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A cinco años del acuerdo, los retos para alcanzar la paz aumentan

Por Bibiana Mercado Rivera // Análisis del conflicto Directo Bogotá le explica en tres cápsulas informativas en qué van los retos para concretar la paz tras los acuerdos de La Habana. Si todos tomamos en serio estos tres aspectos e insistimos en su implementación, quizá podamos transformar la realidad presente y futura del país.

Juan Manuel Santos firma los Acuerdos de paz con las FARC. Propiedad del Gobierno de Chile, tomado de WiikimediaCommons

Cinco años después de que representantes del Gobierno colombiano, encabezado por Juan Manuel Santos, y las entonces FARC-EP hayan firmado los acuerdos de La Habana, aún sobresalen varios desafíos para ambas partes y para la sociedad en general. Algunos de los más importantes: la inclusión de comunidades y poblaciones marginadas históricamente mediante las 16 curules aprobadas el pasado agosto; la seguridad para quienes decidieron dejar las armas a cambio de protección y garantías para desarrollar sus proyectos políticos, y oportunidades para las antiguas guerrilleras que buscan un lugar en una sociedad machista.


A propósito de esto, Directo Bogotá entrevistó a firmantes del acuerdo para entender su perspectiva tras la dejación de armas en noviembre de 2016; asimismo, consultó a Naciones Unidas, cuya misión de verificación para mantener el acuerdo implica el respaldo de la comunidad internacional. Esta investigación coincide con la visita a Colombia del secretario general de este organismo, Antonio Guterres, en ocasión de la conmemoración del quinto aniversario de la firma de los acuerdos —considerada como un hito histórico—. Este último aseguró que aunque “el proceso de paz en Colombia está echando raíces profundas”, los riesgos aún existen, pues “la violencia ha resurgido en las regiones afectadas por el conflicto”.


Guterres destacó además que en este resurgimiento bélico “las comunidades étnicas y las mujeres y las niñas se ven especialmente afectadas. Las amenazas y asesinatos de excombatientes, líderes sociales y defensores de derechos humanos —con frecuencia mujeres y poblaciones indígenas—; el desplazamiento; el confinamiento; la violencia contra las mujeres y la violencia sexual, y el reclutamiento de niños: todo ello contraviene a la paz. Cada muerte es en sí misma una tragedia. Cada muerte envía un mensaje devastador a estas comunidades que aún esperan las promesas del acuerdo”. Y finalizó: “Tenemos la obligación moral de garantizar que este proceso de paz tenga éxito”.


En videos cortos, Directo Bogotá le explica qué está pasando con el acuerdo y cuáles son los retos de la profundización de la democracia, la seguridad para los excombatientes y la perspectiva de género y construcción de paz:


Las 16 curules de paz: una esperanza en el quinto aniversario de los acuerdos


Por Camila Hurtado Álvarez


Aprobadas el 26 de agosto de 2021, las 16 curules de la paz, reservadas para las poblaciones más afectadas por el conflicto, posibilitan la ampliación de la democracia en el país. María Buendía, delegada del partido Comunes ante la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad; Mauricio Jaramillo, politólogo experto en análisis político, y Sandra Ramírez, senadora del partido Comunes, hablaron con Directo Bogotá sobre la importancia política de las curules y el porqué de su inclusión en los acuerdos.


A cinco años de la firma del Acuerdo, ya son 278 los excombatientes asesinados


Por Laura Valencia Correa

Los excombatientes de las FARC dejaron las armas con la promesa de que podrían continuar, con seguridad y garantías, su vida y su proyecto político como civiles. Pero el incumplimiento de lo pactado por el Estado y los estigmas sociales a los que son sometido conllevan una cifra alarmante: desde 2016, 278 reincorporados han sido asesinados de forma violenta, alejados del campo de batalla.


Cómo ser una mujer sin armas en el posconflicto

Por María Juliana Ortiz


Aunque el conflicto ha afectado muchas poblaciones durante décadas, sus efectos han sido particularmente graves para las mujeres y la personas LGBTI. Como la sociedad ha normalizado la subordinación de la mujer y de las minorías, víctimas y excombatientes pertenecientes a estos sectores demográficos aún deben enfrentar el flagelo de la violencia, sobre todo la simbólica.


 
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