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Maria José Noriega Ramírez /

El médico de las emociones


En 2015 lanzó su libro: Cáncer: entenderlo, prevenirlo, afrontarlo. Después de pasar por urgencias, se dio cuenta de que su vida era la medicina de las emociones. Hoy, Santiago Rojas, más que un médico, es un acompañante.

Sale de su consultorio con paso pausado -talón punta, talón punta-. Una mujer que llora sale a su encuentro. Mientras a ella le escurren lágrimas a modo de cascada, él con sus brazos rodea su cuerpo. Los dos se reúnen en uno solo. La cabeza de ella tiene el espacio perfecto entre los brazos y el torso de él, como si Santiago tuviera la medida exacta, para hacer de ese abrazo, un abrazo sanador. No parecen médico y paciente, parecen dos personas unidas en la adversidad.

“Estoy seguro que en un momento de tristeza, de dificultad y de dolor, un abrazo y una palabra cariñosa son igual de terapéuticos que un medicamento”, dice Santiago Rojas, médico que trata a pacientes con cáncer desde la medicina alternativa.

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Desde muy joven quiso ser médico. No sólo porque varios miembros de su familia hubiesen estudiado medicina -sus tíos y primos son sus colegas-, sino también por una vocación que él dice que nació desde muy temprano. “De las primeras escenas que recuerdo, es cuando a los seis años estaba en una fiesta infantil y un amigo se enfermó. Yo decidí quedarme a cuidarlo. Claro, no es que hiciera nada especial, solo le ponía pañitos de agua y remedios que le mandó la mamá”, cuenta Santiago en su amplio consultorio, mientras en la sala de espera hay seis pacientes aguardando.

Sin lugar a dudas el destino de Santiago era ser médico, pero no uno convencional. Él siempre se imaginó trabajando en urgencias. Se pensaba tratando pacientes ensangrentados, críticos, apuñalados y baleados. Sin embargo, Santiago terminó siendo especialista en cuidados oncológicos paliativos. Empezó estudiando medicina en la Universidad Militar Nueva Granada y luego hizo el postgrado en la Universidad Catalana de Oncología. Su tiempo lo reparte entre las consultas médicas, la docencia, la escritura y la locución. Es profesor de postgrado de Medicinas Alternativas en la Universidad del Rosario y la Universidad Nacional y profesor de pregrado de Medicina en la Universidad Militar. Además, ha escrito varios libros dentro de los cuales están ‘La estrategia del Ave Fénix’ y ‘Cáncer: prevenirlo, entenderlo y afrontarlo’. En la próxima Feria del libro de Bogotá va a lanzar ‘La enfermedad como educador’. Como si fuera poco, tiene su propio programa de radio. ‘Sanamente’ tiene una hora de duración y se puede escuchar de lunes a viernes desde las 11 P.M., a través de Caracol Radio.

Es indudable el recorrido profesional de Santiago Rojas, pero quizás lo más valioso que tiene es haber vivido en carne propia el papel de médico y el de paciente. Siendo apenas un niño le aparecieron tumores cancerígenos en las piernas. Fue sometido a cirugías y estuvo expuesto a mucho dolor, pero en la medicina alternativa encontró una luz. “Cuando yo me enfermé por primera vez –a los 9 años- fue una aventura hasta simpática. Pero cuando empezaron a operarme, cuando me empezó el dolor, ya no era tan agradable. Cuando recaí a los 19 años viví la enfermedad con angustia, pero la medicina alternativa me centró en mi realidad”. En este sentido, a partir de su propia experiencia, Santiago termina afirmando que la medicina alternativa sí puede beneficiar al paciente con cáncer.

Santiago vivió como universitario su última decaída. En ese momento conoció a un paciente quien lo terminó por encauzar en su rumbo profesional. En medio de un leve suspiro y una sonrisa, Santiago empieza a recordar. “Cuando me enfermé la última vez, hace treinta y pico de años, estaba haciendo una pasantía en cuidados intensivos. Ahí conocí un paciente con el que hablé una hora diaria durante tres o cuatro semanas y me dijo: ‘usted tiene que irse a trabajar no con pacientes críticos que se van a morir en urgencias, sino con los que tienen enfermedades que los pueden matar’. Él fue la lucecita que me alejó del paciente de urgencias y me acercó al paciente crónico”. Hasta el día de hoy estas palabras siguen resonando en la mente de Santiago, pues de una manera u otra fueron las que lo impulsaron a convertirse en el médico que hoy en día es.

