En la última parada del metro cable de la comuna ocho en Medellín, en la estación Villa Sierra, se realizó el encuentro de cuatro fotorreporteros de varios países latinoamericanos en el conversatorio ‘Acercarse para ver lo que pocos ven y fotografiarlo’. Cuatro miradas sobre lo que significa contar historias desde la fotografía.
Federico Ríos, Rodrigo Abd, Margarita Barrero, Gihan Tubbeg y Lissette Poole // Festival Gabo 2017 // Foto tomada por Laura Gracia
Este conversatorio, moderado por Margarita Barrero, editora de multimedia de El Colombiano, tuvo como eje central el acercamiento a las historias cotidianas, a los personajes cotidianos, y la conexión entre el fotógrafo, su protagonista y el público.
Margarita Barrero y Rodrigo Abd // Festival Gabo 2017 // Foto tomada por Laura Gracia
Gihan Tubbeh, fotorreportera peruana, quien también experimenta con la fotografía artística, inició contando la experiencia con Adrián, un niño autista peruano al que fotografió luego de conocerlo en un hospital: “La fotografía es para tocarte alguna fibra. En Adrián hay una fotografía esplendorosa que hay en muchas personas. El lector se puede conectar”, explicó la fotógrafa.
Gihan Tubbeh // Festival Gabo 2017 // Foto tomada por Laura Gracia
Su fotografía de Adrián ganó el Word Press Photo en la categoría ‘Daily life’, ‘Vida cotidiana’, y se ha expuesto en muchos lugares del mundo.
Adrián // Fotografía parte de la exposición de Gihan Tubbeh // Ganadora del World Press Price
Para Gihan la conexión con sus protagonistas es muy importante, pues desde el arte y la fotografía se pueden enfrentar e interpretar realidades. Eso le sucedió con trabajos como 'Noches de Gracia', una serie de fotografías que muestran un lado oscuro de la ciudad, con una mirada artística. "Era mi manera de enfrentar la realidad a través de la fotografía. Eso es la fotografía".
Para esta fotógrafa de 33 años, una gran parte de su corazón lo tiene un trabajo que realizó con su madre: "El pedazo más grande de mi corazón lo tiene mi madre, fue un trabajo para reconciliarme con mi familia, porque yo era por decirlo así, la oveja negra de la familia; ellos pensaban que era muy oscura, que mi trabajo era oscuro, pero en realidad no los soy. Tengo un corazón muy sensible".
Noches de gracia //Fotografía de Gihan Tubbeh
“Yo también cubro historias cotidianas, que a veces son más difíciles de cubrir y son importantes. No necesariamente incluyen conflicto bélico”, continuó Rodrigo Abd, fotorreportero argentino, de raíces sirias, que aunque ha retratado de cerca el conflicto armado en ese país, no se llama así mismo fotógrafo de guerra.
Rodrigo Abd // Festival Gabo 2017 // Imagen tomada por Laura Gracia
“Yo no soy fotógrafo de guerra”, afirma Abd, y explica porque le molestan estas etiquetas para los fotógrafos: “Normalmente debes haber hecho algo ‘heroico’ para que seas reconocido. Pero también hay historias cotidianas que merecen ser contadas. Solo hay que buscarlas y saber cómo contarlas”.
Este argentino, en búsqueda de narrar el drama que viven los sirios y retornar a la tierra de sus abuelos, en el 2012 viajó a Siria y documentó la guerra desde diferentes lugares: "Quería poner en evidencia los contrastes y mostrar cómo alguien que tal vez era panadero se dedicaba ahora a cavar huecos en la calle para colocar una improvisada bomba antitanques. Me parece que esas escenas cuentan más que aquellas que se narran desde la trinchera donde la pelea es frente a frente. Creo que como fotógrafos deberíamos contar esas historias cotidianas, porque al final, son esas historias las que definen la humanidad en medio de la guerra", narra Rodrígo Abd a Vice.
Y aunque sus esfuerzos por narrar estas historias han sido varios, la realidad Siria es escalofriante, pues, pese a la cantidad de víctimas, existe en el mundo aúncierta indiferencia: "Es triste que siguen muriendo miles de sirios y no está en las noticias, está fuera de las agendas de los medios. Esto no se cuenta. Para eso existe el fotoperiodismo, pero entonces hay que intentar contar lo que otros no cuentan", explica Abd, quien además de Siria, también ha realizado trabajos en Guatemala, Haití, Afganistán, Libia, Venezuela.
