Marbel Sandoval Ordóñez presentó su novela Las brisas, tercera de la trilogía Conjuro contra el olvido. La memoria fue uno de los temas centrales que trató la autora en una conversación que se llevó a cabo en el Gran Salón Ecopetrol
La memoria oral empieza a vivir en mí con la narración oral de mi mamá. Ella fue una campesina, que salió de sus tierras por todo lo que conocemos de la violencia. Para saber cuál es nuestra historia nacional, la primera que hay que conocer es la individual y esa es una manera de construir memoria aquí, en España, en China, en cualquier lado. Los escritores tenemos la oportunidad maravillosa de haber escuchado —como en el caso mío—muchas historias, recopilarlas, reelaborarlas, reinterpretarlas y plasmarlas en algo como un libro, afirmó Marbel Sandoval en la presentación de su novela Las brisas, tercera de la trilogía Conjuro contra el olvido.
Marbel Sandoval Ordóñez, periodista colombiana desde los años ochenta en redacciones como El Tiempo, Colprensa y Vanguardia liberal, vive desde hace diez años en España en donde se ha dedicado a ser escritora. Yo fui una lectora incansable desde pequeña. A los 12 años, ya era miope de tanto leer. A los 14 ya tenía claro que quería ser escritora. Pero, también, siempre he tenido una conciencia social, es decir, desde los 12 años ya sabía qué pasaba, cuál era el movimiento del magisterio. A los 13 yo ya repartía chapolas, que llamábamos, para ver si hacíamos la revolución y cambiábamos el mundo. A los 14 era consciente de que quería ser escritora, pero que de eso no se vivía. En ese momento tomé la decisión de ser periodista porque a ellos sí los empleaban y les pagaban un salario. Cuando deje el periodismo me dedique a mi idea principal, ser escritora.
Esta bogotana hizo el lanzamiento de la última parte de su trilogía de violencia en Colombia, escrita desde el 2010, en la Gran Sala de Ecopetrol a las tres de la tarde del lunes 29 de abril. Acompañada de alrededor de 30 personas, público principalmente femenino y mayor de 25 años, presentó su libro de la mano de Alberto Vicente, editor español de la coedición con Sílaba.
Las brisas, más allá de ilustrar el lugar y espacio de la novela, es la representación de la tierra, uno de los principales causantes de la guerra y la violencia en nuestro país. Yo creo que un país como el nuestro, que es inmensamente verde e inmensamente rico estaría llamado a construirse mucho más desde el campo, que desde las ciudades. Somos urbanos y pensamos que nosotros somos cemento. Nosotros no somos cemento, nosotros somos tierra. Ese es el lugar de la novela, las brisas que son la tierra.
Esta obra, construida por historias cotidianas en la que las mujeres son protagonistas, es la sucesión de los libros: Brazo del Rio y Joaquina Centeno, los cuales buscan crear memoria histórica. Durante aproximadamente 40 minutos, a través de una serie de preguntas realizadas por Alberto Vicente, Sandoval presentó los principales personajes del libro: Rosa, Elvira, la patrona y la muerte.
Por supuesto, todos nacemos, vivimos y morimos. La cuestión es que entre el nacer y el morir hay una línea y esa línea debería ser caracterizada por la vitalidad, no por lo tanático. Resulta que en Colombia lo digno del vivir se ha transformado en un morir lentamente. Los colombianos morimos varias veces al día de muchas maneras. Ese cómo morimos, siempre me ha impactado. Una cosa es morirse porque es un hecho natural, pero otra cosa es cómo nos morimos. Nosotros nos morimos en medio de la violencia que se comporta de varias maneras.
La violencia, con sus distintos actores e hitos, ha sido uno de los ejes transversales de los relatos nacionales de Colombia. Quizá, aprovechando que el invitado especial de esta Feria del Libro era Colombia, bajo el eslogan “Léete. El país invitado eres tú” y el Bicentenario, el público tuvo la oportunidad de encontrar historias que ayudan a construir esa memoria e identidad nacional tan vapuleada.
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