Se oyen gritos: miles de personas están eufóricas. Apoyan los fuertes mensajes que pone la agrupación Bomba Estéreo en sus pantallas al inicio de su presentación en el Festival Estéreo Picnic. “No a la deforestación”, “No al fracking”, “No a la minería”, “No al daño al medio ambiente”. Mensajes que claramente buscan generar en el público una sensación de inconformidad y una toma de conciencia. Todos gritan culpando al Gobierno, orgullosos de su defensa del medio ambiente.
Foto tomada de shock.com
A Bomba Estéreo le creo. No por nada son la cara, junto con Systema Solar, de la Gran Alianza contra la Deforestación, iniciativa de la revista Semana y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Pero a todos los que gritaron, no. Claro que estoy en contra del fracking por el daño medioambiental gigante que ocasiona. Pero sería muy hipócrita de mi parte juzgar a quienes dañan el medio ambiente, como si yo nunca hubiera botado un papel o una colilla de cigarrillo al piso.
Es por eso que no les creo. Porque eran los que gritaban apoyando los mensajes de Bomba Estéreo, los mismos que en el mismo lugar se acababan una botella de agua (de plástico, además) y la botaban al piso. Los mismos que gritaban en señal de protesta son los que —probablemente— ni siquiera salen a votar. Y es que todos esperan que alguien haga la labor, pero pocos asumen responsabilidad por esos actos.
En ese momento, indignada con la hipocresía de la gente, oí gritar a mi mejor amiga. Ella era una hipócrita más. Me decía: “Tenaz eso de Ecopetrol, ¿no? ¿Qué le pasa al mundo?”. Como si fuera culpa de alguien más; como si la producción de ropa que tanto le gusta comprar —porque es obsesionada por la ropa— no fuera un factor esencial en el daño medio ambiental.
Tal vez no se daba cuenta de que mientras grita está vestida de pies a cabeza con ropa de SheIn, una marca que fabrica la ropa en China. Tal vez no se da cuenta de que esa ropa, además de venir de maquilas donde los empleados trabajan en pésimas condiciones, con un salario de menos de un dólar la hora y más de 65 horas de trabajo semanales, es también una de las razones por las que China tiene 5 de las 10 las ciudades más contaminadas en el mundo, según un informe de la Administración para la Protección Medioambiental del Estado (SEPA). Tal vez no se da cuenta de que la producción al por mayor de esa ropa causa la mayor contaminación ambiental, debido a la cantidad de carbón que utilizan las fábricas para generar energía.
No estoy diciendo que solo compren ropa producida de forma orgánica, porque yo compro de esa ropa fabricada en China. Pero hay que dejar la hipocresía ambiental, dejar de echarle la culpa a los demás por el daño que nosotros mismos le hacemos a nuestro planeta.
Por eso a Bomba Estéreo le creo. A los demás, no.