En España la serie Narcos de Netflix ha tenido gran acogida. A propósito de La historia única de Chimamanda Ngozi, una reflexión de Fernando Garzón sobre cómo Netflix ha convertido nuestro conflicto en “merchandising”.
Una tarde que caminábamos por el barrio gótico en Barcelona, Francesco, un amigo de Italia, no me creía que Shakira era colombiana. Recién nos conocíamos y la discusión había empezado después de que Francesco me preguntó mi lugar de nacimiento; Colombia, un país que el mundo ignora y del cual mi amigo solo atinó a decir “eyyyy ¡plata o plomo!”. Yo, que no tenía idea de esta expresión, le dije que no entendía y él, incluso más sorprendido que yo, me respondió: “Pablo Escobar, él es como el ídolo más grande en Colombia”.
ILUSTRACIÓN: La imagen de Pablo Escobar y la promoción
de "Narcos" en España
Para mí era sorprendente encontrarme con semejante frase, es decir, Escobar asesinó a tantas personas en Colombia que ni siquiera sabemos cuántas fueron. Pablo Escobar, en muchos aspectos, sí representa lo que somos como sociedad, pero ¿el ídolo más grande? Eso se escapa de toda proporción y es de un desconocimiento casi insultante.
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Por supuesto, le dije a Francesco, herido en mi orgullo y a lo mejor un poco airado, que cómo se le ocurría decir eso, pero él no entendía la razón de mi enojo. Me dijo que lo había visto en Netflix, que no sabía mucho de Colombia y que lo poco que sabía lo había visto en la serie Narcos.
En ese momento, para mostrar la otra cara, sentí que debía hablar de las grandes personalidades de mi país, es decir, seguro que Francesco había escuchado de nuestros músicos, deportistas y escritores, por lo menos de Gabo; seguro que sí y los estaba pasando por alto. Entonces le pregunté: “¿No has escuchado de Gabriel García Márquez o de Shakira?”.“Aaaah es verdad, Amor en los tiempos del cólera, pero ¿Shakira? Si Shakira es española”, me respondió.
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Por más que le insistí, mi amigo no me creía que la cantante es colombiana. Saqué el celular, o móvil como le dicen en España, y le demostré que Shakira era de Barranquilla. Quedó impresionado. Tal vez suene como una situación exagerada, pero caminar por Barcelona es encontrarse con esta figura una y otra vez. Allá, los locales de suvenires venden la camiseta con la imagen de Pablo Escobar y la exhiben en todos los escaparates. Creo que no miento cuando digo que 9 de 10 locales venden la figura del asesino. Se ha creado la imagen de que es un ídolo pop, como si fuera un malo de película, como si fuera lo mismo hablar del Joker de Heath Ledger que del 'patrón' de la droga,
¿En qué momento la historia violenta de nuestro país se volvió merchandising?
FOTO: Así se vende la camiseta de Pablo Escobar
en las tiendas de Barcelona
Cuando hablas de Colombia con algunos europeos, unos también ya muy ignorantes, solo saben que tiene café y coca. Esa es nuestra única historia. Viajar y establecerse en el lugar al que llegas te da esta perspectiva y de alguna manera te aclara el panorama. Colombia es una pequeña parte, casi inexistente, para el mundo, pero allí radican grandes posibilidades. Como dice Martín Caparrós, pocos conocen nuestra mirada, todos saben cómo ve un gringo o un francés el mundo, pero ¿cuál es la mirada del colombiano? ¿solo narcotráfico y violencia? ¿solo plata y plomo?
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