Más que ser el creador de Cine Tonalá en Colombia, Salomón Simhon es un director de cine que se define a sí mismo como un promotor de la cultura emergente.
Salomón Simhon// Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad
En la mitad del barrio La Merced en Bogotá, en la calle 35, justo arriba de la carrera Séptima se encuentra el lugar donde está la obra prima de Salomón Simhon: Cine Tonalá. Este lugar donde se vive cine y se respiran literatura, arquitectura y la historia de una casa de más de 80 años. El primer Cine Tonalá en Colombia, esperando la apertura de tres nuevos, en Cali, Medellín y Bogotá.
Su dueño, Salomón Simhon, es un joven director bogotano, quien ha creado desde videos musicales, publicidad, hasta su propia película ‘El Detective Marañón’. Tal como dijo una de sus empleadas, en su personalidad se ve reflejado el lugar pues ambos son tranquilos, pero dinámicos.
A Salomón lo conocí después de un cigarrillo. Dos o tres aspiradas, lo apagó y me invitó a un tinto. Nos sentamos al lado del bar. El piso de madera todavía crujía en algunas partes, la taquilla justo a la entrada exhibía las películas del día, y los cortos que se presentarían en la noche con Bogoshorts. En las paredes pintadas de negro se respiraba el cine con carteles viejos, del cielo colgaban luces redondas que hacían del ambiente más cálido, y al fondo justo al lado de la sala más grande del cine, la sala Tonalá, hay una apertura en el techo, donde en una pared de ladrillo, contrastada con una pared de un azul fuerte se lee en luces de neón amarillas “El lugar por donde el sol sale”.
Entrada a la casa // Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad
Hacia la calle, y justo al lado de la mesa que el eligió para la entrevista, se ve el bar, lleno de botellas que decoran y le dan un sentido completo a la casa. Ahí su mixologo, le trajo a Salomón un nuevo coctel de tequila, piña, fresas y mucho hielo. Luego, después de probar esta mezcla, que el mismo me pidió que tomara comenzó la entrevista.
Directo Bogotá (D.B.): Uno de sus empleados dijo que en su forma de ser relajada y en su tranquilidad se ve reflejado Cine Tonalá. ¿Qué opina de eso?
Salomón Simhon (S.S.): Pues no sé si es bueno o malo (se ríe). Yo soy un man muy desordenado y trato que Tonalá sea lo más ordenado del mundo, entonces pues no sabría qué decirle (se ríe otra vez). Pero la idea era hacer un lugar que más allá de ser bonito en su diseño, donde todos los estratos se sientan bien. Por general, la gente me pregunta cuál es el target de Tonalá y pues es muy chévere responder que no tiene target. Aquí vienen señoras, punketos, cineastas, estudiantes… como que Tonalá logró crear un lugar donde todo el mundo se siente a gusto.
D.B.: ¿Qué diferencia Tonalá de los diversos espacios de cine alternativo que hay en Bogotá?
S.S.: Se podría decir que nosotros tenemos películas que no tienen otras salas y también que es un espacio donde la gente puede salir de una película y no tiene que buscar el carro en el parqueadero e irse a dormir. Aquí se crea una conversación. Al salir de la sala, se pueden sentar a tomarse un café mientras conversan sobre la película y se encuentran cineastas, directores, productores. Si hay rumba, pueden enfiestarse, entonces se vuelve un centro cultural cinematográfico de encuentros. Suben a la librería, a la galería. Tenemos mucha oferta cultural, donde la gente se rodea de arte y eso es muy válido.
Bar // Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad
D.B.: Entonces a partir de eso, ¿no cree usted que Tonalá se vuelve un centro de discusión, en torno al cine?
S.S.: Claro, se vuelve un centro de discusión en torno al arte, a las películas que se están dando, al artista que está tocando, a los libros que leyeron, al lanzamiento de unos libros, cuando los artistas hacen las inauguraciones de sus obras.
D.B.: ¿Cómo surge entonces este espacio que une las siete artes?
