Santiago Clavijo Merino - Pablo López Gaona // Periodismo Digital
La parálisis, postergación y cancelación del deporte a nivel mundial no es un acontecimiento nuevo en la historia. Esta vez ha sido por la pandemia del coronavirus, pero pocos saben cuándo fue la primera vez que unos Juegos Olímpicos, un Grand Slams de tenis y varias carreras ciclísticas tuvieron que suspenderse por causas ajenas a la propia actividad deportiva.
GALERÍA: Imágenes tomadas de Wimedia Communs.
Este año iba a ser uno de mucho movimiento alrededor del deporte. A mitad de la temporada se iban a celebrar grandes eventos como la Copa América de fútbol en Colombia y Argentina, la Eurocopa de Naciones a disputarse en 12 ciudades distintas de Europa, y, por último, los Juegos Olímpicos de Tokio. Además, las ligas y calendarios anuales de cada disciplina seguían su curso y generaban mucha expectativa dentro de los amantes del deporte.
Sin embargo, nadie contaba con que estos eventos iban a ser suspendidos y postergados a causa de un virus, el nuevo coronavirus. En prevención de esto, los sucesos deportivos han pasado a un segundo plano y han debido de ser suspendidos para proteger todo lo que los rodea, es decir, jugadores, miles de espectadores, prensa, patrocinio y muchas personas que se involucran en la realización de un encuentro deportivo. No obstante, no es la primera vez en la que se suspende la actividad deportiva.
El primer precedente fue en 1916. La Primera Guerra Mundial se originó en 1914 y se extendió hasta finales de 1918. El deporte apenas estaba teniendo sus primeros torneos en algunos países. Por ejemplo, desde 1988 se disputa el fútbol en Inglaterra, en 1898 en Italia, en 1903 en Alemania, en 1894 en Francia y los Olímpicos de la modernidad tienen lugar a partir de 1896. Por los sucesos de la Gran Guerra, estas competiciones fueron suspendidas durante estos años, incluso la celebración de las Olimpiadas en 1916 en Berlín. El fútbol en los países mencionados volvió en 1920, así como la cita olímpica, que se celebró en Amberes (Bélgica). En otras disciplinas, como el tenis se suspendió Wimbledon (1916 y 1917) y Roland Garros (1915 y 1918); en ciclismo, se detuvo el Tour de Francia y el Giro de Italia (1915 y 1918).
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Por su parte, la Guerra Civil Española suspendió el fútbol de 1936 a 1940 y la Vuelta a España de 1936 a 1941. Después, la Segunda Guerra Mundial, desatada en 1939, detuvo el fútbol europeo. De 1939 a 1946 no se disputó la liga de fútbol inglesa; el campeonato alemán no lo hizo de 1944 a 1948 y el italiano de 1943 a 1945. Como dato no menor, la Copa Mundial de la FIFA, que comenzó su organización en 1930, canceló las ediciones de 1942 y 1946.
Otros deportes afectados por la misma guerra fueron: en ciclismo, el Tour de Francia (1940 a 1945), el Giro de Italia (1941 a 1945) y la Vuelta a España (1943 a 1945); En tenis, Wimbledon (1940 a 1944) y Roland Garros (1941 a 1945); En golf, el Masters de Augusto suspendió las temporadas de 1943 hasta 1945. Los Juegos Olímpicos se vieron de nuevo afectados en sus ediciones de 1940, en Tokio, y 1944 en Helsinki.
La cancelación y suspensión de eventos deportivos, como se ha podido demostrar hasta acá, fue causado por eventos sociales, políticos y económicos que desembocaron en enfrentamientos bélicos. Ajeno a esto, la Serie A (Italia) detuvo por un mes su temporada 1973-1974 por un brote de cólera que surgió en el sur de aquel país.
