En la mañana los pasillos de la plaza de mercado de Paloquemao' están atiborrados de canastos. Las cajas con legumbres, frutas y flores acaban de ser descargadas por los 'coteros', personajes que aunque no tienen pinta cargan la suficiente fuerza, casi como esa que soportó alguna vez la pesista María Isabel Urrutia. Mientras desempolvan y organizan su mercado, las personas tienen espacio para el entretenimiento, en sus puestos lanzan ocurrencias, hacen karaoke con las emisoras y hasta bailan.
Fotografías tomadas por: Stefanía Montaño Marulanda
En medio de los bultos y los estantes surgen protagonistas que casi nunca tienen reconocimiento. Sin saberlo, suelen estar adornados de un ambiente de esperanza y admiración para todo aquel que se atreve a ir más allá de lo que puede percibir.
Don Serafín, Don Libardo y Don Aristídes se conocen desde hace algunos años, los tres llevan trabajando en la plaza hace más de 20 años. Desde paros de camioneros a malas cosechas, hasta poder tener lo de su casa o lo de la universidad de su hijos, el fruto (literalmente) de su esfuerzo, se ha representado en una vida digna y humilde.
La simetría de las pirámides de plátanos y manzanas es casi perfecta. La estética de los puestos -aunque rustica-, cuenta con la misma paciencia y creatividad de los constructores de las maravillas del mundo.
Lo que ocurre cada día en este pequeño mundo representa las razones por las que un Colombiano debe estar orgulloso de su país, oportunidades, empleo, gente humilde y encantadora que no lleva puesta corbata pero que así como los que la llevan, trabajan para que sus paisanos puedan prosperar.
La plaza de mercado alberga alimento y bastante dinero, pero sobretodo, atesora las almas más trabajadoras y emprendedoras de la capital.
De sencillez, decencia y hasta 'ñapas' están hechos los personajes de cada puestico de este lugar, de pequeños tenían otros sueños, la vida que les tocó a muchos no ha sido fácil, sin embargo, el amor por su trabajo y por como han sobrevivido hace de esta profesión un orgullo y un ejemplo para todos.
Don José Arias oriundo de Caparrapí, Cundinamarca, lleva puesta una camisa de Millonarios. Detrás de un canasto de papa criolla, mira el lente de la cámara con intriga y curiosidad.
-Don José: ¿Usted que es niña?
-Stefanía Montaño: Soy periodista señor.
-D.J: ¿Y usted si sabe manejar eso?
-S.M: Sí señor, es de práctica pero tampoco tiene tanta ciencia.
-D.J: A ver y yo intento con ese aparato.
-S.M: Con cuidado sostiene el lente, entrecierra su ojo izquierdo y presiona con sus grandes y empolvadas manos el botón, se ríe y afirma:
-D.J: ‘‘Yo no sé si quedo bien, yo soy bueno es con la papa y la yuca’’.
Fotografías tomadas por: Don José Arias