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Carlos Eduardo Díaz Rincón -

'La basura no existe, es materia prima': vocalista de Latin Latas


Andrea Defrancisco, creadora del grupo Latin Latas, habló con Directo Bogotá acerca de su vida, sus proyectos musicales y su lucha por proteger el medio ambiente.

Andrea Defrancisco es una música preocupada por el medio ambiente y los derechos humanos. Todos sus instrumentos son hechos a base de materiales reciclados // Foto por: Carlos Eduardo Díaz Rincón.

Su casa está construida en bahareque, una técnica muisca a base de barro. Todo lo que hay en su interior es hecho con materiales reciclados. Hay sofás con estibas, lámparas hechas de botellas y una biblioteca creada con huacales de frutas. El baño resalta por su estantería, que fue hecha con una maleta azul que se encontró un día por la calle.

Cuando abre la maleta puede observarse a sí misma porque pegó un espejo en ella y le puso dos bombillos antiguos. La estantería también cuenta con una repisa que le sirve de gabinete. Los lavamanos, los vidrios y los lavaplatos los recicló de una demolición que hizo una de sus familiares. Por último, los pisos fueron recuperados de la construcción del edifico más grande de Colombia, el BD Bacatá.

En el 2011, Andrea Defrancisco fundó el grupo musical Latin Latas, reconocido por su responsabilidad con el medio ambiente y con las problemáticas sociales. Decepcionada de la academia, no terminó sus estudios universitarios y emprendió su camino como música empírica. Desde que se creó el proyecto, han ido y venido muchas personas, y ella es la única que se ha mantenido firme con su meta de formar a los jóvenes a través de expresiones culturales. En pocas semanas empezará su labor como directora de la primera cabina de radio con materiales reciclados en Colombia, Voluta Radial, que operará en la Casa Cultural Latin Latas.

La casa de Defrancisco tiene una muy buena estética, tanto así que ha sido utilizada para grabar programas de televisión // Fotos cortesía de Latin Latas.

¿Cuándo surge su pasión por la música?

Desde que nací. Yo creo que lo primero que hice en mi vida fue conectarme con la música porque a mi mamá le gustaba mucho. Mientras todos los niños veían televisión yo siempre estaba sentada en el equipo de sonido y lo primero que aprendí a hacer fue poner casetes.

Cuando nació Latin Latas usted trabajaba en Ideamérica realizando talleres musicales para niños en Ciudad Bolívar, ¿cómo fue su experiencia allí?

Fue una experiencia muy linda y dura a la vez, porque la realidad que viven las personas en esta ciudad y en este país es muy complicada. Uno no alcanza a imaginarse el nivel de pobreza absoluta en el que vive la gente; en calidad de educación, en calidad de vida, en la alimentación y en cultura. Fue una oportunidad fuerte, pero siempre de lo más feo surge lo más bonito. Cuando yo trabajaba ahí no había instrumentos musicales ni dinero para adquirirlos, entonces fue cuando empecé a trabajar con basura porque había muchos desechos en el espacio.

¿Cómo se origina la idea de Latin Latas?, ¿cómo se empezó a desarrollar?

La idea de hacer música con reciclaje es un movimiento cultural mundial. Esto comenzó con el proceso de Ciudad Bolívar, en el cual realizaba Stomp (hacer música con cualquier cosa).

Luego encontré a un grupo de personas que estaba haciendo instrumentos musicales más avanzados, y en internet empecé a ver a gente que estaba explorando el tema. Sin embargo, yo creo que lo que hace que todo esto nazca es el empuje. Yo conozco a muchas personas que hacen cosas increíbles, pero del dicho al hecho hay mucho trecho.

¿Y con qué materiales crea los instrumentos?, ¿cómo les llama?

Los materiales son casi todos, pero lógicamente tratamos de hacer mucho uso de las latas. Hay plástico, madera, chatarra, botellas, partes de bicicletas, residuos electrónicos, entre muchos otros. Los nombres son algo muy interesante porque en este movimiento siempre se les ha dado una denominación chistosa o representativa a los instrumentos. Por ejemplo, tenemos una guitarra que está elaborada con el espaldar de una silla, entonces le pusimos “la sillatarra”.

