“Voces, para transformar a Colombia” es la presentación a Cargo del Museo Nacional de Memoria Histórica y da cuenta de lo que será en el futuro este epicentro, de verdad, justicia y reparación.
Entrada al pabellón 20 de memoria histórica // Foto tomada por: Claudia Camila Vargas González
El pabellón 20 de la Feria Internacional del Libro, está dedicado exclusivamente a la construcción de memoria histórica del conflicto armado en nuestro país. Desde los 'Wiwas', hasta los campesinos del sur del Cauca, son protagonistas de este evento que pretende sensibilizar al espectador hacia la cruel realidad de las víctimas de la violencia.
El Museo de Memoria Histórica de Colombia (MMHC) presenta por primera vez en la 31ª versión de la Feria internacional del libro de Bogotá 'Voces para transformar a Colombia', un espacio de memoria creativa, que pretende acercar el espectador hacia las experiencias de violencia durante el conflicto armado en nuestro país.
“Tierra, agua y cuerpo son los caminos para que la memoria, sea una aliada para la paz y no un obstáculo para la reconciliación”, aseguró a 'Directo Bogotá' Juan Pérez, coordinador de educación en el MMHC.
Pérez rescató que el principal objetivo de que esta exposición estuviera en la FILBO, radica en que las personas reconozcan que todos hemos sido parte de la guerra, directa o indirectamente.
A lo largo del recorrido se construye el conflicto desde cuatro temáticas: participación, resistencia, medio ambiente y conflicto en los entornos urbanos. Uno de los murales más representativos está dedicado al exterminio de la UP como una llamado de atención a que la violencia será siempre un atentado a la democracia que no se puede volver a permitir.
Foto tomada por: Claudia Camila Vargas González
Directo Bogotá habló con Antonio Pinto Gil, indígena Wiwa del sur de la Guajira y representante de la tierra en el Centro de Memoria Histórica Nacional, quien expuso los daños medioambientales que ha dejado la guerra a su población. Así mismo aseguró que se debe hacer un ritual de sanación con la madre tierra para que aleje las enfermedades, plagas e indiferencia que flagelan a su población. Con respecto a las actividades que se adelantaban en el pabellón 20, Pinto reconoció el esfuerzo por visibilizar la violencia y “acabar con la frialdad de los colombianos”.
A partir de estrategias pedagógicas como historietas, videos, canciones, el espectador puede aproximarse al dolor que alguna vez se alojó en las poblaciones más azotadas por la violencia como el Putumayo o la Comuna 13 y finalizar el recorrido con una sensación de esperanza y reconciliación en el segundo piso del pabellón con las Tejedoras de Mampuján, en pocas palabras pasar “del dolor al canto".
Foto tomada por: Claudia Camila Vargas González