En noviembre de 2019 otro brote empezó a surgir con amenazas de esparcirse rápidamente por todo el territorio mundial. El nuevo coronavirus, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene como origen el consumo de animales silvestres, fue declarado por la misma entidad como pandemia y emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII). En consecuencia, la vida cotidiana se detuvo a nivel mundial repercutiendo por tercera vez en la historia en la suspensión de la competencia deportiva, siendo esta la primera a causa de un virus. En total, alrededor de 35 disciplinas han visto perjudicada su práctica.
Claro que en pleno siglo XXI, cuando el deporte aporta el 2,12% del PIB de la Unión Europea según cifras de la misma entidad, la economía ha sido un factor clave en esta cancelación. Tal es el impacto, que una vez el Covid-19 tenía paralizado a media Europa, el Comité Olímpico Internacional (COI) tardó en tomar una decisión al respecto de la celebración de los Juegos previstos inicialmente para julio y agosto de este año. En el caso de otros deportes, se ha intensificado la búsqueda de protocolos que den garantías para la vuelta de las competiciones profesionales, pues la financiación del deporte se ha visto fuertemente impactada de forma negativa.
En primer lugar, el evento más esperado del año, los Juegos Olímpicos de Tokio, ha sido por ende el certamen que más pérdidas económicas ha registrado hasta el momento. Según la analista económica de la London School of Economics, Rohini Malkani, las cifras en pérdidas alcanzarán alrededor de los US$6.000 millones. Para su realización se invirtieron US$23.500 millones, para la adecuación y construcción de escenarios, villa olímpica, alojamiento para prensa y aficionados. Por otra parte, el diario financiero japonés Nikkei, precisa que el postergamiento de los Juegos Olímpicos para el 2021 el comité organizativo deberá desembolsar 2.500 millones de euros adicionales. Como gran particularidad, cabe resaltar que es la segunda vez que se cancelan unas justas olímpicas con sede en la capital nipona, pues la primera vez fue en 1940 a causa de la Segunda Guerra Mundial. En reposición de ello, el COI le asignó la organización en 1964. Curiosa casualidad.
Sin dudas, la industria del fútbol es una de las principales afectadas. En concepto de taquillas, la consultora económica Deloitte registra que en todo el mundo durante la temporada 2017-2018 el ‘deporte rey’ tuvo €40.000 millones en ganancias. Según la misma firma, el fútbol europeo, es decir, el mejor y más visto del mundo, movió €28.400 millones durante los años mencionados. La empresa Mediapro experta en derechos de transmisión calcula que el fútbol europeo dejaría de percibir unos €7.000 millones si se cancelan sus respectivas ligas. La Premier League inglesa, una de las más valorizadas, perdería alrededor de €1.500 millones.
Otra competición bastante cotizada en el mercado, la NFL, según la firma MediaRadar, podría estar perdiendo cerca de US$6.000 millones en cuestiones publicitarias. La NBA, podría perder US$450 millones en taquillas y US$200 millones en otros conceptos, según la empresa statista Time Out, que también precisa que los ingresos anuales de la máxima liga de basquetbol del mundo ascienden a los US$8.000 millones.
Por otra parte, en la industria del motor, la Fórmula 1 puede llegar a perder US$602 millones si la temporada se llega a cancelar, por ahora está suspendida. Sus acciones han caído brutalmente; según Fórmula Money, la cifra ronda el 40% lo que traduce a US$2.000 millones.
Algunos deportes han corrido el calendario de sus torneos para la segunda mitad del año a la espera de la evolución de la mitigación del virus. En tenis, el US Open tiene prevista su realización entre el 24 de agosto y el 13 de septiembre, y Roland Garros del 20 de septiembre al 4 de octubre. La Unión Ciclística Internacional (UCI) movió el calendario de las tres grandes carreras, Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España, para agosto y octubre.
Por último, el fútbol está volviendo en algunos países donde el índice de contagios del Covid-19 ha bajado. En Corea del Sur y Alemania ya se reanudó la primera división. Mientras que en Colombia la Dimayor sigue buscando alternativas y protocolos para reiniciar el fútbol a puerta cerrada y en una ciudad sede.
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