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La alianza entre el mundo del libro y el audiovisual se fortalece

Por Juliana Blanco // Periodismo cultural


La unión de los mundos editorial y cinematográfico ocupó un lugar destacado en la 33ª Feria Internacional del Libro de Bogotá. De ella participaron escritoras, guionistas y directoras de producción, que complementaron a los tradicionales actores de la cadena del libro.

La relación entre la literatura y el cine ha sido la base de muchos éxitos. Foto tomada de Freepik, por Rawpixel.com

Fruto de las plataformas digitales, el acelerado crecimiento de la industria audiovisual, los canales de streaming y las múltiples producciones televisivas que invaden las plataformas de entretenimiento, se ha fortalecido la alianza entre el mundo del libro y el mundo audiovisual. En la más reciente FILBo pudo evidenciarse la riqueza de este maridaje: Juana María, directora de producción del canal Lifetime; Natalia Santa, cineasta y guionista colombiana, y Yolanda Reyes, escritora y promotora de la educación en Colombia, confirmaron que una de las fuentes principales del mundo audiovisual son los libros —y como estos, a su vez, en muchas ocasiones, gracias a la vida que cobran en las pantallas, tienen la oportunidad de volver a nacer y de crecer a través de secuelas, etc.


¡Libros, cámara y acción! fue el título escogido para entretejer la relación de la literatura y las publicaciones con las productoras y los canales. Santa recalcó cómo desde la época dorada de Hollywood los libros han sido la base de muchos de los éxitos fílmicos, y actualmente es tan grande la competencia entre los canales que ya no solo se buscan grandes clásicos sino también obras más alternativas o contemporáneas. Ahora bien, aclara también que tener un título o un autor muy reconocido no garantiza el éxito de la producción audiovisual, e incluso puede significar pérdidas. Por ejemplo, en el caso de Latinoamérica, los derechos de las obras de Gabriel García Márquez son increíblemente costosos y las cifras en taquilla no han sido las mejores.

 
 

A esto debe sumarse que, en medio de la revolución tecnológica, el número de pantallas ha aumentado. Ya no se busca contenido únicamente para el séptimo arte, sino que el mercado ha sido fraccionado de tal manera que son cientas las pantallas que se encienden con una audiencia específica. Lo anterior ha obligado a las productoras a sumergirse en el mundo de las publicaciones en busca de narrativas distintas. “Hace 20 años, eran muy pocas las personas y los autores que buscaban que sus obras se presentaran como contenido multimedia, y, aunque el cine colombiano se ha caracterizado por ser en su mayoría independiente, este fenómeno ahora es masivo”, confesó Santa.


La complicidad entre los libros y el contenido audiovisual también representa ganancias para ambos mundos. Debido a la buena acogida que tuvo, el caso de la exitosa serie de Netflix Gambito de Dama permitió que los libros, que en principio no tuvieron un buen recibimiento, se reeditaran y se volvieran best-sellers. De igual manera, el éxito de la película del director italiano Luca Guadagnino Llámame por tu nombre impulsó al autor del libro, André Aciman, a crear una secuela.


Desde su experiencia en el campo de la producción de televisión, María explicó que es necesario tener en cuenta múltiples factores al momento de escoger la obra que se va a adaptar, para que tenga una buena acogida en las pantallas. Identificar el público al que va dirigido el contenido y la plataforma que mejor se acomoda a las necesidades del consumidor es quizá de lo más influyente. Asimismo, la calidad de la producción, los costos y la facilidad de la adaptación del texto son criterios importantes a la hora escoger las obras.

 
 

En una segunda conversación, organizada por la feria en colaboración con la Cinemateca Distrital de Bogotá, la escritora Yolanda Reyes y el periodista Julio Cesar Guzmán hicieron un recorrido a través de las películas que marcaron un antes y un después en la vida de Reyes: entre ellas, La novicia rebelde, protagonizada por Julie Andrews; Muerte en Venecia; Cría cuervos; El vestidor, y Carmen. Según ella, estas influyeron en sus propios libros. La muerte, la crisis y el caos son quizá temas que utiliza en sus narraciones con frecuencia y que comparte con las películas con las que creció.


Si bien es cierto que las películas beben de los libros, el impacto que el cine y el contenido multimedia tienen sobre los libros es igual de potente. Se trata de industrias que desde siempre se han complementado y que, en el tiempo en que vivimos con la rapidez de consumo de contenidos y la división de los públicos—, son interdependientes e indispensables en el mercado del entretenimiento.

 

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