En Chapinero se esconden 5 de las mejores hamburguesas veganas de la capital que, sin un gramo de origen animal logran parar el tráfico y proponer una alternativa saludable a la hora del almuerzo o la comida.
FOTO: Santiago Almeida
Bogotá cada vez más se llena de restaurantes con ofertas diferentes, que rompen con el esquema gastronómico de una ciudad que alguna vez fue criada a punta de changua y ajiaco. Lugares que demuestran que tan magno símbolo como la hamburguesa puede ser versátil ante cualquier estilo de vida, comprobando así que un plato que merece ser patrimonio de la humanidad no necesita tener carne ni ser cómplice del maltrato animal para estar a la altura del más exigente paladar.
Nos dimos a la tarea de buscar las 5 hamburguesas veganas creadas en restaurantes de 'Chapi' que todo bogotano debe ofrecerle a su paladar, solo les dimos un parámetro: Denos la mejor hamburguesa que tengan. Esto fue lo que encontramos.
5. Lenteja Express
Esta es para el rolo que almuerza tres veces, que siempre lleva sal de frutas en el bolsillo de su camisa y la mitad de la quincena se la gasta en comida. Sobre la 7ma precisamente en la calle 66 se encuentra este restaurante de comida rápida que podría servirle a todo un batallón. Participó en el Vegan Burger Máster; porque sí… hubo un Burger máster vegano en septiembre, y sus hamburguesas son monstruosas. Nos tocó pedir embalaje y llevar para la casita, así de seria es esta hamburguesa.
Aquí es por cantidad, aquí no se ponen con rodeos, les pedimos la mejor que tuvieran y nos soltaron al ruedo con su “mixta”. Doble proteína de garbanzo y lenteja, doble champiñón, doble tofu, tomate y lechuga entre pan artesanal. Esto, seguramente lo deje tanqueado todo el día así que váyase en ayunas si puede. Para beber su famosa mixtura de frutas, una opción que varía todos los días y es absolutamente deliciosa, nos tocó mango y maracuyá. Algo que nos encantó, fue que, en cada mesa, había tarritos con salsas veganas: veganesa de mostaza dijon y veganesa de ajo. Posdata: La primera foto en el artículo efectivamente es este monstruo.
FOTO: Santiago Almeida
4.La cocinita verde
En un rinconcito del mítico Chapinero, cerca del Parque de los Hippies, precisamente en la carrera 9na con 60 encontrarán a La Cocinita Verde. Se trata de un pequeño pero acogedor restaurante, donde absolutamente todos los alimentos se elaboran sin sufrimiento animal alguno. Hamburguesas, entradas, patacones, jugos naturales, poseen una gran variedad de sabores y alimentos para que sus comensales se deleiten, aquí nos dieron su hamburguesa insignia: “La cocinita”.
Esta es una hamburguesa para ese rolo que vive de afán, no tiene tiempo para almorzar y quiere tener su consciencia tranquila. La proteína es a base de quinua, zanahoria y brócoli, puesta sobre una cama de lechuga fresca y sobre ella unas tajadas de plátano maduro que contrastan con lo que vendría siendo la carne. La sirven con unas papas a la francesa, crujientes, de esas que envician, bañadas en paprica y especias. El combito (jugo natural, hamburguesa y papas) a 15 lucas.
FOTO: Santiago Almeida
3. Crudo
La Crudo Burger fue creada para ese estudiante o en su defecto oficinista que vive afanado por lo que irá a encajarle al buche en su precaria hora de almuerzo. Algo que sea barato, que le doblegue el ombligo pero que no le encoja la ropa. Es una hamburguesa perfectamente balanceada, su salsa agridulce contrasta con los sabores de su proteína extraña pero creativamente prodigiosa. Ni David ni Goliat… esta vendría siendo un Sansón.
Un lugarcito en un rincón de Plaza 39 sobre la séptima, acogedor, simple y descomplicado. Crudo con escasas mesas y un televisor que ambienta el rato, logró. Una hamburguesa a base de frijol negro con lo que imaginamos era remolacha porque la proteína era totalmente morada, acompañada de kale, tomates, pepinillos y casquitos de papa crocantes muy bien sazonados, el jugo del día era un mix maracuyá y fresa. Lo único que nos desinfló fue la escaza oferta: esta es su única hamburguesa.La presentación realmente hace babear a cualquiera, valió cada centavo de los 20 mil que pagamos, échele un ojito.
FOTO: Santiago Almeida
2. Primitivo
Esta hamburguesa es para paladares exigentes, para ese rolo que jamás termina a las 2am borracho en un McDonald’s. Ubicado en la carrera 7ªa con 62 detrás del Carulla, es un restaurante que logró robarse toda nuestra atención. Un lugar amplio, muy bien decorado, con una terraza perfecta para tardear con su parche y sin la lista cliché de Maroon 5, es un restaurante que sin ser vegano nos dio la hamburguesa vegana con más caché, párele bolas:
Mix de portobellos y garbanzos con cebollas caramelizadas todo sellado con migas de pan, cogollos de Tudela, lechuga y kétchup casero entre dos panes artesanales de la casa. Acompañado de casquitos de papa criolla, extremadamente crujientes. El restaurante nos ofreció acompañar nuestro plato con una botella de gaseosa de corozo, producida por Ama, empresa de bebidas artesanales 100% colombiana. Si usted quiere retar a sus sentidos vaya y pruebe esta obra de arte. La cuenta facturó 27.000 pesos.
FOTO: Santiago Almeida
1. El verdugo
De ser humana esta hamburguesa seria ese hípster barba larga, que anda en fixie para todo lado. Que consiguió en algún mercado de pulgas un walkman y lo usa así le toque llevar lápiz para rebobinar. En casa tiene un fonógrafo para tocar sus vinilos de Tame Impala, mientras se fuma un porro y riega su bonsái. El tipo que se ha visto todo de Korine, Lynch, Gaspar Noé, Pasolini y hasta la perturbadora Begotten de Merhige se la vio con galleticas y un vaso de leche de soya. Ese extraño vecino bohemio y literato que le puso a su gato “Dalí” y pinta cuadros en bola.
Sin duda la hamburguesa y el lugar más particular de todos. En la carrera 4ta con 54 bajo la sombra de un árbol que por pocos metros taparía el lugar existe este restaurante donde realmente disfrutamos el almuerzo. Al entrar, un espejo lleno de calcas, con variedad de chocolates y brownies veganos -para los que no fuimos difíciles- un espacio al aire libre con dos mesas que lo ocupaba parcialmente una pareja inglesa. El lugar sin estar lleno hacía entender que tiene un status y reconocimiento entre sus comensales.
Pan de masa madre con semillas en su crocante exterior, tomate y lechugas. la proteína a base de garbanzos aromatizada con “garam masala”; una mezcla de especias usada tradicionalmente en la India. Sobre ella una cama de berenjenas donde yace un picadillo de pepino, tomate, cebolla y hierbabuena. Para tomar, una soda echa en casa de piña, limón y jengibre. Papas de la casa, crujientes, en su punto. Esta gente definitivamente sabe lo que hace, y que por favor lo sigan haciendo. Todo se vende por separado: Hamburguesa $15.8, papas $5.3 y la soda $4.6, sumando cerca de 28k por todo.
FOTO: Santiago Almeida