S.S.: Es muy importante tener un lugar o una plataforma cultural para los artistas, cineastas, o personas que no encuentran su nicho. Aquí encuentran por ejemplo una película de terror colombiana, bandas de Noisee, películas japonesas, africanas. La idea de Tonalá comienza en Ciudad de México. Ya llevaba dos años en México, dirigiendo comerciales y publicidad, cuando conocí a Tonalá. No podía creer que existiera un lugar como ese, con diferentes propuestas emergentes, artistas que uno no conoce. Llegué a Colombia para hacer un comercial y, aunque quería, no había un lugar como ese. Me tocaba ver Spiderman o las típicas películas que traen las salas. Así nace la idea de crear Tonalá en Bogotá.
D.B.: Desde su perspectiva, ¿qué valor tienen espacios como Tonalá?
S.S.: Creo que es un abrementes porque la gente acá siempre ha ido al cine a ver lo que le dan. Acá la gente se puede salir un poco de esa línea y ver otro tipo de cosas que tal vez no las ven en otro lado. Si existen más sitios como Tonalá, obviamente la cultura y la formación de públicos crecerán. Es clave que existan más Tonalás y más sitios culturales que apoyen este estilo de arte.
Exterior de la Casa //Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad
D.B.: ¿Dónde surge la idea de combinar las distintas artes como ocurre con las fiestas temáticas como la de Trainspotting?
S.S.: La idea fue crear un centro cultural donde el corazón siempre fuera el cine, pero el cine está conformado por distintas artes y eso era lo que queríamos reflejar en el lugar con la combinación de música, gastronomía, pintura, poesía y teatro.
Restaurante // Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad
D.B.: ¿Usted siente que en la misma casa está la esencia de lo cultural o en la historia de La Merced?
S.S.: Esta casa es una casa de 1935 que obviamente ha pasado por muchas familias. Por ejemplo, aquí se hizo La 33 en un bar de salsa que había antes y creo que esa historia la siente uno al entrar a la casa. No se está entrando a cualquier lugar sino se está entrando a un lugar histórico y eso pesa, eso es parte de la experiencia.
DB: ¿Qué intensión tiene usted con el futuro de Tonalá?
S.S.: La idea es que crezca primero en Colombia, después en Latinoamérica. Estamos pensando en montar de aquí al año entrante un Tonalá en Medellín, otro en Cali y tal vez otro en Bogotá para brindarle esta experiencia cultural emergente a otros colombianos. Ojalá crezcamos a nivel latinoamericano para crear una red de cine independiente donde las películas de la región sean rentables. Si América Latina trabajara en conjunto o se hiciera una ley de cine latinoamericano, seríamos más grande que Hollywood, China y hasta que India.
Interior de la Casa // Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad
D.B.: Ya para pasar a su vida, ¿qué herramientas le ha dado dirigir en casi todos los ámbitos audiovisuales?
S.S.: Al empezar como director, uno no conoce muy bien la otra parte del negocio del cine. Uno hace la película y espera que los distribuidores hagan todo el trabajo, entonces de cierta manera he tenido un aprendizaje de la otra cara del cine, de cómo funciona ese negocio, de qué hay que hacer para que tu película se vea.
D.B.: ¿Usted siente que esos elementos lo diferencian de un director normal?
S.S.: Pues no sé si me diferencien, yo creo que la mayoría de los directores hacen bastantes cosas. No todos los cineastas hacen publicidad. Yo por ejemplo nunca he hecho televisión, no sé si me interesaría, pero creo que la mayoría de directores siempre buscan experimentar en diferentes ámbitos.
Interior de la Casa // Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad
D.B.: ¿Ha utilizado la perspectiva de director de cine en la creación de Tonalá?
S.S.: Como cineasta me preguntó dónde estará una película que haga y no sea comercial. Por eso Tonalá acepta propuestas más arriesgadas, con un estilo de cine de autor o cine arte.
D.B.: ¿Usted ha pensado en el espacio para usted?
S.S.: Claro que sí, cuando haga mi película tengo un lugar que podrá sacarla a la luz.
D.B.: Entonces, ¿qué diferencia el cine alternativo del comercial?
