Está claro que la crisis en Venezuela cada día empeora. El hambre y el carecer de un estilo de vida sofisticado han logrado que miles de venezolanos opten por abandonar el país en búsqueda de oportunidades. Colombia, país hermano ha acogido una gran cantidad de ‘chamos’. El paisaje y cultura venezolanas se han hecho muy comunes en ciudades como Bogotá. Sin embargo, personas como Génesis Morales pasan en ocasiones desapercibidos, o por lo menos su increíble talento lo hace. El arte y la música son algo que apasiona a muchas personas. No obstante, sin los recursos y los contactos, es una tarea difícil. Ello es un desafío que una joven venezolana de tan sólo 23 años está dispuesta a afrontar al haber dejado absolutamente todo atrás, su vida, familia, estudios y amigos.
Ella es Génesis Morales, escritora y cantante de merengue, ranchera, cumbia, balada, pop, salsa, blues, jazz, llanera, bossa nova, y entre otros. Canta una gran variedad de géneros dado que desde muy pequeña ha practicado innumerables estilos musicales con el innato deseo de ser una artista integral. Nacida en Maracaibo, Génesis emigró a tierras cafeteras a inicios de agosto de este año, como muchos, en búsqueda de nuevas oportunidades y con el objetivo de trascender internacionalmente en el proyecto musical.
Génesis decidió abandonar Venezuela pocos días antes de que se realizaran las elecciones de la constituyente el 30 de Julio. Para ese entonces su sueldo no le alcanzaba para comprar cosas esenciales como un desodorante o medicinas básicas. Sabía que la situación en su país empeoraría y decidió informar a su familia de su decisión. “No sé cómo, no sé cuándo, no sé con quién, pero no me puedo quedar aquí cruzada de brazos” dice la venezolana recordando aquel momento.
Fue entonces cuando conoció a Darwin Becerra, su actual mánager y compañero de travesía en Colombia. Recibió una llamada del entonces miembro de una emisora de radio, quien manifestó su interés en su talento. “Me dijo algo como ‘Estoy buscando a alguien que le meta ganas y quiera salir adelante. He oído de ti en la emisora y me dicen que eres la indicada’. Ahí hablamos y tomamos la decisión de abandonar Venezuela”.
Génesis estaba dispuesta a abandonarlo todo, sus padres, sus hermanos, sobrinos, su pareja y hasta sus estudios. Iba a dejar un país donde era medianamente conocida. Había entretenido con su voz ciudades en Aragua, Carabobo, Táchira, Lara, Barinas, Trujillo e incluso Caracas. Todo estaba decidido.
Tras tener varios percances por el cierre de la frontera y la falta de transporte, fue finalmente el 3 de agosto el día que llegaron a Maicao, una pequeña ciudad de La Guajira, rozando la frontera y a pocos kilómetros de Maracaibo. “Con todos los bolívares que nos llevamos hicimos como 20mil pesos. Cada pasaje a Barranquilla en bus estaba a 25mil. Nos prestaron 25mil más que todavía están pendientes en Medellín. Cantando en ese autobús logramos reunir lo suficiente para comer esa noche y llegar a la costa”.
En Barranquilla comenzaron trabajando en el Transmetro. Trabajaban todo el día con descanso de una o dos horas para almorzar. Tras una dura semana, Darwin logró que le abrieran las puertas en La Troja, un sitio reconocido musicalmente. El dueño quedó fascinado con el talento de Génesis y los invitó a cantar todos los viernes, sábados y domingo durante las siguientes tres semanas. Posteriormente pudo contar en el bar-restorán del Checo Acosta, en Tragos y Copas y en varias fiestas privadas en casas y casinos. Fue cuestión de tiempo para que pudieran volver a Venezuela y ayudar a sus familias. “Lo que acá es poco dinero, en Venezuela es mucho en este momento” dice Génesis. Además de poder ayudar a sus familias en la dura situación que atraviesan, hubo fondos para una inversión más… “Nos vinimos con las manos vacías, teníamos un peso partido a la mitad cada uno y después de todo, esto es un show, la apariencia es importante”. Debían invertir en el proyecto, comprar algo de zapatos y ropa adecuada, especialmente por la altura y el frío que les esperaría en Bogotá, su siguiente destino.
Darwin Becerra y Génesis Morales (Foto de Juan José Aparicio)
Tras volver de Venezuela, decidieron probar suerte en Bogotá. De todas formas, en Barranquilla su puesto de trabajo semanal había desaparecido. Varios venezolanos habían comenzado a robar en el Transmetro y por lo cual fueron corridos. “Por los pecadores pagamos los justos” se lamenta Génesis.
Ya en Bogotá, consiguieron un hotel en el centro de la ciudad donde albergarse. 20mil pesos la noche es el precio que deben pagar para tener un techo. “No es el mejor sitio, pero uno tiene que ir poco a poco. Escalando cada peldaño a la vez” dice Darwin, mánager de Génesis.
Entre semana se dedican a trabajar durante todo el día en los buses de TransMilenio y en algunos sitios del centro donde la cultura y el arte es bien recibida. En cuanto a los fines de semana, tocan puertas en algunos sitios nocturnos, bares y cafés. Actualmente están pendientes de 4-5 sitios donde podrían hacer shows continuamente en las noches. El pasado viernes en la noche, Génesis tuvo la oportunidad de cantar en Pa Paché, un bar de la 93, una de las zonas más reconocidas en Bogotá por su vida nocturna. Allí, los fines de semana se dan noches especiales de la vieja Ramón Antigua, uno de los bares con música en vivo más famosos de Bogotá a inicios del de la década pasada. Tras una grandiosa presentación, todo parece indicar que las invitaciones para seguir cantando en las noches de Ramón Antigua en Pa Paché le llegarán pronto. Que mejor oportunidad que esa para invitar al ciudadano bogotano a respirar un aire diferente y adentrarse en la exótica cultura venezolana. Directo Bogotá los invita a hacerlo en este momento…
Génesis asegura tener su proyecto musical en proceso. La elaboración de canciones propias es un hecho, sin embargo, aún faltan detalles para podernos deleitar con ellas.
Por otro lado, está dispuesta a afrontar el reto que le impone esta ciudad. Después de todo, para nadie es un secreto que el bogotano es difícil, es serio y exigente. Aunque Venezuela sea país hermano, existen diferencias, y para Génesis, el lograr la admiración y los aplausos del ciudadano capitalino sería un éxito. “El aplauso del público es lo que motiva a un artista, lo que lo hace vivir, crecer, evolucionar y buscar la excelencia”.
A futuro, Génesis y Darwin buscan crecer aún más y aprender paso a paso. Cali y Medellín serán sus próximos destinos a su debido tiempo, después de todo, afrontar nuevos retos no los detiene. “Dejar todo atrás y empezar de cero. ¿Quién dijo miedo? El miedo es nuestro límite y si nos dejamos limitar por él no podremos triunfar” concluye la joven artista.
Fotografías tomadas por: Juan José Aparicio