Estrato Trasher II (guitarra), Telepad (controlador de botones), Hoponoponófono (ukelele), Secáfono (micrófono) Maracón (bola de navidad) // Foto cortesía de Latin Latas.

¿Se necesita un conocimiento más allá de la música para elaborar instrumentos?

Claro. El proyecto tiene mucha influencia de otras personas, tanto virtualmente como presencialmente, y hay instrumentos que son elaborados por otros luthiers (constructores de instrumentos), con quienes estuvimos a lo largo del proceso.

“No quiero ser prototipo de ningún tipo. No quiero ser un robot. No quiero ser parte de este circo. No quiero ser manipulación”, ¿que significa esta frase para usted?

(Risas) Esa es una frase de mi canción 'Sé'. Para mí quiere decir autoconocimiento. El autoconocimiento permite saber quién soy, y permite a los demás ser sin juzgar. Eso es lo que necesita el planeta, dejar de encasillarnos y dejar de pensar que solo existe una manera de ver el mundo.

¿Qué importancia y significado tiene el reciclaje y el medio ambiente en su obra?

Lo que yo quiero hacer es darle un nuevo significado al concepto de basura. Para mí la basura no existe, es materia prima. Se convierte en basura cuando tenemos un pensamiento contaminado que no nos permite conectarnos con la vida y entender que todo viene de un lugar y tiene que terminar en algún sitio. Ya sabemos que estamos mal pero, ¿cómo podemos actuar para solucionar eso?

Hace algunos días, científicos alemanes enviaron una alerta al mundo, debido a que se prevé que en 2017 aumente en un dos por ciento la emisión de CO2 (en concreto, 41 mil millones de toneladas). ¿Qué pueden hacer los colombianos para apropiarse de la problemática y mitigar el efecto del cambio climático?

Lo primero que hay que hacer es reducir o eliminar el consumo de carnes rojas, ya que lo que más está contaminando al mundo es la ganadería excesiva. En segundo lugar, hay que dejar de usar tanto el carro y tomar conciencia de lo que este genera en el medio ambiente. Y por último, hay que dejar de comprarles a las empresas contaminantes. Nosotros los hacemos vivir o morir, y de eso depende nuestro consumo responsable.

¿Qué proyectos tiene Latin Latas a futuro?

Le estamos metiendo la ficha a la casa cultural y a la corporación Latin Latas (que se oficializó hace poco, tras años de firmar todo con mi nombre). En un futuro cercano, queremos tener un espacio cultural para estratos medios, ya que los más bajos tienen ofertas gratuitas y arriba la gente tiene todos los recursos. Los del medio siempre tenemos que patalear y quedamos en un limbo en el que la oferta cultural no existe. Actualmente estamos siendo apoyados por la empresa Prabyc Ingenieros y el próximo año estaremos afiliados a la Fundación Gratitud de Fonseca.

Eso va a significar una ayuda grandísima, ¿no?

Nunca nos había pasado algo así. Esto siempre ha sido autogestión con las uñas. Están pasando cosas bonitas y es por eso que decidimos crear la corporación, porque nuestro objetivo más grande es formar jóvenes de los barrios. Está viniendo un primer grupo de muchachos, a quienes voy a formar como luthiers (al igual que yo), para que puedan cubrir los eventos que surjan con Latin Latas.

Va a dirigir Voluta Radial en poco tiempo. ¿Cuáles son sus particularidades y qué contenidos va a tener?

Voluta Radial es una emisora que ya existe en México y busca hablar de temas ambientales, sociales y culturales, pero con temas innovadores. Cuando los creadores vinieron a Bogotá, nos donaron la filial para poder abrirla acá. Como yo tenía la casa cultural, se me ocurrió realizar la cabina aquí y fabricarla con materiales reciclados. Vamos a tener un programa con los obreros de Prabyc acerca de construcción sostenible, uno animalista, dos de hip hop y uno de permacultura (cambios para generar sostenibilidad).

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