente la materia que debe ser borrada para llegar al hueso.

Mi oficio de escribir se reduce a editar voces que han sido distorsionadas, falsificadas, ignoradas(…)”.

Alfredo Molano // Ganador Vida y Obra // Foto tomada por Laura Gracia

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