Respecto a los valores y la ética que tiene al momento de hacer fotos, Rodrigo no duda en poner primero siempre la vida, y la integridad de sus protagonistas: "Yo tengo una regla: si a mí no me dan una foto, yo no voy a robar fotos, no me escondo detrás de un árbol para tomarlas"
Abd explica que en la fotografía, especialmente la relacionada con conflicto, “uno invade espacios de dolor todo el tiempo, es ahí donde debe evaluarse si es necesario tomar la foto. Porque no hay foto que valga la pena si se pasa por encima de los valores. Nosotros hacemos esto con un fin diferente al abuso".
Y aunque su trabajo en Siria, junto al equipo de Associated Press, lo hizo merecedor del premio Pulitzer 2013 por el conjunto de una cobertura gráfica informativa, hay mucho más que los premios para este fotógrafo. “Cuando uno cree que el trabajo de uno puede ser premiado, no lo premia ni la mamá; hay que dejar de lado los premios y hacer lo que a uno le gusta. (...) La verdad si tienes un premio, eso no te hace mejor, ni te cambia la vida. Esto es un proceso, de subidas y de bajadas. Hay momentos en que estás perdido”.
Daily life in Haití // Fotografia de Rodrigo Abd
Otro acercamiento a una vida cotidiana, no tan cotidiana, fue el trabajo que realizó Lissete Poole, una fotorreportera Estadounidence, de raíces cubanas, quien, después de dos años de estar radicada en La Havana, decidió documental la travesía que tenían que vivir aquellos que viajaban desde la capital cubana hasta E.E.U.U. para ser amparados por la 'ley pie seco, pie mojado' que brindaba, hasta enero de este año, asilo a los cubanos llegaran a la frontera con Estados Unidos luego de recorren 8000 millas.
A sus 33 años, esta fotógrafa, reconoce que su trabajo nace de la necesidad de buscar más allá en algo relacionado con su propia identidad, pues siendo de madre cubana, en EEUU siempre fue "cubana", y en cuba, era estadounidence. “Por una cuestión de mi identidad sí me cambió haber hecho ese recorrido, aunque lo hice como periodista, no como migrante”, explica la fotógrafa.
Lissette Poole // Festival Gabo 2017// Foto tomada por Laura Gracia
Después de conocer a Marta y a Liset, dos mujeres que emprenderían el viaje hacia la frontera norteamericana, Lissete decide viajar con ellas por 48 días, y documentar uno de los últimos viajes que se harían bajo esta ley. “No había otra manera de contar la historia sino estar ahí”, narra Lissete sobre el gran recorrido realizado, y cuenta qué fue lo que la llevó hasta el final: “al final del límite pude seguir por ellas, por Liset y por Marta, que tenían una fuerza y querían sobrevivir, lograr sus sueños de llegar a USA, una fuerza que yo cogí”.
Marta y Liset, migrantes cubanas hacia frontera con USA// Fotografía de Lissette Poole
Finalmente, el colombiano Federico Ríos, autor del trabajo fotográfico expuesto en el Festival Gabo, #TRANSPUTAMIERDA, narró su experiencia documentando las diferentes maneras en que los colombianos en diferentes regiones del país se transportan.
Federico Ríos // Festival Gabo 2017 // Foto tomada por Laura Gracia
Para Ríos, quien ha publicado en medios como The New York Times, y ha sido fotógrafo del conflicto colombiano, 'Transputamierda' “era una historia que tenía que salir. No fue una asignación. Este proyecto tomó vida, y sigue adelante”, explica.
Retratar el lado humano de los viajes que realiza es su fuerte, siempre lleva claro, al igual que Rodrigo, que la vida es antes que la foto: “Primero es la vida, no hay nada que pensar; pero, si vas a salvar una vida, tienes que tener la certeza de que no comprometa una vida más”, afirma Ríos.
Imagen parte de la colección #Transputamierda de Federico Ríos
Imagen parte de la colección #Transputamierda de Federico Ríos
Cuatro fotorreporteros, cuatro miradas diferentes sobre cómo acercarse a la realidad, cómo enfrentar la propia vida, y cómo generar un cambio a partir del retrato y la fotografía. Sin embargo, pese a sus enfoques y técnicas diferentes para narrar sus historias, Rodrigo, Lissette, Gihan y Federico, todos buscan el lado humano, y la conexión en cualquier lugar al que disparan su cámara.