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  • Mariana Muñoz Rodríguez //

Los mejores lugares para tomar chicha en Bogotá


Muday, tejuino, azua o mejor conocida como chicha, es la bebida que se prepara a partir de la fermentación de maíz u otros cereales como el trigo, la quinua y el arroz. Los pueblos indígenas latinoamericanos, así como los muiscas en Colombia hicieron de la chicha parte esencial de su dieta alimentaria que, por cierto, era mayoritariamente líquida. Directo Bogotá visitó los mejores lugares que reviven esta bebida ancestral.

FOTO: Chicha de Colores en el Chorro de Quevedo.

Como herencia, la chicha se transformó en una bebida únicamente alcohólica, despertando el recelo de quienes creían que era la culpable de las riñas y peleas que se desataban con gran frecuencia en la ciudad. Durante el siglo XX, la chicha era la bebida que ‘embrutecía’, que convertía a los hombres en salvajes. Por esta razón, se prohibió su consumo cerca a las iglesias, los colegios, y los parques.

La poca higiene y la estigmatización del consumo de la bebida ocasionó que la cerveza en menos de treinta años reemplazara el mercado de la chicha casi en su totalidad. Después de muchos años de clandestinidad, prohibición, y rechazo, el consumo de la chicha logró mantenerse como tradición en los barrios más antiguos de Bogotá.

Por eso hoy, el Chorro de Quevedo, uno de los espacios más icónicos de la ciudad donde existen más de 15 lugares donde se puede tomar chicha, es una parada obligada para capitalinos, turistas, y extranjeros. Eso sí, su venta está estrictamente controlada por la Secretaría Distrital de Salud, que vigila los sitios que ofrecen la “bebida de los dioses indígenas”.

Museo “La Bendita Chichería”

Carrera 1 Calle 12 bis, Chorro de Quevedo

Hace siete años la chicha es sagrada en este lugar. Las paredes están llenas de fotografías en blanco y negro con paisajes capitalinos y retratos de Jorge Eliécer Gaitán. El restaurante está decorado con figuras del arte precolombino, ollas de barro y objetos artesanales. La salsa suena tan fuerte que es necesario subir el tono de la voz para escuchar a la persona de al lado.

Detrás del restaurante, casi escondido, está el museo. El dueño, Alfredo Ortiz, ha dedicado su vida ha estudiar la historia de esta bebida y por eso decidió construir este espacio que permite recuperar nuestras raíces y las costumbres de nuestros ancestros. Las personas que decidan ir, también podrán tomar zhuke, chirrinchi, y guarapo si la chicha se queda corta para una degustación ancestral.

Para ellos la chicha es sana y de hecho tiene facultades probióticas porque su contenido facilita el proceso digestivo. Por eso, se prepara en una bodega especial donde se intenta obtener el sabor más tradicional posible, alejado de productos artificiales. Si quiere tomar chicha auténtica, este es el lugar, porque incluso los meseros le enseñarán cuál es la forma correcta de beberla para explotar todo su sabor: contacto visual, olfato, degustación debajo de la lengua y ¡a repetir! Si prefiere sabores diferentes al original, también puede deleitarse con la chicha de mora, maracuyá y lulo.

Precios:

Botella personal $6.000

Botella completa $12.000

Chicha de Colores

Carrera 2 #12b-49, Chorro de Quevedo

Este pequeño local, ubicado en el centro de la Calle del Embudo, ofrece hace cinco años la famosa chicha de colores. Aquí hay mayor diversidad de sabores: uva, maracuyá, lulo, piña, mora, y mango. Su dueña cree que la consistencia es el punto clave de la chicha “está en el punto exacto de textura y espesor, porque si queda aguada, se parece al guarapo, y si queda espesa, a una colada fría”. Además el grado bajo de fermentación es el adecuado para todo tipo de público, en especial, los extranjeros que no están acostumbrados al sabor.

