Directo Bogotá habló con el director de Arcadia, Camilo Jiménez Santofimio, sobre los desafíos y transformaciones de la revista, sus proyectos multiplataforma, su línea editorial, y el modelo de financiación.
FOTO: Portadas de la revista Arcadia
“La política editorial de Arcadia se resume en una sola palabra: Contar. Queremos contar lo que está pasando en el mundo de la cultura (...) Arcadia quiere ser, también, una invitación, una puerta abierta”. (Marianne Ponsford, octubre de 2005)
Este fragmento es parte del primer editorial de Arcadia, titulado “La puerta abierta”, escrito por su entonces directora Marianne Ponsford. Han pasado casi 14 años y hasta hoy la revista mantiene ese mismo espíritu.
Ponsford fundó la revista en 2005, la dirigió durante nueve años y en 2016 la sucedió Juan David Correa. En marzo de 2018, para la edición número 150, Camilo Jiménez Santofimio se estrenó como director de una de las publicaciones culturales más emblemáticas del país.
Jiménez Santofimio estudió filosofía e historia en Berlín y trabajó en el diario Süddeutsche Zeitung. Después de vivir once años en Alemania, a su regreso al país se desempeñó como corresponsal de medios extranjeros, y luego como reportero y editor de la revista Semana. En 2017 fue nombrado director de VICE Colombia y lideró proyectos como ¡Pacifista!, Candidater y Divergentes.
Las publicaciones periodísticas culturales con un manejo informativo riguroso son escasas en Colombia. Arcadia se ha mantenido en pie a pesar de la crisis económica que enfrentan los medios de comunicación en todo el mundo. No todos los públicos consumen este tipo de contenidos, mucho menos cuando son pagos (Arcadia cobra por el contenido de su revista en versión digital desde noviembre de 2017). Por esta razón, para los medios impresos los desafíos son cada vez mayores, en especial cuando deben complacer a públicos exigentes con contenidos de calidad y sin quebrarse en el intento.
Directo Bogotá [DB]: ¿Qué distingue a Arcadia respecto a otras publicaciones culturales en Colombia?
Camilo Jiménez Santofimio [CJ]: Primero debo decir que Arcadia no solo es una revista. Es también una plataforma digital y una plataforma de experiencias culturales en vivo, y además juega un rol central en el Grupo Semana al ser la vertical de contenidos culturales y creativos de la empresa.
Entonces, si vemos a Arcadia en su integralidad, se trata de un proyecto de contenidos como ningún otro en Colombia. Más allá de eso, si hablamos de enfoque, somos una revista cultural independiente que trata temas muy diversos y de actualidad, y esto nos distingue categóricamente de una revista cultural como El Malpensante, y de la prensa diaria y el periodismo informativo relacionado con cultura. De nuevo, nos concebimos como una plataforma periodística de contenidos culturales y creativos con múltiples canales, formatos y públicos.
[DB]: ¿A qué noción de cultura le apuesta la revista?
[CJ]: Estamos convencidos de que Arcadia debe tratar a la cultura como una visión de mundo, como una forma de ver las cosas, y que debe aproximarse a ella desde la intersección entre lo político, lo social y, obviamente, lo cultural. Cuando hablamos de cultura, hablamos de algo muy amplio, y al proceder de este modo se nos abre la posibilidad de tratar muchos temas; de ser, en el fondo, un proyecto sobre nuestra sociedad, una revista de sociedad.
[DB]: ¿Qué línea editorial maneja Arcadia?
[CJ]: Somos un lugar para el periodismo independiente, para los puntos de vista críticos, para la transgresión y la rebeldía, y para hablar de cosas relevantes para públicos amplios; esto incluye por supuesto al nicho cultural.
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[DB]: ¿Qué transformaciones grandes ha sufrido la revista en los últimos años?
FOTO: Camilo Jiménez en la Feria del libro 2019. Fotografía de David Ortega
[CJ]: Arcadia comenzó siendo un medio impreso, y hoy, como ya dije, es una plataforma de contenidos impresos, digitales y de experiencias. Ese es un cambio muy grande, que ha exigido grandes esfuerzos y mucha creatividad de parte de todas las personas que han pasado por aquí en estos catorce años.
Otra evolución tiene que ver con que nos hemos desmarcado de temas en los que sentíamos a Arcadia y a su público ya demasiado desgastados. Arcadia arrancó, por ejemplo, con una apuesta muy robusta en literatura, y si bien para nosotros hasta hoy sigue siendo central mantener ese perfil, queremos ser más que eso. Con Juan David Correa el cine colombiano logró tener un rol central en la revista. Pero hay que ir más allá. Hoy sentimos la necesidad de representar todos los segmentos de la cultura, y esto incluye las expresiones folclóricas y patrimoniales, urbanas y rurales. Y también artistas y creadores muy diversos deben poder ver en Arcadia un lugar para mostrarse.
