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Moda colombiana en pandemia: la reinvención de las marcas y el boom de las ventas virtuales

Por Isabella Orejarena // Periodismo cultural


La crisis de la moda colombiana en pandemia puso en riesgo a miles de familias. Según cifras del Registro Único Empresarial, esta industria es el sector que más genera plazas en el país, con el 29% del empleo industrial. Y su recuperación es también una de las más rápidas.

Imagen tomada de Pixabay

La moda colombiana vio en la pandemia una oportunidad de reinvención no solo en el diseño y el consumo, sino también en la conciencia alrededor de las marcas locales. El apoyo a la producción nacional y la ampliación digital del mercado han suscitado un crecimiento que promete recuperación y muy buenas noticias para el país, pues el sector de la moda en Colombia —confecciones, textiles, marroquinería, calzado y cuero— representa el 8.5 % de nuestro PIB industrial, según datos del Ministerio de Comercio.


Durante la crisis entendimos que la reactivación del sector colombiano de la moda no suponía un capricho innecesario: este emplea al menos a 621 172 personas, según cifras del DANE. Juntos, diseñadores, industriales, emprendedores e incluso influencers se reinventaron en diferentes ámbitos demostrando que no tienen nada que envidiarle a las grandes pasarelas del mundo.


Y es que los primeros afectados, en marzo de 2020, fueron aquellas marcas y diseñadores que dependían total o mayoritariamente de las ventas presenciales. Los grandes almacenes, las tiendas físicas y los distribuidores del sector de la moda tuvieron que cerrar sus centros de venta, parar la producción y dejar de recibir ganancias, al menos durante los primeros cuatro meses de cuarentena.

Dentro de este sistema, el sector del calzado, cuero y marroquinería fue uno de los más impactados durante los meses de cierre y reactivación. Según cifras del Ministerio de Comercio, el 92 % de las empresas que producen calzado y marroquinería son pequeñas o medianas y están ubicadas en su mayoría en Cundinamarca, Santander y Norte de Santander. Para ellos, el cese de producción y ventas supuso un reto mayor.

En Colombia hay más de 11 000 empresas productoras y distribuidoras de zapatos. Ubicada en Bucaramanga, la capital del calzado colombiano, Botía es una de esas empresas que enfrentó los retos de la moda en pandemia: “Los primeros meses fueron supremamente duros. Teníamos contratos con cadenas como Bata, y ya habíamos hecho la inversión de esas producciones que se suspendieron con la cuarentena”, revela Maira Botía, una de las dueñas de la marca.


Pero pronto encontraron una vía alternativa. Conforme pasaron los meses, las redes sociales le permitieron a Botía y a miles de productores de moda explorar nuevos canales de comercialización. “Ya teníamos redes sociales, pero con la pandemia empezamos a usarlas, especialmente Instagram, donde encontramos compradores. Pero al comienzo no fue fácil”, cuenta Botía.


En el país, 56.3 % de las ventas de moda se realizan hoy a través de plataformas digitales, según un estudio de Colombia Productiva. Esto demuestra que la pandemia no solo obligó a distintos sectores de la moda colombiana que se limitaban al comercio tradicional a virtualizarse descubriendo nuevos mercados, sino que también aceleró hasta cinco años los avances que se tenían previstos para la digitalización comercial en Colombia. Diseñadores y vendedores de moda que ya tenían una tienda física y clientela presencial ingresaron a las redes para vender sus diseños. Además, aumentó la creación de marcas nativas digitales pertenecientes a pequeños emprendedores.

 
 

En Colombia, según el DANE, hay cerca de 11 millones de jóvenes (18 a 28 años), de los cuales el 23.9 % está desempleado. Pero esta cifra ha disminuido porque los jóvenes han encontrado en las redes sociales fuentes de ingresos propios, sin depender de un empleador, con emprendimientos que van desde postres y manualidades hasta artículos de moda y accesorios.


Uno de ellos es @palmaverde_, un emprendimiento cartagenero de accesorios, pañoletas, turbantes y pantalones ligeros que nació en pandemia y que en cinco meses ya tiene cerca de cuatro mil seguidores, hace envíos internacionales y colabora con modelos como Julieta Piñeres y Vanessa Domínguez. Su dueña es Sofía Mercado, una joven de tan solo 20 años que ya genera ingresos propios con las ventas de esta marca 100 % colombiana —todo: telas, mano de obra. empaques...—. “Antes, las compras por Instagram ya estaban activas, pero la pandemia ayudó mucho a la moda local y esto fue clave para que Palma Verde creciera como lo ha hecho en tan poco tiempo”, cuenta Sofía.

Por más extraño que parezca, cuando los colombianos se vieron aislados en sus casas comenzaron a valorar como nunca las marcas colombianas que ya no podían salir a comprar y que seguramente ignoraban dándoles mayor valor a etiquetas de renombre internacional. De ahí que se crearan múltiples movimientos virtuales de apoyo a la moda local y los diseños colombianos. Entre ellos están Vístete de Colombia, una plataforma digital que dio visibilidad a distintos diseñadores y marcas nacionales de la mano de grandes artistas colombianos como Carlos Vives y Andrea Serna.


También influenciadores y micro influencers como la modelo paisa Estefanía Montoya constantemente prestan sus redes sociales para promover emprendimientos locales y emergentes. “Apoyo la moda local porque me parece importante compartir marcas de excelente calidad hechas en Colombia, que además hacen moda de forma más sostenible que el fast fashion, dice Montoya. Esta destacó también cómo las marcas nacionales generan confianza de forma orgánica con potenciales compradores rompiendo la creencia de que la moda internacional y las grandes marcas son mejores que los diseños locales.


“A las personas cada vez más les interesa más vestirse con moda colombiana, y entienden que esto no significa solo comprar local, sino también construir país”, explica la diseñadora de joyas y vestidos de novia Noelia González. En pandemia tuvo que cerrar su tienda física en el centro histórico de Cartagena y encontró en las redes sociales, a las que poco uso les daba para su marca Noah Concept, lo que es hoy su fuente principal de ingresos: sus seguidores de Instagram. Y añade: “En el aislamiento encontré mayor inspiración para crear colecciones más pensadas, lo que aumentó mis ventas en un 300 %”.


Las cifras y datos también respaldan el apoyo que se da cada vez más a la moda local. Según Inexmoda, la reactivación de esta industria ha sido más rápida de lo que se esperaba. En diciembre de 2020, por ejemplo, la institución registró que los hogares colombianos gastaron alrededor de 2.91 billones de pesos en artículos de moda, y se prevé que si este apoyo y consumo continúan, al cerrar el 2021 el sector habrá crecido un 4 %. De ser así, estaría cada vez más cerca de superar las pérdidas que trajo la pandemia al sector.


Se estima que en 2022 el ecosistema de moda colombiano se recuperará por completo y podrá superar o regresar a la cifras de 2019. De esta manera, la industria de la moda será una de las más rápidas en recuperarse, ya que en pandemia logró llegar a nuevos públicos con el boom de las ventas digitales, expandir su potencial de la mano de diseñadores y marcas que vieron oportunidades de mejora a sus propuestas creativas y, en especial, crear una cultura de consumo y apoyo hacia la moda local.

 
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