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  • Shadia Bayter - shadia.bayter@gmail.com //

'Tapeando' por las barras de Quinta Camacho


“Irse de tapas”, como le dicen en España al plan de pasearse de restaurante en restaurante picando diferentes platos pequeños, es sin duda una tradición divertida y envidiable. Pero a pesar de que en Bogotá ya existen múltiples sectores donde se concentran restaurantes y bares de todo tipo, aún no es común el ‘tapeo’.

Directo Bogotá y El Diario del Ocioso decidieron crear una ruta por el barrio Quinta Camacho (entre calles 67 y 72, y desde la carrera Séptima hasta la Av. Caracas), para caminar deleitándose con la arquitectura de las casas de estilo europeo y con la gastronomía que se encuentra dentro de ellas.

Si la idea es ir a probar platos pequeños por muchos lugares, la barra es el mejor lugar para sentarse, ya que desde allí se puede contemplar y disfrutar el ambiente del restaurante, sin tener la presión de los meseros para ordenar muchas cosas.

Comenzamos por lo más nuevo, La Grande (Cl. 69a #10-04). Abrió sus puertas hace aproximadamente dos meses. -“Restaurante y cantina cevichera”- como lo dice su eslogan, es un lugar para comer comida de mar, por esto nos fuimos por el ceviche Bloodymary: tres shots que combinan el famoso cóctel a base de tomate, decorado con apio, con diferentes frutos del mar ($19.000). Un sabor muy exótico, perfecto para abrir el apetito y continuar con el tapeo.

Algo muy especial del restaurante son las gaseosas artesanales hechas en casa, les recomendamos la de frutos rojos, y la lista de cócteles de autor son muy interesantes, perfecto para disfrutar la música caribeña.

Restaurante La Grande - Calle 69a #10-04 / Fotografia por Shadia Bayter

Al entrar al restaurante 7 Cabras (Cl. 70 #9-92), lo primero que sorprende es la decoración, es como un jardín interno. Varios tipos de plantas en el piso y en el techo, grafitis en las paredes y diferentes clases de sillas por todo el lugar. Un restaurante-bar muy moderno, acompañado de una música un poco clásica y luz tenue. Su carta es concisa, cinco entradas variadas, pizzas, cinco platos principales y el postre. La entrada que pedimos fue el cangrejo, el cual viene desmenuzado sobre una cama de un mojo verde y pico ‘e gallo por encima ($32.000). Es de esos platos que hay que poner un poco de todo en el tenedor antes de llevarlo a la boca.

Restaurante 7 cabras - Calle 70 #9-92 / Fotografia por Shadia Bayter

Ya que el plan de ir de tapas es español, no puede faltar el restaurante Bruto (Cra10a #70-50), especializado en comida vasca, y cuyo principal atractivo es su ambiente acogedor que incluye música en vivo de jueves a sábado. Su barra es perfecta para sentarse a picar algunos clásicos como el pulpo, las orejas de cerdo, la morcilla de burgos con pimientos asados, los huevos rotos con txistorra, el arroz negro, las croquetas de calamar, las patatas bravas, o el salmorejo. Pedimos la fideuá de mariscos, que se asemeja a una paella pero con fideos en vez de arroz ($20.000) y la ensalada de sandía, queso feta y cebolla encurtida ($18.000), con unas copas de vino. Los precios del restaurante son muy decentes haciendo que la relación precio/calidad sea supremamente favorable.

Restaurante Bruto - Cra 10a #70-50 / Fotografia por Shadia Bayter

Justo al lado de Bruto se encuentra La Despensa de Rafael (Cl. 70a #9-95), en una casa esquinera antigua, la cual incluye una terraza cubierta de enredaderas y plantas que generan la sensación de estar en un jardín europeo de los años 60. Pero lo que más llama la atención del jardín es su pequeña, pero fascinante, barra de madera. Nos sentamos a disfrutar de una causa limeña de langostinos y pulpo al olivo ($26,000) y una copa de vino. Su propio creador, el reconocido chef Rafael Osterling, define el restaurante como un Bistro Contemporanéo, que cuenta con platos con ingredientes frescos, con una amplia carta de carnes, mariscos, pescados, ensaladas, sandwiches, y aves.

Restaurante La Despensa de Rafael - Calle 70a #9-95 / Fotografia por Shadia Bayter

Nuestra ruta gastronómica no podía terminar sin un buen postre, por lo que pasamos por Sir Frank (Cl. 70a #10a42). Como buen lugar de comida norte-americana, tiene unas malteadas deliciosas en un vaso mediano, así que pedimos dos, la malteada de milo y kinder bueno, y la malteada de dulce de leche ($16.000).

¡Después de comer, tomar, y disfrutar, solo restaba irnos a dormir, para soñar con nuestra próxima ruta en alguna otra zona gastronómica de Bogotá!

Otros recomendados:

-Nueve (Cl. 70a #10a-18)

-El Ciervo y el Oso (Cra. 10a #69a - 16)

-Il Mercantino (Cra. 10a #6916)

-Abasto (Cl. 69a #9-09)

- La Huerta Bar (Calle 69a #10-15 /2do. piso)

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