S.S.: Tiene una narrativa más arriesgada en el sentido que es una película que no es pensada para taquilla, sino que es una película donde el director y la historia quieren decir algo más allá del entretenimiento. Ahora, hay películas comerciales que son muy buenas, también acá hay directores que nos gustan mucho y acá les tenemos las películas también, pero lo esencial es hacer una película para el público por querer transmitir una idea o un concepto y una manera de contarlo diferente.
D.B.: ¿Eso hace que sea distinta tanto en la pre-producción, como en la realización y en la post-producción?
S.S.: Claro porque este tipo de películas independientes o de cine arte no tendrán una inversión tan grande como una película comercial. Primero porque se sabe que es un riesgo grande y segundo porque no están buscando una aceptación comercial sino un trasfondo más grande.
Exterior // Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad
D.B.: ¿Qué diferencia el cine independiente local del extranjero?
S.S.: Principalmente, en la inversión del proyecto. Una película independiente en Estados Unidos es mínimo de un millón de dólares mientras que aquí una película puede ser de 200.000 a 500.000 dólares máximo. Eso crea un estilo de producción diferente y una manera recursiva de sacar las cosas adelante.
D.B.: ¿Se podría decir entonces que el colombiano es más guerrero a la hora de producir películas independientes?
S.S.: Creo que no solo los colombianos, los cineastas independientes y de autor en general son recursivos y eso no significa que la calidad sea menor.
D.B.: ¿Qué temas se ven en las películas alternativas producidas en el país?
S.S.: Sin generalizar, las películas independientes de acá suelen hablar de temas muy colombianos que los colombianos no quieren ver. Muchas películas colombianas giran en festivales en todo el mundo, pero llegan a su lanzamiento en el país y no les va muy bien. Lo más bonito del proyecto de Tonalá es que las películas colombianas son las más taquilleras. Entonces nos damos cuenta que sí hay un público que quiere ver cine colombiano, que tal vez porque duraron una semana en una sala comercial, y no tuvieron tiempo de verla, tienen la opción acá, que duran un mes.
Interior de la Casa //Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad
D.B.: ¿Qué las diferencia de las películas comerciales producidas acá?
S.S.: Bueno, creo que es muy claro que las películas más taquilleras colombianas son las películas que manejan un humor casi novelesco, muy regional. Porque las comedias son muy del país, una película por ejemplo de Dago García no le va a funcionar muy bien en Japón. Entonces acá la gente conoce los chistes, el chiste barato, mientras que una película alternativa no se maneja en un tono tan facilista, como tan de entretenimiento.
D.B.: Entonces, ¿el cine alternativo está en un auge en el país?
S.S.: Más que un auge es que se están haciendo películas muy buenas en Colombia y en parte es gracias a la Ley de Cine que fomentó este estilo de películas. Han ganado muchos premios en el exterior y se está formando un público de gente que sí quiere ver este estilo de películas. Hay gente muy talentosa en Colombia haciendo cine.
D.B.: Pero si producir cine comercial en el país es difícil, ¿cómo se ha desarrollado este tipo de películas?
S.S.: El cine alternativo se ha logrado a través de muchas becas como la de Proimágenes y de otros países como Suiza o México. Así se lo han rebuscado.
D.B.: ¿Qué valor tiene un espacio como Bogoshorts?
S.S.: La importancia que tiene Bogoshorts para nuestro país es grandísima pues es un festival de cortos que ha crecido en una medida impresionante creo que llevan 15 años si no estoy mal. Un festival que les dé la oportunidad a cineastas jóvenes de poner sus cortos, de premiarlos, de felicitarlos, es lo que necesita un país para que el cine siga creciendo. Si te das cuenta, hace dos años Simón Mesa ganó mejor corto en Cannes y eso es un fruto de Bogoshorts que lleva nutriendo y sacando adelante cortos colombianos. No hay otro festival que dure todo el año en el mundo, el único que hay es en Bogotá y se llama Bogoshorts.
Exterior de la Casa// Cine Tonalá // Fotografía tomada por: Mateo Medina Abad