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Angie Gómez Menjura - angie-gomez@javeriana.edu.co

El multipartidismo nos jodió la vida


De la serie 'La Generación de la Polarización', estas columnas ofrecen una perspectiva ampliada y renovada sobre lo que significa la política colombiana para los jóvenes. ¿Qué ha significado para usted (nuestros catorce columnistas están entre los 20 y los 25 años) crecer en este ambiente de polarización?. Estas son las respuestas de futuros periodistas, que apuestan por mostrar la realidad de estar divididos desde la opinión. Los retratos que acompañan estas columnas fueron tomados por Juliana Abdala de la clase de Fotoperiodismo.

Cuando era pequeña vivía con mis abuelos en el barrio San Vicente en Bogotá. Mis primeras memorias se remontan a cuando, por las noticias de televisión, veía al último presidente del Partido Conservador, Andrés Pastrana Arango, sentado con “El Mono Jojoy” en la zona de distensión de San Vicente del Caguán. Entonces lloraba y lloraba durante horas para que mi abuelita o mis tíos me llevaran a verlos, porque creía que estaban en mi barrio.

La similitud entre los nombres de mi barrio y el municipio de la zona de distensión despertó en mí, con tan solo tres años de edad, una curiosidad por la política y los eventos del orden público. Mi bisabuelo era tan conservador que, cuenta mi mamá, llegaba borracho los domingos del pueblo y mataba los gallos de la finca solo para verle correr la sangre, tal era el odio que sentía por los cachiporros que a veces no tenían gallos para montar a las gallinas.

De esa historia me acordé años después en mi primera clase de Reformas del Estado, donde el profesor trataba de explicarnos las ventajas comparativas que tenían los sistemas multipartidistas y cómo estos habían logrado acabar con la polarización en la era de La Violencia. Claro, con sus contras y todo, como la corrupción y el transfugismo de parapolíticos, para él la violencia nunca volvería a tener los niveles de escalada que habían permitido los partidos tradicionales.

Hoy veo una violencia distinta, que trae consigo más allá de la identificación y la politización de las relaciones humanas, un apego por líderes en cabeza propia, una apuesta ciudadana que apuesta por los líderes neo-populistas en vez de crear instituciones fuertes y donde los partidos se pueden intercambiar y crear al afán del orador de turno.

Ese es el escenario de la nueva polarización. Una polarización que exacerba la violencia entre familiares incluso, y en la que las redes sociales y las mentiras juegan un papel fundamental para crear odio. Así está la torta nueva en el congreso con más de 10 partidos que no cuentan mucho de la multiculturalidad de este país, pero sí de los escándalos y las divisiones de los últimos 20 años. Yo tengo 22 años y extraño el bipartidismo porque confío en que crea instituciones más fuertes y devela las verdaderas caras de la moneda. Para mí, el multipartidismo, nos jodió la vida.

Vea nuestra serie completa de 'La Generación de la Polarización' aquí.


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