Si usted solo quiere comprar una chicha y seguir caminando por las calles tradicionales de Bogotá, la Chicha de Colores es una buena opción. Aquí no hay sillas, ni mesas, pero si una tienda donde puede comprar ‘mecato’ para acompañar su bebida ancestral.

Precios:

Vaso $4.000

Botella $6.000

Litro $7.000

 

¿Qué tal chicha con empanada?, mira: Cinco lugares para comer empanada en Bogotá.

 

Café Casa Galería

Cra 2 # 12b - 92

Está ubicada en toda la esquina de la Calle del Embudo, funciona como hotel hace diez años y como restaurante hace cinco. Es un espacio bohemio, juvenil y moderno donde podrás comer almojábanas, pandebonos, sandwiches y empanadas horneadas mientras escuchas música alternativa en inglés.

La particularidad de esta bebida en Café Casa Galería es que es ‘chicha dulce’, es decir, su grado de fermentación es mucho menor de lo usual para acaparar una mayor cantidad de público. La chicha de este lugar es perfecta para quienes buscan un sabor dulce acompañado de espesor, donde los pedazos de maíz aún se hacen visibles en la totuma.

Precios:

Totuma $2.500

Doña Bertha

Carrera 5 #30a-40, Plaza de la Perseverancia.

La chicha en la Plaza de la Perseverancia tiene mayor historia que en el Chorro. Los empleados de Bavaria que fundaron este barrio no pudieron dejar de consumir esta bebida, a pesar de trabajar en la fábrica de cerveza más importante del país. Por esta razón, tres de las chicherías más reconocidas y tradicionales de Bogotá funcionaron allí: Las Violetas, La Campana, y Las Orquídeas. Actualmente, aunque estas chicherías no funcionen, todavía viven en este barrio mujeres que han heredado la receta familiar de sus madres, abuelas y bisabuelas para preparar la bebida indígena en sus casas y venderla en la Plaza de la Perseverancia.

Este es el caso de Doña Bertha, que lleva 17 años en su local, ubicado dentro de la Plaza, haciéndole honor al legado culinario de su madre. Aunque su especialidad es el masato, Doña Bertha vende chicha desde hace un tiempo porque está consciente del gusto de los visitantes por la bebida, y más aún con el Festival de Chicha que se celebra cada año en la Plaza. Para ella, el secreto de lo que prepara es que es “con mucho amor, higiénico, garantizado y no le hace daño a la gente”. Además, su chicha es fermentada al ambiente, y endulzada con miel y panela. Si quiere disfrutar de una opción casera, artesanal, hecha en casa y económica, la chicha de Doña Bertha es una excelente opción.

Precios:

Vaso pequeño $1.000

Vaso mediano $2.000

Chichería Demente

Calle 69 #15-08

En este restaurante bar de Chapinero todo está demente. Las mesas son pupitres de colegio, las paredes están enumeradas como en los parqueaderos, y el techo está lleno de cajas de cartón y canastas de plástico apiladas como en una bodega. Este lugar hace aproximadamente dos años busca ofrecerle al cliente platos de alto nivel, pero conservando la esencia de un piqueteadero típico de la sabana y, por esta razón, la chicha es una compañía indispensable para la cocina popular.

Lo curioso de este lugar es que se puede escoger la chicha preferida, venden tres clases: la del Chorro, la de la Perseverancia y la del Barrio (Barrio La Concepción donde se encuentran ubicados). Ellos afirman que sus proveedores son “las familias que se han dedicado toda su vida a hacer chicha” y ese es su gran diferencial, “aunque no produzcamos nuestra propia chicha, vendemos lo más emblemático de Bogotá haciendo un homenaje a las familias tradicionales de la chicha”. Los clientes encontrarán tres opciones con distinto sabor, espesor y color, y podrán acompañar la bebida con una carne madurada, especialidad del lugar.

Precios:

Vaso $10.000

 

 

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