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Camilo Alejandro Moreno Chávez -

“Para mí ellos no han muerto”: Carmen Zuluaga Muñoz


Hace 12 años, su esposo y su hijo fueron asesinados, en Vista Hermosa (Meta).

Fotografía tomada por: Camilo Andrés Arenales

“El 3 de enero de 2006, mi esposo, Henry, tenía 33 años cuando lo mataron en Vista Hermosa y el 23 de junio del mismo año mataron a mi hijo, Yeiler, con apenas 15 años y 3 meses cumplidos, a él lo mataron en la vereda Palmeras. Fue el ejercito y cuando me mataron al niño no pude ir a reclamar el cuerpo porque tenía miedo, me habían tildado de guerrillera. Llamé a una familiar y le conté que habían matado a Yeiler, le dije que estaba en Granada, Meta, y se fue a colocarle una cruz con su nombre y no la dejaron porque me querían a mí, decían que la mamá guerrillera debía poner la cara”.

Durante años los Llanos Orientales fueron golpeados por grupos paramilitares y guerrilla y, por si fuera poco, por el Ejercito que, en su afán de mostrar resultados, mató inocentes a los que presentó como guerrilleros muertos en combate. Es la historia del esposo y el hijo de Carmen: ella agrega que, no contentos con haberlos matado, luego amenazaron su vida y la de su otro hijo.

“Va pa’ dos años que me entregaron el cuerpo del papá, el 26 de septiembre y ahora el 7 de junio se cumple el año de que me entregaron el niño, o bueno, los huesitos”, las víctimas del conflicto y en especial las víctimas de ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos llevan un proceso bastante largo al momento de la entrega de cuerpos o el reconocimiento de estos y muchas veces existen desconciertos. “La verdad no estoy contenta con el cuerpo de mi esposo, no hago de cuenta que ese cuerpo es de él porque mi esposo tenía platinos en la pierna derecha después de un accidente. Lo único que concuerda es un hueco de bala que le atraviesa el cráneo”.

Muchos familiares temen denunciar por miedo a que los sigan persiguiendo, no obstante Carmen tuvo la valentía de salir y hablar. Se contactó en primera instancia con . Ramiro Orjuela que ha sido su abogado y bajaron a Puerto Toledo a una reunión con los altos mandos del Ejército, pero, aun así, cuenta Carmen, seguían jugando con ellos porque no les daban la importancia o mostraban el merecido respeto al dolor de las aproximadas 500 personas que asistieron.

“Desde entonces no he regresado a Vista Hermosa, aunque allá tengo mi casita, y el día que baje será a venderla porque de allá sólo quedan malos recuerdos. Recordar a mi esposo y a mi niño es muy duro, es muy difícil, aunque a ellos los sigo viendo cómo eran; sus cumpleaños aun se los celebro.”

El cambio de vida que tuvieron que afrontar fue bastante difícil pues tras la muerte de su esposo, Carmen intentó buscar un trabajo con el que pudiera sostenerse y sostener lo que quedaba de su hogar y trabajó como empleada de servicio donde le pagaban diez mil pesos el día; su hijo Yeiler la hizo renunciar pues con lo que él trabajaba sustentaba el hogar “y a los tres meses de eso, me lo mataron”.

Carmen tuvo que partir rumbo a Bogotá, con el hijo que quedó vivo, después de que alguien le dijera que si no se iba, iba a morir. “Nos dedicábamos al trabajo en fincas y ahora soy recicladora, prefiero recoger una basurita que andar delinquiendo. No tenemos idea de por qué nos estaban persiguiendo, mi esposo era un buen esposo, buen padre y mi hijo un excelente hijo, pero claro, el señor Uribe necesitaba mostrar resultados se llevaron primero a mi esposo supuestamente por sospecha y cuando mataron a mi hijo lo hicieron por lo mismo, le pusieron alias el Bizco”

El dolor que muchas familias deben afrontar después de la pérdida de sus seres queridos es muy duro pues la misma manera de morir causa sufrimiento:cuando mataron a mi hijo me acabaron con la vida, me destrozaron. Con mi esposo no, uno tiene un exnovio, exmarido, pero nunca un exhijo”

Uno de los dolores mas grandes que tienen las familias es ver que los autores materiales e intelectuales de los hechos sigan libres, y en el caso de Yeiler sus victimarios siguen libres.

Ramiro, su abogado, comentó públicamente que son los altos mandos encabezados por el Ministro de Defensa quienes deben pedir perdón de manera personal a cada una de las víctimas, doña Carmen dice tener preparadas tres preguntas para el día en que eso suceda “les preguntaré, pero que no vayan a agachar la cabeza porque sé que les va a doler, me deben contestar mirándome a los ojos, ¿por qué lo hicieron? ¿tienen hijos? ¿qué estaba haciendo mi niño? Si supuestamente lo mataron porque era un guerrillero”

Después de tanto tiempo lo que queda es perdonar -agrega Carmen- perdonar, pero no olvidar, “perdono a quienes le hicieron esto a mi esposo y a mi niño, pero no olvido estos hechos.”. “Les digo a las víctimas que luchen, que si no tienen sus cuerpos luchen y los recuperen porque no hay descanso mas hermoso que tener donde tener donde llorar a su familiar o donde llevarle una flor.”

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