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Redacción: Natalia Palacio -

Hip-Hop, arte y paz: La Familia Ayara sigue pisando fuerte


La Familia Ayara es una organización juvenil nacida hace aproximadamente 20 años en la ciudad de Bogotá; desde entonces, estos jóvenes han explorado el movimiento Hip-Hop y han trabajado desde allí, desde su fuerte compromiso social y su amplio campo artístico para crear diálogo y reflexión con las nuevas generaciones. Inspirados en la marcada influencia de la cultura Hip-Hop de los años 90 en Nueva York, hoy en día, Ayara se dedica a la realización y gestión de eventos y actividades con el fin de promover cultura y paz, logrando así posicionarse como el espacio del Hip-Hop por excelencia en la capital del país, un espacio que ofrece libertad, expresión, arte y activismo político, social y cultural desde y para las juventudes.

Fotografía: Cortesía de Familia Ayara

Durante más de 15 años esta organización se ha encargado de ofrecer talleres artísticos gratuitos para todo tipo de público, desde niños hasta adultos, pues, sin importar el estrato social, la raza, el género o alguna otra etiqueta que pueda llegar a marcar “diferencia”, el arte debe ser para todos, por lo tanto Ayara ha apuntado a brindar oportunidades de aprendizaje y expresión artística de fácil acceso para trabajar en colectivo, para romper barreras, entablar diálogos, promover reflexión y ayudar a construir un mejor país, un país que ame más el arte, que entienda más el Hip-Hop y que acepte cada vez más la diferencia.

Ayara se especializa entonces en promover el arte a través del Hip-Hop y la paz a través del arte; dentro de sus cursos existen clases de DanceHall, BrakDance, Grafiti y Rap; en cada una de estas clases, los estudiantes encuentran lo necesario para aprender a desarrollar sus talentos dentro del mundo del Hip-Hop y expresar con libertad, ya sea por medio de un tipo de danza, o por una lírica bien rimada, lo que viven, lo que piensan y lo que anhelan. Lo realmente importante de todo esto es que cada persona que asiste lo hace por voluntad propia, las clases se llenan, no de alumnos aburridos, sino de voluntarios que hacen del Hip-Hop una forma de vida.

Actualmente, Ayara está conformada por un equipo de trabajo aproximadamente de 50 personas, sin contar voluntarios y practicantes; su expansión es evidente y con la inauguración de un nuevo espacio, encuentran mayor comodidad y también una oportunidad de abrir puertas a la realización de muchos proyectos a corto y largo plazo. César Aguilar, Director del área de comunicaciones, nos contó un poco acerca de un interesante y novedoso proyecto que consiste en llevar los talleres de forma gratuita y con espacios propios a diferentes barrios para acercar y posibilitar la asistencia de los jóvenes, “vamos a empezar por Suba, Usme y Las Cruces”, afirma. Además, la presencia del Hip-Hop, a través de esta organización juvenil artística ha sido cada vez más evidente en otras ciudades y en algunos municipios, “la idea es llevar este mensaje y lo que hacemos por todo el país, queremos abrir sedes en otras ciudades”, dice.

Kriska, gestor cultural de la Familia Ayara nos presentó y familiarizó con las nuevas oficinas y espacios en los que, desde hace aproximadamente un mes, funciona la organización. Hicimos un recorrido por las instalaciones de la sede ubicada en Chapinero, en la carrera 7ma con calle 50 en un edificio de fachada llamativa, azul con acabados rojos y en toda la mitad a eso del segundo nivel un letrero distintivo en verde limón y amarillo que dice: Ayara.

El lanzamiento oficial del nuevo espacio tuvo lugar el pasado 23 de julio en una cancha de fútbol 5 que queda al lado del edificio. “Fue un día para celebrar en familia”, afirma Kriska; se realizaron diferentes actividades desde el mediodía hasta entrada la noche, entre ellas batallas de gallos, partiditos de fútbol 5, espacios de freestyle y conciertos. Fue así como entre la gente, el equipo de trabajo, el hip-hop, la comida y el arte se dio la bienvenida al nuevo espacio de esta gran familia.

Son cinco pisos dedicados al arte, un edificio lleno de mentes que trabajan en pro de las juventudes, la paz y, por supuesto, el Hip-Hop. Comenzamos el tour y Kriska explica: “Lo bueno de esta sede es que todo está muy organizado y sectorizado, cada piso tiene su función y así todo se articula mejor, es más fácil el manejo de todo”.

En el primer piso solo hay un garaje, pero en las paredes se aprecian fotos de memorables eventos y destacados artistas. En el segundo nivel se encuentra el Centro Cultural, espacio destinado a la realización de talleres y a la atención al público, pues se brinda todo tipo de información y orientación con respecto a cursos, eventos programados, actividades y demás. En el tercer piso se encuentran las oficinas de la Dirección y administración de proyectos, lugar desde donde se coordinan y se gestionan todos los proyectos que involucran a la familia y, en muchos casos, a otras empresas y organizaciones con las que trabaja de la mano. El cuarto nivel está destinado el espacio de Comunicaciones en donde trabaja el equipo creativo encargado del manejo de imagen y de redes, es decir, de todo lo que le llega a la gente. En el quinto piso funciona la sede administrativa de un nuevo proyecto que próximamente conoceremos en detalle.

Con esta nueva sede, en el corazón de uno de los barrios más concurridos por los jóvenes, mantiene la esperanza de que el Hip-Hop como movimiento y cultura logre permear nuevos espacios, llegar a más gente y expandirse cada vez más.

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