Por: Juan Felipe Useche Chacón // Fotoperiodismo
El consumo lícito de la marihuana es uno de los temas más álgidos alrededor del mundo en este momento. Y dos jóvenes de la capital colombiana aportan su granito de arena al debate: a través del cultivo casero y el emprendimiento, han decidido tomar partido a favor de la legalización.
Santiago y Sergio son cultivadores legales de marihuana desde hace tres años. Cuando empezaron decían que lo hacían por gusto, que porque la hierba le había curado un gran problema de ansiedad y depresión a Santiago. Por esto, después de hacer todas las averiguaciones y recibir todos los permisos necesarios, decidieron irse de lleno con este negocio: tener menos de veinte plantas lo hace totalmente legal, tanto para consumo propio como para la venta medicinal.
La tarea de convencer a sus papás fue muy difícil, casi tanto como el proceso mismo de cultivo. Estas plantas tienen que pasar 16 horas al aire libre, y el restante, a la sombra; necesitan de una tierra especial, de ciertos químicos para el crecimiento y de un constante cuidado. Además, en ocasiones, deben ser albergadas en cuartos lumínicos por largas jornadas.
Los días de Santiago y Sergio son bastante largos: no solo se levantan temprano a vigilar las plantas, sino que estudian por su parte también. Es por esto que a veces tienen que dejar a alguien supervisando el cultivo, en caso de lluvia o de alguna luz inadecuada. Cuando vuelven, se dedican a hacer labores de jardinería y a atender a las personas que llegan a su casa/cultivo. De vez en cuando también consumen algo de su producción, y comprueban así su altísima calidad.
Por ahora, Santiago y Sergio siguen en su negocio, que también consiste en recorridos y pedagogía sobre la importancia de las plantas de marihuana y el estigma que estas cargan en nuestra sociedad. Según ellos, deberían impulsarse más esfuerzos por su legalización en el país.
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