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Santiago entra a un cuarto con luz tenue –amarilla y opaca-. Dentro de este hay una cómoda silla reclinable y un mueble con un televisor pantalla plana en el que se proyecta una mandala. La figura realiza un movimiento lento. De ella brotan rayos lumínicos que generan una sensación de movimiento circular. La imagen va y viene, se contare y se expande. El movimiento de la figura sigue el ritmo continuo de la flauta que toca en el fondo, así como el sonido que provoca la tenue unión de los labios con el viento. Detrás se escucha la delicada caída del agua, que junto con el paso pausado de Santiago, forman una armonía agradable de escuchar.

La medicina alternativa se encarga no sólo de tratar la parte corporal del paciente, sino también su parte espiritual y mental. “Para mi es esencial que la relación cuerpo mente exista y que la relación entre el terapeuta y el paciente sea armoniosa y cálida. Así el paciente se siente respaldado”. Esta cercanía con el paciente no es un mero discurso, es la realidad. “Santiago me inspira confianza, respeto y cariño. Tanto que yo salgo de mis quimioterapias y voy a su consultorio por mi abrazo sanador”, dice Claudia Patricia Beltrán, una de sus pacientes.

Con un movimiento pendular de sus manos -izquierda derecha, derecha izquierda- Santiago mueve los poliedros sobre el paciente. Cierra los ojos. “No pienso, sólo siento. Lo que hago es mover la energía. Yo intento conectarme con la sensación de la otra persona y ponerla en orden”. Catalizando la energía positiva y aislando la energía negativa, Santiago busca restablecer el equilibrio de la persona y tratar las múltiples emociones que puede sentir. Según Santiago, el paciente puede experimentar miedo, depresión y angustia, por lo que es esencial trabajar sobre estas emociones para que el paciente pueda sobrellevar la carga de la quimioterapia y/o radioterapia.

Médico Santiago Rojas // Tomada por: Maria José Noriega

Según Beatriz Serna, especialista en medicina bioreguladora de sistemas y terapias alternativas, la medicina alternativa se interesa por encontrar la causa emocional de la enfermedad. “Hipócrates decía: el primer médico es el paciente, el segundo es Dios y el último del equipo es el médico. Si el paciente no tiene la disposición para la sanación, esta no se va a lograr”. Si bien el médico tradicional busca acabar con la enfermedad, Santiago Rojas busca rescatar a la persona. Si el oncólogo busca matar al cáncer, Santiago busca revivir espiritualmente al paciente, que sumido en el dolor y la angustia, muy fácilmente puede desfallecer. “Para mí no hay enfermedades incurables sino pacientes incurables”, dice Santiago tajantemente.

Puede que para algunas personas sea difícil entender que una enfermedad tan agresiva como el cáncer pueda explicarse desde las emociones del paciente. Muchos se pueden mostrar escépticos frente a esta cuestión, pero Claudia Patricia da fe de que sí existe una relación entre estos dos factores. Con sus manos entrelazadas sobre el pecho y una mirada cristalina, Claudia Patricia recuerda aquello que Santiago le dijo una vez: “tú necesitas volverte a amar a ti misma porque hasta que tu no lo hagas, tú no te vas a curar”. Luego agrega: “Santiago me ayudó a ver que la causa de mi enfermedad, era en últimas, falta de amor propio. Por eso me recetó una vez goticas de amor”.

La importancia que tiene el manejo de las emociones en el desarrollo del cáncer ha sido reconocida por médicos tradicionales. Andrés Muñoz, cirujano oncólogo gastrointestinal, no duda en afirmar que “para enfrentar la enfermedad, soportar los tratamientos y finalmente salir adelante, el equilibrio emocional es fundamental”. Él termina diciendo que la medicina alternativa es una de las múltiples disciplinas médicas que, en conjunto con las demás, beneficia al paciente en su lucha contra el cáncer. El mismo Santiago plantea que la mejor opción para el paciente está en la medicina integrativa. En el libro ‘Cáncer: prevenirlo, entenderlo y afrontarlo’, Santiago afirma que “existe un concepto novedoso que combina los medios de la medicina convencional con los de la medicina alternativa para lograr mayor eficacia en los tratamientos (…) es una tendencia que se populariza cada vez más, pues se ha observado que mejora la calidad de vida y da una mayor sensación de confianza y respaldo al paciente”.

