Aeropuertos, universidades, estaciones de policía, centros penitenciarios y centros comerciales son algunos de los lugares donde trabajan Mari, Rocky, Fox, Samantha y Sonia, perros de diferentes razas que fueron entrenados para desempeñar funciones que van desde prestar seguridad hasta detectar narcóticos y explosivos en diferentes contextos de la ciudad.
FOTO: Ma Fernanda Castellanos
La estación de carabineros del parque Nacional es uno de los lugares donde se da el entrenamiento canino. Cuenta con personal capacitado, los sitios adecuados y las herramientas necesarias para entrenar perros antiexplosivos y antinarcóticos que acompañan a los uniformados en lugares estratégicos como el aeropuerto. Por su parte, en la escuela penitenciaria del INPEC, los guías caninos entrenan a los perros para requisas en el interior de las cárceles y se especializan en la detección no solo de narcóticos sino de armas de fuego y otros elementos peligrosos en este tipo de establecimientos.
El proceso de entrenamiento se hace a partir de juegos y lo que los guías llaman “refuerzos positivos” que son los premios que motivan a los perros a seguir trabajando y a reconocer los olores que deben aprender a detectar. Las razas de perros que más se utilizan para estas labores son el Pastor Alemán, Golden Retriever, Labrador y Pastor Belga Mallinois.
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Ahora bien, el proceso de entrenamiento de estos perros está lleno de mitos que los entrenadores han buscado desmentir. Entre ellos que los perros anti drogas son agresivos, maltratados y que se les proporciona droga para que la puedan reconocer. Sin embargo, lo que se hace es impregnar el juguete con la imitación del olor de la sustancia y este se esconde en una caja cerrada.
En espacios abiertos se ubican varias cajas cerradas con diferentes objetos y el perro debe buscar en el que se encuentra su juguete con el olor. Las rutinas varían y las sesiones tienen una duración de aproximadamente 2 horas diarias que implican siempre que los perros encuentren su juguete. “Si le preguntas a un veterinario que pasaría si le inyectas a un perro cocaína lo más probable es que muera inmediatamente” afirmó uno de los guías.
FOTO: Ma Fernanda Castellanos
En el caso de los perros de seguridad, la enseñanza principal es la detección de movimientos extraños y conductas sospechosas para identificar delincuentes entre un grupo de personas. Las entidades financieras, los centros comerciales, los aeropuertos y las universidades con los principales clientes del servicio de seguridad canina.
La labor de los perros culmina a los 8 años y en el caso de la policía, se dan en adopción o permanecen en una fundación en la que pueden ser adoptados en cualquier momento.