En un barrio donde las calles se reconocen por sus nombres; en un barrio de casas de colores llamativos, antiguas, que cuentan historias y le dan vida a La Candelaria, se abrió desde el 28 de junio la Galería Santa Fe en donde antes funcionó la plaza de La Concordia.
FOTO: La obra con la que se inauguraron el espacio y la Bienal fue ganadora de la Beca Red Galería Santa Fe en el 2018.
Al entrar en la Galería vemos la primera sala que alberga las muestras de performance. La sala tiene piso de cemento brillante, que emana un frío propio de estos espacios, pero es este mismo suelo el que se cubre de tierra esparcida como símbolo de resistencia contra el olvido de nuestros muertos, así como las blancas paredes de la sala albergan más de 15 pantallas que muestran los diferentes performances.
Ámsterdam, Copenhague, Cuba, Brasil, Venezuela, Ecuador, Colombia y varios países más fueron los escenarios escogidos por los artistas para realizar sus obras motivadas por el activismo. La organización de la Bienal se encargó de convocar a artistas que, mediante el empleo del cuerpo como interlocutor para transmitir mensajes de diferente índole, llevan al espectador a reflexionar sobre diferentes problemáticas que afectan al individuo y su entorno.
FOTO: Cortesía de galeríasantafe.gov.co
Con una de sus primeras muestras, la exposición cuestiona uno de los móviles más comunes del activismo: la protesta. La obra de Daniela Medina Poch contempla la protesta como el ejercicio de empoderamiento del ciudadano para reclamar sus derechos. Sin embargo, la protesta llevada a cabo consiste en un grupo de personas levantando carteles que contienen la palabra “Protesta”, mientras gritan lo mismo una y otra vez. El objeto -dice el autor- es demostrar el absurdo de protestar por todas las protestas inexistentes y observar cómo son recibidas las protestas en Ámsterdam.
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“Es inevitable que lo que sucede a nuestro alrededor no nos haga gritar o reaccionar muchas veces con palabras y otras con hechos que buscan señalar y darnos una luz en el camino” es una de las frases que acompañan la exposición.
FOTO: La exposición estará hasta el 18 de agosto
Y como se cuestionan derechos tan simbólicos como la protesta, también hay muestras que pretenden trasladar actos privados referidos a ducharse en espacios de la esfera publica, por ejemplo, una plaza. Desde el 2010 el acceso al agua es considerado un derecho fundamental reconocido por la ONU, y es el objeto de otra muestra, en la cual habitantes de calle del centro de Bogotá tomaron un baño en la cotidianidad de una plaza pública, mediante la adecuación de duchas hechas con tubos de PVC. El performance pretende mostrar la manera en que un derecho fundamental en Bogotá puede ser visto a modo de privilegio.
Al igual que la protesta, la resistencia al olvido y el derecho fundamental al agua, temáticas como la migración, las políticas monetarias, entre otras, encarnan cuerpos de manera efímera en espacios públicos para invitar al empoderamiento y dar un mensaje que invite a la acción.
FOTO: El 28 de junio la Galería Santa fe abrió sus puertas
La exposición estará abierta hasta el 18 de agosto, sin olvidar que la galería abre sus dos grandes puertas de hierro solo de lunes a viernes.
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