A pesar de las denuncias y movilizaciones de la comunidad, se reanudará la obra luego de estar frenada por más de dos meses.
Inicio de obra en Parque Mirandela // Fotografía de Raúl Pabón
A raíz de los actos de inconformismo que han desarrollado los habitantes del barrio Mirandela en contra del proyecto, la secretaría de educación expresó en su cuenta de Twitter que hasta el momento se han perdido alrededor de 55 millones de pesos por los retrasos que han causado las acciones de los miembros del barrio. El pasado 22 de diciembre, la secretaría de educación y la alcaldía de Bogotá, anunciaron el inicio de la construcción de un colegio en el parque del barrio Mirandela, ubicado en la localidad de Suba. No obstante, la comunidad afirma que, con la construcción, se les vulnerará el derecho a la recreación y al disfrute del espacio público.
El grupo Mirandela Residencial, conformado por habitantes del sector, se ha encargado de realizar movilizaciones, acciones populares, tutelas, solicitud de nulidad de la licencia de construcción y una audiencia pública contra el proyecto. “No hubo socialización de la construcción del colegio con la comunidad, y la única respuesta de la alcaldía fue enviar a agentes del ESMAD”, afirmó Raúl Pabón, miembro del grupo.
El parque tiene un área de 19.258 m2 de los cuales se utilizarán 4.873 m2 para la construcción del centro educativo, que beneficiará a más de 600 niños de primera infancia y primaria. La institución contará con aulas especializadas para atender a los niños más pequeños; tendrá ludoteca, laboratorios de ciencias e idiomas, taller de arte, biblioteca, cancha múltiple, cocina y comedor. La jefa de prensa de la alcaldía de Suba, expresa su descontento con la posición de los habitantes del sector de Mirandela, pues explica que los alumnos del barrio Nueva Zelandia se encuentran hacinados, y con el nuevo plantel, se aumentaría la cobertura en la educación de la localidad.
Para los residentes de Mirandela, el colegio perjudica directamente su estilo de vida, pues es uno de los principales espacios de esparcimiento que poseen los habitantes del barrio. Por otro lado, opinan que el proyecto no satisface la necesidad de la comunidad beneficiaria, pues según Pabón, la priva de tener un proyecto que mejore su desarrollo urbanístico y obliga a los niños de Nueva Zelandia a caminar entre 1 y 2 kilómetros desde sus casas hasta el colegio.
La secretaría de educación hace énfasis en que los nuevos espacios podrán ser utilizados por todos los habitantes de Mirandela. Además, la jefa de prensa de la localidad, asegura que el plan de la alcaldía es transportar a los niños en rutas hasta el colegio. Pese a los plantones diarios que ya cumplen más de 50 días, y las acciones legales impuestas por los residentes, el juez del caso ha determinado que no se vulnera ningún derecho de la comunidad y ahora, la secretaría de educación tiene vía libre para iniciar la obra.