Te veo Mateo, una adaptación dirigida por Juan Manuel Paz, de la obra el Lisiado Feliz, escrita por Martha Márquez, trata temas como el matoneo, la sexualidad, la drogadicción y otras problemáticas presentes en los colegios. Mediante este arte y con el uso de la psicología, buscan concientizar y disminuir estos fenómenos en nuestro país.
Cortesía Fotografía tomada por Teatro Coco Rayado
Te veo Mateo es una muestra teatral, que más que artística, se convirtió en un proyecto pedagógico que busca concientizar y animar a las instituciones educativas (directivas, maestros, alumnos y acudientes) sobre todas las prácticas que, vivenciadas o practicadas, puedan afectar a los estudiantes en los colegios.
Este proyecto que se lleva en sociedad con la compañía de psicólogos Growing, se presentará este año en instituciones educativas de lugares como Funza, Pasto y Putumayo. Sin embargo, cabe aclarar que el objetivo del grupo es llevar la obra a la mayoría de sectores educativos colegiales en el país y así dar un aporte mediante el arte a solucionar esta problemática tan grave en el país que incluso hemos normalizado.
La historia se desarrolla en un colegio donde Esteban (Diego León García) y Tatiana (Viany Mora y Alisson Guerra) controlan el negocio del micro tráfico y maltratan física y psicológicamente a quienes no actúan o hacen lo que ellos quieren. Mateo (Miguel Ángel Perilla), un joven que padece el síndrome de Asperger, enfermedad que lo hace desarrollar una pasión indescriptible por los aviones, es sumamente aplicado y ordenado, y a razón de todo lo anterior es maltratado. Al observar esta situación, María José (Jeenyfer Jiménez), quien ha vivido una vida bastante difícil, defiende a Mateo y busca implementar políticas escolares que ataquen el matoneo.
Viany Mora, quien en la obra representa a Tatiana, y quien ha actuado en varias obras infantiles, musicales, series de televisión y una película que se estrena el próximo año, afirma que esta obra aborda claramente grandes problemáticas en nuestro país y hace una crítica a la ausencia de los padres en la formación de los niños y la ausencia de controles dentro y fuera de las instituciones; donde pese a que existen personas que se empoderan y tratan de atacar estos problemas (como podrán ver en la obra), los victimarios se encargan de silenciar a los demás implantando el miedo.
Juan Manuel Paz, actor egresado de la universidad del valle y director de 22 obras (muchas de ellas premiadas), entre las que se encuentra Te Veo Mateo, narra que sus labores siempre han estado enfocadas en el sector educativo y que precisamente esto, lo impulsó a crear este proyecto. Juan Manuel nos cuenta que, en torno a su trabajo en una corporación Social y educativa llamada WALDORF en Ciudad Bolívar, Bogotá, en donde y con quienes, realizó una de sus obras más destacadas llamada De dónde vengo yo, que incluso se llevó a cinco ciudades fuera del país, y a razón de su trabajo en una institución educativa privada al norte de la capital, llamada Gimnasio de los Robles, tuvo la oportunidad de conocer distintas historias de estudiantes en donde, si bien existían varias diferencias contextuales como el tipo de drogas que consumen, su forma de expresarse o las situaciones de vida tanto propias, como las de sus padres, la falta de amor de muchos chicos y la falta de amor y de compañía por parte de sus padres era común en ambos lugares. “Fueron tantas las historias que escuché que de allí surgen el monologo de María José y el monologo de Tatiana en la obra”, afirma el director.
Debido a que el Gimnasio de los Robles se destaca por trabajar con muchos chicos con dificultades cognitivas, Juan Manuel conoce a un estudiante que padece Asperger, con quien afirma asombrado, mantiene largas conversaciones admirando sus amplios conocimientos sobre cine, literatura, teatro y en especial sobre la aviación. El director afirma que fue allí donde encontró su inspiración para el papel de Mateo, pues por todo lo anterior este chico sufrió distintos maltratos. Así mismo afirma que, debido a que, por alguna razón maravillosa de las artes, se le contara estas historias que los estudiantes no se atrevían a contar con sus psicólogos personales; junto al hecho de vivir el matoneo de cerca, en la medida en que su hermano tuvo que estudiar en muchos colegios tras no soportar el matoneo que recibía por parte de sus compañeros; e inspirado en que gracias al apoyo de su familia, su hermano es ahora una de las voces líderes en la locución deportiva de RCN Pasto, se vio impulsado a proponer esta obra que siempre tuvo como base la psicología, para dejar clara la importancia del amor y en especial de la familia.
Viany nos cuenta que, durante la obra, los estudiantes se sienten identificados con los personajes y al finalizar esta, con la intervención del grupo de psicólogos liderado por Marianella Manrique Arévalo, se logra dejar un mensaje claro y en muchas ocasiones, se consigue llevar un acompañamiento personalizado de los casos confesados. Ella cree firmemente en el proyecto, pues afirma que en conjunto (la obra de teatro y el acompañamiento psicológico) dan muy buenos resultados.
Cortesía Fotografía tomada por Teatro Coco Rayado
Ejemplo claro de ello es poder apreciar casos donde, como Viany misma narra, se acercan estudiantes a preguntarles por situaciones específicas con las que se sienten identificados en busca de un acompañamiento, o simplemente, se acercan admirados por su trabajo para preguntarles “como hacen para llorar” o hacerles preguntas que terminan en foros donde se logra motivar a la actuación y a entender que cada personaje es una persona real y que ellos logren comprender ese universo. Por su parte, el director afirma que, si bien no se erradica a totalidad el matoneo en las instituciones que ya han visitado, se deja una “semilla” sembrada, en donde los estudiantes y los adultos (como principales desinformados sobre cómo tratar estos temas) aprendan a abordar estas situaciones.
El acompañamiento de este grupo es tan completo que, pensando en los diferencias contextuales mencionadas anteriormente, se creó una obra para colegios públicos y una para colegios privados; e incluso Growing, creó una aplicación de Te Veo Mateo donde, al finalizar, se le asigna a cada colegio que visitan, un código de ingreso que en conjunto con la charla otorgada y la obra, permite identificar, mediante algunas preguntas, que problemas hay en la institución, si existen este tipo de personas atacadas y sus atacantes, los comportamientos extraños por parte de los estudiantes y desde ahí lograr un acompañamiento más completo.
Sin lugar a dudas este proyecto llevado a zonas tan vulnerables como Putumayo, o Pasto, puede obtener grandes resultados que ataquen este tipo de conductas que les permita cumplir con su objetivo de ser una herramienta de paz en medio de este proceso grandísimo atacando mediante el teatro los problemas dela vida cotidiana en los pequeños sectores de nuestro país como los colegios y que como Viany afirma, logren concientizar sobre la falta de amor y de que cada acto (bueno o malo) tiene sus consecuencias.