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Mónaco rooftop: el nacimiento de la rumba en cuarentena

Por María Paula Zamudio y Juan Pablo Samudio // Periodismo Digital


Cerca del 29 % de establecimientos no renovaron su registro mercantil en 2020, de acuerdo con el informe expuesto por la Cámara de Comercio a Asobares. Sin embargo, varios inversores encontraron una oportunidad a largo plazo para apostarle a una rumba pospandemia.

Celebración de inauguración. Cortesía de Juan Camilo Sossa

La época de cuarentena ocasionó la caída de los negocios de vida nocturna en Bogotá. Algunos intentaron sobrevivir haciendo domicilios de comida rápida desde sus pequeñas cocinas, e incluso enviando trago por toda la ciudad, pero la mayoría no pudieron por la falta de público y garantías del Gobierno. Asobares, organización que reúne importantes empresarios de la rumba en Colombia, sostuvo incluso varias protestas rompiendo platos para manifestarse en contra de las medidas restrictivas de la cuarentena. Y es entendible: la peor de ellas dictaminaba el cierre total de sus negocios.

 
 

Al mismo tiempo, y más allá de la crisis, otros visionarios planearon la apertura de nuevos negocios que reemplazarían a quienes cedieron. Empezaron a construir una vez culminaron las cuarentenas estrictas y lograron ingeniarse estrategias de mercadeo para volver a antojar a las personas de la rumba citadina cuando iniciara la reactivación económica. Esta es la situación del rooftop Mónaco, planeado y concebido durante la cuarentena, cuando no se atisbaba aún la posibilidad del regreso de las rumbas capitalinas.

¿Por qué invertir en un negocio tan incierto cuyo retorno en un tiempo cercano era dudable? Esta es la pregunta que busca resolver Juan Camilo Sossa, uno de los socios inversionistas, quien inauguró este establecimiento a finales de agosto de 2021. ¿Cuáles eran las expectativas y qué tanta fe tenían los socios de este bar para que algún día reabrieran las discotecas? Escuche el siguiente podcast, en que uno de los socios resolverá todas estas dudas.

Situado a 22 pisos de altura en el Chicó (Calle 90 #16-34), el bar no solo quiso brindar una experiencia de rumba y cócteles para sus clientes, sino también una vista de 360 grados de la ciudad. La estructura del establecimiento está hecha principalmente de ventanas y no paredes, por ende el panorama de la ciudad aparece a simple vista. La fiesta es de jueves a sábado, y los domingos, un brunch all-you-can-eat de comida fusión. Eso sí: el rooftop es exclusivo para mayores de 21 años, con su ambiente para ir a tomarse algo después de salir de la oficina.


En Bogotá, la apertura de los bares y discotecas se dio a finales de julio de 2021, cuando la ocupación de camas UCI se encontraba debajo del 70 %, y algunos sectores que implicaban aglomeración pudieron reabrir sus locales. La condición era que el horario fuera hasta la 1 a. m. y demostrar la aplicación de las normas de bioseguridad. Para finales de agosto, la Alcaldía ya había decretado que la rumba se podía extender común y corriente, hasta las 3 a. m., como antes de la pandemia.


Bares reconocidos como Armando Records y Matildelina cerraron sus puertas para siempre, mientras que otros más pequeños como Rocket y Sánchez Cervecería lograron mantenerse gracias a su distribución de comida y trago. Pero es particular la situación de Mónaco: todo comenzó desde cero, cuando muchos bares quebraban y despedían a sus empleados. Teniendo en cuenta que —entre dinero, covers y comida— se facturan millones de pesos cada noche en estos lugares, a la larga este es un negocio muy rentable, sobre todo en un país tan licorero como Colombia.

 
 

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