Los excombatientes de las Farc decoran los espacios que habitan en Ias zonas de reincorporación en homenaje a sus muertos, con la esperanza de un futuro en el que la única arma a utilizar sea la política
En esta zona de capacitación y reincorporación se encuentran los excombatientes
del bloque oriental de las FARC, ubicada a tan solo 6 horas de la capital del país. Este espacio territorial es una oportunidad para construir una nueva vida, alejada de las armas. El proyecto a futuro es que este terreno sea reconocido como un pueblo.
Las casas que entrega el Gobierno a los excombatientes constan de dos habitaciones con luz, sin cocina, sin agua y sin ningún mueble. Pero a muchas les tocó construir con sus propias manos porque el Estado solo les dio los materiales.
Los excombatientes son los encargados de decorar sus propias casas con imágenes y murales que, según ellos, representan su lucha por "alzar al pueblo y derrotar a las elites política que han gobernado el país".
En honor a sus comandantes, cada exguerrillero decora su casa con mensajes alusivos a Jorge Briceño, Manuel Marulanda o Rodrigo Londoño.
Con la ayuda de estudiantes de arte de diferentes universidades del país se elige colectivamente qué pintar. Los excombatientes presentan sus ideas y los voluntarios lo materializan con pinturas, generando un vínculo muy especial.
La excombatientes Marina Rincón es la dueña de esta casa. Junto a algunos estudiantes de la universidad Distrital, pintaron esta consigna en homenaje a su comandante Raúl Reyes. Cuenta que hizo parte de su guardia hasta el día de su muerte, pero más que su comandante era su amigo de guerra. “Él era mi compañero, cuando yo conocía a un hombre, pedía la opinión y la aprobación de mi comandante, él me aconsejaba”, indicó Marina con la voz entrecortada.
Muchas de las casas de estos espacios territoriales tienen la imagen del Mono Jojoy, ya los exguerrileros de esta zona hacían parte del bloque oriental de las FARC, también llamado Jorge Briceño, en su honor.
Este espacio de reincorporación esta dividido por zonas, designadas por una letra del alfabeto. Al llegar a las antes llamadas zonas veredales, una de las discusiones en las juntas directivas fue cómo se llamarían estas nuevos espacios, ya que no podrían llamarse comandos o campamentos debido a que ya no eran guerrilleros. El lenguaje juega un gran papel en este nuevo proceso de paz, con cosas tan pequeñas como estas se hace una gran diferencia entre lo que era el lenguaje en la selva y ahora, en la vida civil.
En el espacio de reincorporación Antonio Nariño habitan centenares de cachorros de perros y gatos que acompañan a los exguerrilleros en su tránsito hacia la vida civil.