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  • Claudia Camila Vargas González  //

La cultura alemana está viva en Bogotá


Si bien Alemania queda a 9.234,53 km de Colombia, que la distancia no le impida conocer esta cultura en la capital. Bogotá cuenta con centros de aprendizaje del idioma, restaurantes y cervecerías que le permitirán vivir una experiencia similar si aún no ha viajado al pueblo germano.

FOTO: Cervezas alemanas

Entre 2007 y 2016 entraron a Colombia 354.970 alemanes, ya sea por turismo, negocios o educación. De igual forma, los estudiantes alemanes que realizan intercambio académico han pasado de 368 en 2016, a 587 en 2018 según el Servicio Alemán de Intercambio Académico. Por este motivo y las migraciones en el siglo XX, la cultura alemana permeo espacios académicos y gastronómicos en Bogotá; una prueba de ello son el Sprach Institut y el Restaurante alemán Harald que llevan una buena trayectoria en la ciudad recreando la cultura alemana.

Bogotá cuenta con aproximadamente 20 centros educativos que enseñan el idioma alemán, y uno de ellos es el Instituto Cultural Colombo Alemán Sprach Institut. Este instituto lleva en Colombia 15 años “fomentando el entendimiento cultural entre Alemania y Colombia, mediante continuas actividades de inmersión en la cultura y con la enseñanza del idioma como eje central”.

Los espacios del Sprach Institut están pensados para hacer inmersión total en el idioma y la cultura. Desde que uno ingresa al instituto, la música propia de Alemania ambienta los espacios. La planta educativa se compone aproximadamente entre 80% nativos alemanes y 20% colombianos que enseñan, más o menos, a 2000 estudiantes a lo largo del año. A simple vista, lo más duro es la pronunciación y la gramática, pero en estos centros de aprendizaje se puede empezar de cero y tener un crecimiento significativo. Si bien el tiempo de aprendizaje de cada persona es diferente, en promedio se puede subir de nivel cada dos meses.

 
 

Annika Mohr nació en Alemania y vive desde hace dos meses en Colombia. Como coordinadora cultural, se encarga de crear espacios que les permitan a los estudiantes desarrollar habilidades del lenguaje por medio de actividades de integración, que van desde noches de literatura hasta olimpiadas, en las que compartir y recrear esta cultura son el objetivo.

FOTO: Annika Mohr, coordinadora cultural Instituto Sprach.

Annika nos contó que el compromiso es tal, que en la misma cafetería del instituto si se ordena el pedido en alemán, puede salir mucho más económico. De igual forma cuentan con una biblioteca física y una radio virtual que sirven como herramientas de aprendizaje para los estudiantes.

Gastronomía y cerveza para el paladar

Cuando se habla de Alemania en términos de gastronomía, es imposible no pensar en salchichas, cortes de cerdo y por qué no, una buena cerveza. En la Avenida calle 116 #70C - 68 está el Restaurante Alemán Harald donde se pueden encontrar los platos típicos del país germano. Harald Stimming fue el fundador del restaurante quien emigró “para buscar otra vida”, según su amigo y hoy dueño del restaurante Fernando Rojas.

Constituido desde 1986, nunca pasó por la mente de Harald crear un negocio en torno a la cocina alemana. Por el contrario, sus recetas eran para pasar un rato agradable con sus amigos. Después, gracias al voz a voz, las reuniones de compañeros se tornaron en la idea de crear un restaurante. Con el tiempo y antes de iniciar de fondo con este proyecto, conoció a Fernando, quien se convertiría en compañero, amigo y apoyo en su plan de vida y dejaría más que claro que una vez él falleciera, Fernando continuaría con su legado.

Cada espacio de Harald está pensado para acompañar los platos que se cocinan justo en frente del público. Las paredes están llenas de portavasos de las más icónicas cervezas alemanas. Fernando exhibe los regalos que sus amigos le traen de sus viajes con el propósito de que amplíe su colección.

El Jardín de la Cerveza es un espacio de reunión, en una pequeña terraza que permite charlar y degustar 12 cervezas alemanas; desde una fría y fresca Erdinger Kristall hasta la espumosa Augustiner Hell.

Fernando asegura que “el sabor es muy real, es muy auténtico, hacemos las cosas como se hacen allá. Son sabores muy pronunciados, fuertes. Tienen bastantes especias y ellos mismos -los alemanes- vienen, comen y dicen que les recuerda a casa”. Y así es, en cada mordida de las salchichas se puede sentir el conjunto de especias con las que fue preparada. El sabor del Chucrut, que es una especie de repollo blanco, es particular porque se puede sentir la fermentación que tuvo por varias semanas. Y que no falte el Schanapse Destilado de pera, que es curioso en la medida que la botella tiene una pera en su interior, y el sabor fuerte del licor no apacigua el dulce de la fruta.

 
 

Aparte de recrear la cocina alemana, Harald da la sensación de trabajo en equipo y trabajo familiar. A la cabeza del restaurante está Fernando, sin embargo su esposa Alejandra, su hija Mafe, y su hermano Ricardo, trabajan en la cocina y hacen diversas labores.

En definitiva, sí es posible recrear nuevos sabores, experiencias y prácticas de la cultura alemana en la capital sin tener que viajar 11 horas al país germano. Si no ha tenido la oportunidad de ir a dicho país pero quiere conocer su cultura de primera mano, anímese a aprender su idioma o a comer los platos típicos alemanes en Bogotá.

 
 

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