En un país tan permeado por el cristianismo en sus distintas ramas, resulta extraño escuchar sobre otros credos. Sin embargo, en Bogotá, una ciudad caracterizada por la diversidad, el islam está ganando lentamente adeptos.
FOTO: Hombre con vestimenta tradicional musulmana.
Todo empezó cuando a finales del siglo XIX llegaron a Bogotá los primeros inmigrantes árabes, la mayoría de ellos venían del extinto Imperio Otomano, por lo que así fueran sirios o libaneses, la gente los llamaba turcos. También hubo otras olas migratorias producto del conflicto árabe-israelí y las guerras civiles que azotaron oriente medio en la segunda mitad del siglo XX.
A mediados del siglo pasado un gran número de árabes se estableció en Barranquilla, y en Maicao, municipio que tiene la mezquita más grande de Sudamérica. Por su parte, Bogotá fue el destino de un grupo más pequeño que después se asentó.
“En Bogotá había palestinos en el pleno centro de la ciudad, entre las carrera novena y décima con calle 11. Allí se reunían en una mosalla (sala de oración) pero lo hacían en secreto”, dice Carlos Sánchez, sheij (jefe) de la mezquita Estambul de Chapinero, y que en ese entonces era de los pocos colombianos que pertenecía al islam.
Para esa época, Colombia tenía un Estado cuya religión oficial era el catolicismo, y los musulmanes que vivían aquí, se convirtieron al cristianismo o mantuvieron sus creencias en bajo perfil. Con el artículo 19 de la Constitución del 91 los distintos credos pudieron profesar libremente su fe.
En Bogotá la principal de las comunidades islámicas es la sunita (son el 90% de los musulmanes en el mundo), y también fueron los primeros en llegar al país. Tiempo después, llegaron los chiitas y los sufíes, también musulmanes, pero con diferentes interpretaciones.
FOTO: Mujer cubriendo su cabeza con un Al-Amira.
Cada una de estas ramas tiene uno o varios sitios donde sus fieles se congregan. Algunas de ellas enseñan también sobre la cultura árabe y la religión musulmana, tanto para fieles como para curiosos.
El 10 de agosto tuvo lugar el Eid al-Adha, y Carlos me invitó a su mezquita para poder conocer a la comunidad musulmana de Bogotá (la sunita, por lo menos). Esta fiesta es celebrada por los musulmanes de todo el mundo, que junto al Ramadán, es la celebración anual más importante para el mundo islámico.
Mira más sobre otras celebraciones musulmanas en Bogotá en el siguiente enlace: Ramadán ¿Dejar de comer todo un mes?
En la celebración recuerdan cuando Abraham intentó sacrificar a su hijo Ismael como prueba de fe. Después de la celebración religiosa, los fieles se abrazaron unos a otros mientras se decían “Eid Al Mubarak”. Acto seguido, el cordero, símbolo del sacrificio al que el profeta Abraham estaba dispuesto, fue servido a todos los asistentes.
En la fila de la barbacoa, hombres y mujeres, la mayoría de ellos colombianos, repiten incansablemente la palabra hermano y hermana mientras se acercan a la parrilla. Las mujeres van primero, todas con el cabello cubierto, respetando las normas de vestimenta islámica.
Esperando en la fila con los demás hombres conocí a Mario, él es internacionalista de la Universidad Militar, y el islam llegó a su vida producto de la curiosidad que el terrorismo le causó.
FOTO: Anciano en el lugar de congregación.
“El conflicto de Medio Oriente me llamó un poco la atención, y una señora (musulmana) que se sentó junto a mí en el bus me dio la información. En el islam encontré lógica, raciocinio, el concepto espiritual y el científico que van muy de la mano”, dijo Mario entre risas. Las razones para convertirse varían de un individuo a otro, unos por curiosidad, otros porque buscaban la verdad, y algunos, dicen haberlo hecho porque fue un llamado directo de Allah.
“Un profesor nos habló del islam en el Sena y me interesé en saber del Corán. Investigué, me gustó, y el curso que iba a realizar al Sena no lo terminé. Me fui por el islam y me convertí en musulmán”, dijo Yonbaider, quien viene de Cartagena, ciudad en la que su madre le enseñó que siempre le pidiera a Dios y él intercederá. Él asegura que haber conocido el islam lo salvó de un camino errado y que le sigue pidiendo a Dios, solo que ahora lo llama Allah.
FOTO: Mujer en oración.
La celebración se acercaba a su fin y un hombre de origen sirio sentado junto a mí me contó qué significa el “Eid Al Mubarak” que tanto escuché aquella mañana. Como aquel hombre no sabía mucho español, simplificó su explicación diciendo que equivale a decir “Merry Christmas”, y que esta fiesta tiene el mismo significado para ellos que la navidad para nosotros.
La fiesta llegó a su fin al medio día, pero la comunidad seguirá congregándose, no solo los sunitas sino también chiitas, sufíes y demás variables que el islam tiene dentro de nuestra ciudad.
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