Pero cuando hablo de que necesitamos abrirnos más me refiero a trascender ese rol convencional de medio cultural y buscar tener una relevancia también en otros sectores sociales, económicos y políticos. Arcadia hoy, entonces, no es solamente un punto de convergencia para la expresión artística, sino también un filtro para ver un panorama más completo, para ver a la sociedad y al individuo en el contexto del mundo y los tiempos que vivimos. Esto nos ha traído nuevos aliados y audiencias, y nos ha permitido llegar a gente, especialmente gente joven, que antes no se interesaba por Arcadia o que no se identificaba con nuestro proyecto.
Por último quiero añadir que Arcadia nació en Bogotá y que sus primeros años de vida consistieron en consolidarse sobre todo en esta ciudad, que es un centro de poder e influencia. Y esto era, digamos, algo necesario. Pero con el tiempo empezamos a crecer fuera de la capital del país, a través de estrategias muy puntuales. Empezamos a hacer ediciones especiales de la revista o campañas digitales sobre otras regiones, a aliarnos con entidades municipales y departamentales y con organizaciones de cooperación internacional para hacer proyectos sobre comunidades en otros territorios. Esto nos permite decir hoy con propiedad que somos un medio nacional.
[DB]: Con la crisis financiera de los medios ¿han sentido la presión económica? ¿Cómo lo han manejado?
[CJ]: Es bueno hablar de la financiación, de la situación económica, porque tiene que ser un tema del cual nuestras audiencias y aliados sean conscientes, y que también debe estar en el centro del debate público. Es un asunto que tiene una relación directa y crítica con nuestro futuro. En lo financiero, entonces, hemos tenido que vivir una transformación obligada y muy veloz. Al ser un proyecto del Grupo Semana, Arcadia cuenta con un equipo y una red de circulación que son clave para nuestra operación, pero que implican costos importantes, mayores de los que tendría una revista cultural convencional. Tenemos que ser sostenibles, y en un mundo sin pauta comercial para los medios, tenemos que ser muy creativos en la generación de ingresos y claros en el mensaje de que necesitamos apoyo para sobrevivir.
Lo que hemos hecho para sobrevivir ha consistido en dos cosas: conseguir más suscriptores y hacer proyectos en alianza con entidades con músculo financiero y convencidas de que hay que trabajar desde y con la cultura. La consecución de nuevos suscriptores va bien desde que cerramos los contenidos de la revista en internet, pero nos costará muchos años tener un número de suscriptores suficiente para vivir solamente de eso. Entonces, hasta que lleguemos a ese gran número de suscriptores, nos toca trabajar en otras estrategias: revistas especiales, proyectos digitales, eventos y experiencias en vivo, todo lo que nos permita llegar a muchas personas y generar ingresos por medio de patrocinios y alianzas y del trabajo en conjunto con entidades muy diversas. Hoy tenemos más de 60 socios, organizaciones nacionales e internacionales, públicas o privadas, culturales y de otros sectores, que le apuestan a apoyar Arcadia, nuestros proyectos, nuestra independencia y creatividad, y nuestras metas en relación con el individuo y la sociedad en que vivimos. Ahí está hoy la clave de nuestra supervivencia.
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[DB]: El cambio de modelo de negocio y la necesidad de suscriptores, ¿ha afectado en algo los contenidos de la revista?
[CJ]: El pago por suscripción no ha afectado en absoluto a la revista; por el contrario, la ha beneficiado. Cuando comenzamos hace casi dos años con esta apuesta de cobrar por contenido en internet no estábamos realmente muy seguros de si iba a salir bien. ¿Quién lo iba a saber? Pero tenemos la fortuna de que ha habido un crecimiento exponencial. Y en el fondo, esto en realidad no es una fortuna, es el resultado de un trabajo muy concienzudo, que ha consistido en no dejar de hacer contenidos de calidad, en responder siempre a criterios periodísticos fundamentales, y en lograr trabajar de manera colectiva con otras entidades. Nos consideramos periodistas, críticos e independientes, y eso la gente lo sabe valorar.
Por otro lado, a las estrategias de distribución y promoción de contenido pago les dedicamos tiempo, y las pensamos desde el equipo editorial en conjunto con los equipos de audiencias del Grupo Semana. Estamos convencidos de que tiene que haber coherencia entre lo que hacen los periodistas y lo que decimos desde la publicidad. Debe haber un solo mensaje, y este consiste en buscar llegar al corazón de la gente garantizando un excelente contenido y explicando que es necesario que nos apoyen para que existamos. Yo creo que a las audiencias hay que hablarles con gran claridad, y luego cumplirles. Así la gente entiende, responde al contenido que tiene relevancia y al final decide pagar y apoyar.
[DB]: Por último, ¿por qué es importante que exista una revista cultural en Colombia?
[CJ]: Colombia es un país con una gran producción cultural y creativa, y lo que surge de ahí, cuando es una expresión auténtica, tiene una enorme relevancia para nuestra identidad y para nuestro progreso como país. Es fundamental que haya plataformas que permitan hacer visible ese talento, y que haya proyectos como Arcadia que vayan más allá de la pura visibilización y que traten de darle sentido a la cultura. La cultura es un rasgo humano determinante y por ende tiene una conexión profunda con nuestras acciones. Hacer periodismo cultural –sea en una revista, en redes sociales o en un escenario físico– es tomar un camino hacia entendernos como seres sociales y políticos, y también hacía pensar.
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