El gobierno de Donald Trump ha endurecido las sanciones contra Cuba, lo que ha significado duras penalidades para los ciudadanos de la isla. ¿Por qué tomó dicha decisión y qué medidas ejecutó? ¿cuáles son las posibles soluciones a esta crisis?
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Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca en 2017, echó para atrás las aperturas hacia Cuba realizadas por su antecesor Barack Obama, lo que ha llevado a la isla a un abismal deterioro económico. Y ante la crisis de Venezuela, los cubanos temen que se estén repitiendo las penurias que sufrieron en 1990 cuando cayó la Unión Soviética, su principal aliado. En esa época, llamada por el gobierno de Fidel Castro “periodo especial en tiempos de paz”, la situación llegó a tal punto que los cubanos sufrieron masivamente enfermedades causadas por la desnutrición. Hoy no están a ese nivel de precariedad, pero las filas de vehículos en las estaciones de gasolina y la escasez de alimentos hacen presagiar lo peor.
El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, aseveró que Raúl Castro y sus familiares son cómplices en cuanto a “socavar la democracia en Venezuela”, situación que ha desencadenado la mayor crisis humanitaria del hemisferio y, de la misma forma, los responsabiliza de la opresión del pueblo cubano. Debido a “su implicación en graves violaciones de derechos humanos”, él y sus cuatro hijos –dos de los cuales tienen cargos en la estructura de Gobierno–, no pueden ingresar a los Estados Unidos.
Ahora bien, Steven Mnuchin, Secretario del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, anunció en un comunicado que “la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) está poniendo un límite de 1.000 dólares estadounidenses por trimestre que un remitente puede enviar a un ciudadano cubano”. Además, aclaró que se prohíben las remesas a “familiares allegados a funcionarios cubanos y miembros del Partido Comunista de Cuba. (…) A través de estas enmiendas regulatorias –aclaró– el Tesoro está negando a Cuba el acceso a divisas fuertes”. Así, el Gobierno estadounidense busca frenar el “inadmisible comportamiento” del régimen cubano y apoyar al “pueblo sufrido de Cuba”.
Cabe resaltar que la administración Trump prohibió en junio del presente año los viajes de cruceros a la isla y las visitas en embarcaciones recreativas, así como en aviones privados y corporativos. De esta manera golpeó fuertemente al turismo, una de las actividades lucrativas que nutre la economía de la isla y la mantiene estable.
Adicionalmente, Estados Unidos sancionó las compañías transportadoras de petróleo subsidiado desde Venezuela hasta Cuba, lo que generó una escasez de combustible. Se teme que la situación empeore e iguale la vivida en la isla en 1990, cuando el desabastecimiento de combustible hizo colapsar las redes de transporte, hubo una fuerte escasez de alimentos y magnos apagones. Para evitarlo, el Gobierno cubano estableció medidas que priorizan las actividades primordiales y minimizan las producciones secundarias. Ahora bien, cuatro compañías fueron sancionadas (Caroil Transport Marine Ltd, con sede en Chipre; Trocana World Inc, con sede en Panamá; Tovase Development, y Bluelane Overseas S.A.) por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, las cuales trasladaban petróleo venezolano a la isla violando medidas generadas por Washington.
Paul J. Angelo, miembro de Estudios de América Latina en el Consejo de Relaciones Internacionales (CFR), expresó en un diálogo con Directo Bogotá que Venezuela es el ‘salvavidas’ del régimen de la isla. “Cuba solo produce alrededor del 35% del petróleo que consume (…) las sanciones de la administración Trump a la industria petrolera venezolana han provocado escasez en las exportaciones. (...) El Gobierno cubano ya ha respondido con recortes de energía”. A pesar de que el Gobierno de Trump espera aumentar la presión sobre Cuba al interrumpir lazos con Venezuela, las relaciones cubano-venezolanas no muestran signos de debilitamiento, aclaró.
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Pero nada indica que esas sanciones consigan el objetivo de cambiar el régimen de La Habana. En efecto, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel (sucesor de Raúl Castro) dijo que esta proviene de la “agresividad con que el Gobierno de los Estados Unidos está imponiendo medidas” para afectar económicamente al país y, además, que la circunstancia es coyuntural y que no responde a la falta de organización del Gobierno cubano. Asimismo, Díaz-Canel acusó a la Administración de Donald Trump de un “plan genocida” para oprimir “la calidad de vida y el progreso” en la isla con el propósito de generar un “estallido social”. Sin embargo, aseguró el experto Angelo “el Gobierno cubano ha resistido tormentas diplomáticas y económicas antes, y sospecho que el presidente Díaz-Canel seguirá siendo un fiel administrador de los principios de la Revolución Cubana en el futuro previsible”.
