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Gustavo Andrés Ramírez -

Minga muralista, la forma en que los indígenas del Cauca están construyendo memoria


Desde el año 2013, el pueblo indígena Nasa, oriundo del Cauca, protagoniza una actividad artística colectiva con la que quieren revitalizar su cultura y enseñar su perspectiva del conflicto armado.

Fotografías que hacen parte de la Revista Ya'Ja realizada por la comunidad indígena Nasa.


La minga muralista es un proyecto artístico que nació en el municipio de Toribío, del departamento del Cauca, como una iniciativa del Centro de educación, capacitación e investigación para el desarrollo integral de la comunidad (CECIDIC). Esta organización del pueblo indígena nasa, tiene la intención de plasmar, mediante la intervención del paisaje urbano, las tradiciones propias de esta comunidad y contribuir a la formación de memoria que se está llevando a cabo en el país tras la superación del conflicto con las Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC), el que más ha marcado la historia nacional.

Luego de una primera fase realizada en el 2013, el Centro Nacional de Memoria Histórica empezó a acompañar y colaborar a la organización indígena CECIDIC en este proyecto a partir del año pasado en septiembre. Edwin Cubillos, trabajador social encargado del área de programación artística y cultural del centro de memoria, ha trabajado de cerca este plan indígena y explica que “es una iniciativa autónomamente nasa que congrega tres resguardos: Toribío, San Francisco y Tacueyó, del norte del Cauca. Inicia en un momento del escalamiento de las hostilidades de las guerrillas presentes en la zona, grupos paramilitares, de la fuerza pública y narcotraficantes”.

Cubillos argumenta, que la minga es entonces “una estrategia para recuperar su territorio, desde las marcas territoriales como ellos denominan a la acción de poder hablar de su territorio y presentar sus tradiciones en los muros”. Además, con estos murales, el pueblo nasa también está representando “la liberación de la madre tierra, que en otras palabras son un proceso de apropiación social de su territorio ancestral que está en proceso de recuperación”, repunta el experto.

El trabajador social aclara que los murales no son pintados en lugares al azar, sino que estas decisiones de donde hacerlos, obedecen a “lugares estratégicos de apropiación, porque han sido afectados por el conflicto armado; por ejemplo, el lugar donde explota la chiva bomba que las FARC puso fue uno de los sitios que se intervino”. Lo anterior es corroborado por Jhony Flórez, indígena nasa que trabaja en la gestión administrativa del CECIDIC, quien dice que con la minga lo que pretenden es “mostrar esa parte de vincularnos nosotros mediante expresiones artísticas, la otra visión de lo que queremos mostrarles a las demás personas. Toribío no es como eso que se ve en el noticiero nacional, no, Toribío es otra cosa; por eso la primera se llamó Toribío no es como lo pintan, sino como nosotros lo pintamos”.

Flórez destaca que la intención recae en llenar al municipio de murales, de color, de vida como un museo al aire libre”, agregando que la idea es “que la minga transcienda a otros ámbitos. Muchos municipios cercanos a Toribío han tomado esta inciativa”. En lo cual Cubillos también coincide, especificando que el municipio Caucano de Jambaló participó en la minga realizada en 2016, además que su importancia se ha elevado al punto de que ha sido tomada de referencia en otras zonas del país como el Putumayo.

Cabe resaltar que la importancia de la minga ha sido tal que fue presentada en la Feria de libro de Bogotá junto con la revista realizada por el CECIDIC sobre este tema llamada “Ya’ja: tejiendo en comunidad”, nombre en lengua Nasa-Yuwe que significa morral, así como lo traduce Flórez. Tanto este último como el gestor del Centro de memoria histórica, resaltan el valor educativo que tiene esta actividad de muralismo y la capacidad del proyecto de lograr desarrollar un trabajo colectivo. Por ejemplo, Cubillos hace énfasis en que la minga es una encadenante “de esfuerzos por recuperar la lengua tradicional y el saber de los mayores”; dando entender entonces, que la minga es a la vez una forma de lucha cultural por la preservación de los pilares constitutivos del pueblo nasa.

Dentro de la cultura del pueblo nasa, nosotros llamamos algo que es el Ityi fi’nze que significa vivir en armonía, la idea es reflejar eso en los murales. Básicamente los grupos armados se tomaron el territorio cuando estaba la FARC. La idea de los murales es mostrar la otra parte, lo que se quiere y pretende llegar, venir a este lugar y sentirse tranquilo”, especifica Flórez en cuanto a la motivación que los lleva a la creación de estas iniciativas.

Se pretende que la tercera fase de la minga muralista se haga en el 2018, por el formato bianual que tomó, como lo llama Cubillos: "este proceso de construcción cultural y de memoria". Por otro lado, actualmente, el CECIDIC, en compañía de organizaciones estatales como el Centro de memoria histórica se encuentran trabajando en procesos formativos para la preparación y adecuación de la próxima minga, contando con planes como el de reporteros jóvenes nasa que apenas se está comenzando. La intención es, como ya se adelantó con la revista y lo explica Cubillos, que sea la misma comunidad nasa quien propague el contenido de la minga.

La idea del Centro Nacional de Memoria, es integrar este proyecto junto a otros que se desarrollan en la periferia del país para convertirse en extensiones regionales del pronto a estrenar Museo Nacional de la Memoria.

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