La directora de La Silla Caribe, Laura Ardila, recibió el reconocimiento a periodista del año. La cartagenera ya había ganado el Simón Bolívar en el 2014 por la noticia en la que denunciaba al entonces congresista Yahir Acuña. Con esa misma pasión, empezó a investigar el poderío de Musa Besaile y Ñoño Elías en la Costa, caso que sigue en desarrollo.
El jurado destacó su labor como editora de un medio cada vez más grande y prominente en la zona. La periodista conversó con Directo Bogotá sobre su reconocimiento:
¿Siente que el premio destaca la calidad del periodismo de región?
Pienso que este premio, que generosamente me han dado, es un reconocimiento a un esfuerzo colectivo, que hacemos todos en La Silla Vacía. Esto está canalizado en la apuesta de las sillas regionales, capítulos de La Silla con equipos en terreno haciendo periodismo.
Un poco rompiendo con esa dinámica del corresponsal en región, normalmente muy mal pago, que tiene que luchar muchísimo para que le publiquen historias ‘importantes’ en Bogotá; nace esta iniciativa y la primera fue La Silla Caribe, que tengo toda la dicha de dirigir desde el 2015. Siguiendo el mismo criterio de La Silla Vacía de transparencia y rigor contamos el poder en los 8 departamentos de la región Caribe.
Por supuesto que creo que este reconocimiento que, de nuevo, premia un esfuerzo colectivo es un gran guiño al periodismo regional. Particularmente se lo dedicaría a los valientes que intentan hacer periodismo decente en las regiones del país. Yo viví 11 años en Bogotá, hice mucho periodismo acá y puedo decir que, aunque admiro muchísimo a mis colegas de acá, hacer periodismo en la capital es muchísimo más fácil.
¿Por qué es más difícil hacer periodismo de región?
Bogotá es mucho menos peligroso para hacer periodismo, está uno mucho menos vulnerable que en las regiones del país, en donde hay una cantidad de factores que entorpecen la labor del periodista que quiere hacer las cosas bien. Factores como malos sueldos o como la presión de políticos y poderosos que terminan generando censura o autocensura. Por eso, para mí es un premio al periodismo regional y lo celebro doblemente: por La Silla y por el periodismo regional
Laura Ardila con su reconocimiento de periodista del año // Fotografía de Camila Martínez
¿Cómo fue ese tránsito de hacer periodismo en Bogotá a hacerlo en región?
Yo soy costeña, entonces me fui feliz a la costa a hacer periodismo. Pero, por supuesto, me encontré con ciertas cosas que sabía y que de oída pueden parecer menos problemáticas o que uno no se las imagina tan fuertes: la vulnerabilidad en la que se vive, porque, de nuevo, uno está mucho más expuesto; además, en región vivimos en ciudades más pequeñas entonces nos encontramos todo el tiempo con las fuentes. Por otro lado, tenemos un complejo en la costa, pero puede estar pasando en otras zonas del país, y es que al ser de la región el acceso a las fuentes se hace mucho más difícil estando allá porque, por algún motivo extraño, hay poderosos que consideran que el periodista que es de Bogotá merece mayor atención.
Por todo esto, para mí han sido un ejemplo los periodistas, que son muchísimos, tratando de hacer las cosas bien en la región. Asimismo, he contado con el equipo en Bogotá y con Juanita León, que ha sido maravillosa y ha sido ella la gran hacedora de este premio.
La directora de La Silla Caribe en entrevista con Directo Bogotá
Puede seguir a Laura Ardila en Twitter @Lardila83 y a @lasillacaribe