Por: Juliana Blanco Lozano // Noticia
En entrevista con Directo Bogotá, Mauricio Rengifo, cantante, compositor, productor y ganador del Grammy Latino, habla acerca de la necesidad de expandir los horizontes de la música urbana.
Aunque mejor conocido por hacer parte del grupo musical Cali y El Dandee, su Grammy Latino lleva su nombre de pila: Mauricio Rengifo. El pasado 19 de noviembre, Rengifo ganó el premio a Mejor Productor del Año junto con Andrés Torres, después de haber estado nominados por 4 años consecutivos. Se convirtieron así en los segundos colombianos en obtener este galardón. Su compatriota Kike Santander fue el primero en recibirlo en 2002.
Los otros nominados en esta categoría fueron Rafa Arcaute, Eduardo Cabra, Pablo Díaz y George Noriega. De igual manera, los productores colombianos obtuvieron nominaciones en las categorías de Canción Del Año y Mejor Canción Pop. Canciones como “Runaway” (Sebastián Yatra, Daddy Yankee, Natti Natasha y los Jonas Brothers), “Infinito” (Andrés Cepeda y Jesse y Joy), “Cartagena” (Fonseca y Silvestre Dangond), “Colegio” (Cali & El Dandee) y otras nueve piezas más les dieron el triunfo.
Rengifo reveló lo que significa recibir este premio y las dificultades que ha tenido la industria de la música durante la pandemia. Además, resaltó que “el trabajo con Fonsi fue vital para que este premio llegara”, e hizo referencia al compromiso que tiene como productor, de “hacer música que la gente no se espere”.
Directo Bogotá [DB]: ¿Qué significa para usted ganar el Grammy Latino a Mejor Productor?
Mauricio Rengifo [M. R.]: Es una felicidad muy grande, es un sueño que tiene uno desde chiquito. Y aunque es un reconocimiento muy lindo, también uno sabe que está ganando porque muchas cosas se juntaron; no necesariamente porque uno sea el mejor productor del año. Uno tiene que tener eso claro. Hay muchísima gente que está trabajando desde el anonimato, que la está rompiendo, y seguramente en dos o tres años van a ser la referencia, pero ahorita nadie los conoce. Entonces, hay que tomárselo con agradecimiento, pero también sabiendo que el premio a Mejor Productor del Año es más un halago que una realidad.
DB: Si tuviera que elegir entre ser productor o cantante, ¿con qué se quedaría?
M. R.: Yo creo que lo uno tiene que ver con lo otro. Nosotros, junto con mi hermano Alejandro (Cali), empezamos a cantar porque podíamos producir desde la casa. Y fue por las canciones que estábamos lanzando con Cali y El Dandee que muchísima gente me empezó a buscar a mí para producir sus canciones. Yo creo que tiene una magia diferente hacer música para otro, ver cómo una canción funciona en la voz de otra persona y aprender de esa persona. También tiene magia sacar canciones de uno, que la gente se las aprenda y te tenga cariño por ese tipo de música. Así que no podría separar la una de la otra.
DB: ¿Cuándo empezó su carrera como productor?
M. R.: A los 11 años mis papás me regalaron un quemador de CD que tenía un demo de un programa de producción, y a mí siempre me había gustado imaginarme que desde la casa se podía hacer una canción. Podrías intentar sonar como la canción del grupo del que eras superfan. Le veía mucha magia a todo el mundo del estudio de grabación, aunque nunca había estado en uno. Entonces, me acuerdo de que empecé a hacer ensayos, y cuando tenía 12 años fui a un estudio por primera vez. Me enamoré de eso y desde ahí no he parado de hacer esto como hobby. Aunque ahora es mi trabajo, desde que soy chiquito lo hago.
DB: ¿Quién ha sido un referente para su carrera?
M. R.: Como productor, Max Martin siempre fue mi ídolo y sigue siéndolo. Él ha dibujado todo lo que es ser un productor pop: ha cambiado de género varias veces y se ha mantenido en el medio por mucho tiempo. Además, ha revivido tendencias y ha sobrevivido también a otras. Como artista, creo que Kanye [West], Blink 182 y Andrés Cepeda, que también fue muy importante para Cali y El Dandee. Esa es más o menos la lista, aunque es larga.
DB: ¿Cómo ha funcionado la industria musical en medio de la pandemia?
M. R.: Yo creo que ha tenido dos partes. Como productores, compositores y artistas, hemos contado con la fortuna de que el estudio es básicamente un estudio casero, así que hemos podido ir todo el tiempo y estamos solamente nosotros. Durante todo el aislamiento pudimos seguir trabajando igualito, o de pronto más. Por otro lado, estamos conscientes del duro golpe que les ha dado a los shows, aunque esto no nos afecta tanto a nosotros como a los músicos, a los técnicos, a la gente que se encarga de boletería y la gente de eventos.
Así que tenemos que ser agradecidos de poder escribir y sacar canciones sin necesidad de estar tocando en vivo. Pero sabemos que es necesario que la solución se encuentre rápido, para que todo el resto de gente que vive particularmente de los shows pueda subsistir y recuperarse de este golpe.
DB: El premio también fue para su compañero Andrés Torres. ¿Cómo inició este dúo?
M. R.: A él lo conocí hace 5 años, porque toco batería con Cali y El Dandee cuando vivíamos en Bogotá. Pero empezamos años después, cuando yo ya vivía acá en Los Ángeles. Comenzamos mandándonos música y sonidos y pidiendo la opinión del otro, porque compartíamos mucho nuestra forma de ver la producción. Teníamos los mismos ídolos y, aunque somos muy diferentes, a la hora de escribir y de producir nos complementábamos. Así que primero fuimos amigos en Bogotá y hace 4 años empezamos a trabajar.
DB: De los proyectos que ha realizado con Andrés, ¿cuál ha marcado un antes y un después en su carrera?
M. R.: Sin duda alguna, “Despacito” fue un antes y un después. Pero yo creo que en nuestra carrera ha sido muy importante que no solo hemos hecho un género de música, y eso nos lo reconocen mucho. Hemos intentado siempre mezclar reguetón y pop con otros géneros, y nos enorgullecemos de siempre insistir en hacer ritmos diferentes. Creo que eso es lo que te da realmente longevidad.
DB: ¿Cree que la producción de “Despacito” fue un trampolín para ganar el Grammy a Mejor Productor?
M. R.: Definitivamente. Fue, además, un trampolín para producir muchísimas canciones. Desde que hicimos “Despacito”, mucha gente nos buscó para producir música. Además, creo que la canción tuvo que ver también con que el mundo entero empezara a escuchar reguetón de una forma más activa y sin importar el idioma. Muchos saben que nosotros fuimos parte de eso y que por supuesto nos ayudó a ganar el Grammy. Así que todo lo que hemos hecho con Fonsi fue vital para que este premio llegara.
DB: ¿Qué nuevos proyectos le esperan?
M. R.: Intentar hacer música que la gente no se espere. Sabemos que el reguetón es lo que todos bailamos y lo que todos oímos, y eso va a seguir pasando. Pero hay que intentar seguir abriendo los horizontes de la música latina, y la única forma de hacerlo es sacando y haciendo funcionar música que no necesariamente debería pegar. En eso nos vamos a enfocar este nuevo año.
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