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  • Camilo Arenales - carenales@javeriana.edu.co //

En la mente adolescente


“Imagine usted un contexto tan difícil para el desarrollo cerebral, en el que el adolescente debe enfrentar una de las cuestiones más trascendentales en su existencia ¿Qué va a estudiar? ¿Qué planea hacer por el resto de su vida?” , dijo el neuropsicológo Felipe Luengas Monroy, el pasado martes 24 de abril en la Filbo.

“El adolescente tiene una serie de procesos que le hacen pensar a un ritmo diferente del de los adultos, y esto no es patológico en absoluto. (…) Imagine usted un contexto tan difícil para el desarrollo cerebral, en el que el adolescente debe enfrentar una de las cuestiones más trascendentales en su existencia ¿Qué va a estudiar? ¿Qué planea hacer por el resto de su vida?”.

Con estas palabras, Christian Felipe Luengas Monroy, psicólogo de la Universidad Javeriana y Magister en Neuropsicología, explicó, el pasado 24 de abril, durante la Feria del Libro, los enredos del cerebro adolescente: un cerebro que funciona a un ritmo diferente al de un adulto, esto explicado bajo el proceso de mielinización.

Christian F. Lungas M, psicólogo // Fotografía tomada por: César Ayala

Esto porque, según Luengas, el cerebro es un órgano inmaduro hasta los 25 años, cuando la mielina, sustancia encargada de facilitar la velocidad de transmisión de las corrientes nerviosas en el cerebro, logra abarcar todo el órgano.

El neuropsicólogo Luengas habló en su charla sobre la importancia que tiene entender el cerebro humano para los ámbitos académicos, y sus etapas durante el período de la adolescencia para poder ayudar al adolescente a resolver estas preguntas. “Según la OMS, la adolescencia va desde los 10 a 14 años en un adolescencia temprana, y desde los 14 a los 19 años en una adolescencia tardía (…) hablando desde una perspectiva netamente orgánica en virtud del cerebro” Menciona Christian Luengas al momento comenzar su charla.

Además, Luengas Monroy dice que el sistema tradicional con el que se califica a el adolescente no es el mejor: “la información es codificada en el cerebro, pero la educación tradicional está ligada a la lógica de la memoria, sin tener en cuenta el proceso interno de evocación de los recuerdos, ligado a las emociones (…) si usted quiere calificar la ansiedad a un estudiante, hágale un parcial, ¿pero estaría calificando el conocimiento?, la respuesta es que no.”

Esto sucede, según Luengas, porque pareciera que el adulto olvidara su adolescencia, y en su lógica se pregunta ¿por qué un adolescente hace lo que hace? Él dice: “Por lo general cometemos un error lógico, y pensamos que todo es por un problema ambiental que enfrenta el adolescente, y como puede que sí, también puede que no, se debe entender el desarrollo cerebral que tiene el adolescente”.

Luengas Monroy habla del cerebro humano como un órgano muy complicado de entender. En su charla mencionó a Rodólfo Llinás, neurofisiólogo colombiano afamado por sus aportes al campo de la neurociencia: “Rodolfo Llinás ha venido estudiando este órgano por años, pasó por todo un recorrido desde abrirlo y observarlo, estudiarlo en animales, hasta que se planteó la gran pregunta, una pregunta que nos suscita también aquí el día de hoy; ¿cómo es que podemos ser conscientes de que existimos a partir de un elemento orgánico? (…) Esta pregunta no ha sido resuelta, en este momento no es claro cómo lo orgánico se transforma en lo cognitivo.”

Es precisamente esto, el entender el cerebro como un órgano cognitivo, lo que ayuda a analizar los procesos de aprendizaje que este sufre, y para ello menciona la importancia del lóbulo frontal el neuropsicólogo: “sin la corteza frontal nuestras creencias, nuestra civilización, nuestros logros como especie caerían al piso (…) hay quienes dicen que el YO está acá”. Luengas Monroy afirma que no somos diferentes de otros animales más allá de la corteza frontal, que esta parte de nuestro organismo es nuestro mejor logro evolutivo. Para argumentar lo anterior, comenta que zonas como la corteza orbitofrontal encargadas de funciones como la inhibición, fundamentales para nuestra supervivencia como especie, se encuentran en esta área del cerebro.

Luengas termina su disertación concluyendo: “el adulto no debe medir al adolescente con los mismos estándares, los parámetros para un adolescente deben ser acordes a su desarrollo”.

Christian F. Lungas M, psicólogo, en su paso por la FILBO // Fotografía tomada por: César Ayala

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