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Es la 1:20 P.M. de un martes de abril. Santiago se alista para ir a Caracol Radio. Mientras llega el Uber, él le responde a sus pacientes, habla con la productora de Sanamente, da indicaciones sobre los últimos detalles de su nuevo libro y comenta conmigo sobre su faceta como escritor.

-Leí tu libro: ‘Cáncer: prevenirlo, entenderlo y afrontarlo’.

-¿Sí?, ¿y lo entendiste?

-Claro. Se lee fácil y rápido. Tiene consejos muy prácticos.

-Y no sólo está dirigido a la gente enferma. También lo escribí con el propósito de que las personas sepan que el cáncer es una enfermedad que nosotros mismos podemos evitar.

‘Cáncer: prevenirlo, entenderlo y afrontarlo’ es una guía médica que resume treinta años de experiencia profesional de Santiago Rojas. Es útil tanto para el paciente como para la persona que lo acompaña. Escrito en un lenguaje sencillo, sin tanto tecnicismo, es una recopilación de consejos prácticos en la que Santiago trata de acercarse al lector, así como lo hace con sus pacientes. “Esta obra no está terminada. La seguirás escribiendo tú con tu propia experiencia de vida. Te invito a que me acompañes en este viaje y a que rescates tu médico interior para prevenir el cáncer o para reforzar el trabajo del equipo humano y científico que se ocupa de cuidar tu salud, si acaso ya presentas la enfermedad”, dice Santiago en la introducción.

En el libro, así como en la enfermedad, el paciente es protagonista. Al modo de ver de Santiago, el tratamiento y la enfermedad son sólo una parte de todo el proceso. Del paciente depende el resto. “Todo lo que haga el paciente en procura de su bienestar influye de manera directa en el desenlace favorable del proceso de curación”. He aquí la importancia del manejo de las emociones. Por esta razón, en medio del tráfico de Bogotá, Santiago comenta que “las emociones tienen resultados biológicamente medibles. Estas son respuestas naturales adaptativas, que si duran más tiempo del que deben, ya no son saludables. Por ejemplo, cuando uno está triste el sistema inmune no funciona debidamente. Se llama depresión con

una inmunodepresión. Pero si uno está contento se produce una respuesta adaptativa adecuada”.

-Frente al estado emocional, ¿cómo reacciona el cuerpo?

-El cuerpo produce lo que yo pienso y siento en transmisores biológicos. La dopamina tiene que ver con el placer, la serotonina con el estado de ánimo, el cortisol con el estrés, la hipocretina con el bienestar y la feniletilamina con el amor. Las emociones pueden activar o bloquear el sistema inmune. Del manejo de estas depende que el cuerpo del paciente produzca sustancias que faciliten o no su recuperación- Mencionó.

Frente a la importancia que tienen las emociones en el paciente, se entiende el por qué de la cercanía de Santiago con ellos. Diana Uribe, mamá de una de sus pacientes, recuerda que Santiago fue a visitar a Ángela María a la clínica después de haber sido sometida a una cirugía. “Ella estaba muy bajita de ánimo y no estaba comiendo nada. Santiago le supo llegar por medio de la magia. Después, cada vez que íbamos a consulta, él le decía: ‘tráeme tu kit de magia y hacemos magia los dos’”.

Ángela María no es un caso aislado. Santiago trata de entablar una relación cercana con sus pacientes. Su rol no es sólo el de médico, sino también el de un compañero, el de un amigo. “Durante treinta años he acompañado a pacientes con cáncer todos los días (…) muchas veces he asistido a sus cirugías y procedimientos terapéuticos, y otras los he ido a visitar a su propio hogar. He celebrado con ellos sus cumpleaños y he compartido varios de sus eventos especiales. Juntos, hemos reído, llorado, crecido, sufrido y disfrutado las diferentes situaciones que se les han presentado durante su experiencia con el cangrejo (el cáncer)”, cuenta Santiago en su libro. El vínculo entre Santiago y el paciente puede llegar a ser tan estrecho, que Santiago se convierte en una figura muy importante en la vida de este, pues pasa a formar parte hasta de su círculo más cercano. En este sentido, se podría decir que así como aquel paciente de cuidados intensivos marcó un antes y un después en la vida de Santiago, él ha venido haciendo lo mismo con sus pacientes. Él termina siendo fuente de esperanza, paz y cariño para ellos.

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