Más bien podrían tener un efecto contraproducente. El profesor de derecho de la Florida International University y experto en temas relacionados con Cuba, José Gabilondo, afirmó en un diálogo con Directo Bogotá que el país atraviesa un momento complicado y que la situación sucede inoportunamente en un periodo en que el gobierno de Díaz-Canel le apunta a cambios ambiciosos. “Desde la adopción de los Lineamientos en 2011, la isla ha hecho varios cambios para actualizar su modelo socialista a la coyuntura actual. Se acaba de aprobar una nueva Constitución que –aparte de ser un proceso bastante abierto– trae varios cambios positivos en cuanto las libertades personales. Sin embargo, la situación económica en la isla presenta verdaderos obstáculos”. Cuba se enfrenta a un enemigo feroz en el norte que mantiene un bloqueo que ya es casi universalmente declarado como demasía de poder, aseveró Gabilondo.
Según el diario ABC de España, varias encuestas realizadas a ciudadanos cubanos demostraron que las sanciones anunciadas contra el régimen tendrían poca fuerza en cuanto a provocar la reconfiguración del sistema en el país. Como aseguró Angelo, “la administración Trump no parece preparada para revocar las sanciones contra Cuba en un corto plazo. De hecho, el presidente estadounidense ha perseguido con una mayor animosidad el régimen cubano en los últimos meses”. Desde hace tiempo –afirmó Gabilondo– el gobierno de los Estados Unidos advirtió que su propósito primordial, en cuanto a Cuba, es cambiar el sistema de Gobierno. No obstante, aclaró que las sanciones afectan principalmente a la ciudadanía. Y si Estados Unidos no ha logrado mayor cosa en casi 50 años de bloqueo, nada indica que esta vez sí lo consiga.
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¿Qué soluciones podría tener el gobierno cubano?
La crisis ha generado una gran preocupación en los economistas cubanos, quienes plantean que hay falta de ingenio, planes inadecuados y carencia de reformas para enfrentar la crisis. Las fuertes medidas del gobierno norteamericano han traído también una baja en la inversión extranjera. Omar Everleny Pérez, exdirector del Centro de Estudios para la Economía Cubana (CEEC) de la Universidad de La Habana, dijo en una entrevista para la plataforma estadounidense On Cuba, que la isla carece de impulsos suficientes para afrontar las acciones externas, razón por la cual se debe enfatizar en una mayor apertura local y lograr, por ejemplo, una expansión de las pequeñas y medianas empresas de la nación. A su vez afirma que la calidad del turismo “está muy por debajo de la que se obtiene en otros países de la región” y habría que dedicar fondos a mejorar la infraestructura nacional.
De la misma forma, Pavel Vidal, catedrático de economía de la Universidad Javeriana (sede Cali, Colombia) y exfuncionario del Banco Central de Cuba, afirmó también para On Cuba que una ampliación en el sector privado podría llevar consigo la eliminación de la dualidad monetaria, calcular cuál es la competitividad, suscitar la inversión extranjera y, sobre todo, ayudar a precisar cuáles son las empresas que deben de continuar funcionando.
Sin embargo, muchos cubanos le apuestan a una solución radical. Hay una gran preocupación por la ineficiencia del modelo económico y la incapacidad gubernamental de proporcionar el bien común de toda la sociedad. Así lo estableció el economista Julio Carranza al mismo medio estadounidense, quien aclaró que Cuba está en una gran encrucijada y que la única solución tiene que ser ágil en cuestiones de reconfiguraciones y cambios de sistema, pero sin parálisis ni improvisaciones. Sin embargo, ¿qué tan fácil es derrocar un sistema político anclado en el poder desde 1959 y generar una restauración democrática? La pregunta queda abierta.
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Ahora bien, el régimen tampoco está totalmente solo. Dimitri Medvedev, primer ministro de la Federación Rusa, visitó la isla el 3 de octubre y con ello reafirmó el apoyo de Moscú a Cuba. “Con el presidente Miguel Díaz-Canel hemos reafirmado el deseo de reforzar nuestra cooperación estratégica”, dijo Medvedev en una declaración a la prensa. Rusia y Cuba impulsaron sus lazos de cooperación sistémicos y presentaron ocho acuerdos bilaterales en materia económica, tecnológica, y social que ayudarían a la isla y principalmente a su población; también a confrontar el bloqueo generado por Estados Unidos. “Miguel Díaz-Canel y yo confirmamos nuestra disposición para fortalecer la cooperación estratégica y los documentos que acaban de ser firmados lo testimonian mejor que nuestras palabras”, afirmó el político ruso.
No obstante, la economía cubana continúa en franco deterioro y Estados Unidos sigue aplicando sanciones casi a sabiendas de que tienen poca efectividad. Entre tanto, Cuba anda a la deriva mientras trata de evitar convertirse en una gran isla aislada.
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