Por: Fernán Fortich // Periodismo Cultural
Con las enseñanzas que dejó el año pasado, tres instituciones culturales se imaginan sus espacios ahora, en 2021. El Teatro Libre de Bogotá, el Museo de Antioquia y Lefebre Subastas relatan las dinámicas que se mantendrán y acompañarán su deseado regreso a la presencialidad.
Con estallidos de aplausos tras la bajada del telón, recorridos por pasillos llenos de arte y pujas vibrantes entre coleccionistas, teatros, galerías y museos se imaginan el regreso progresivo de la cultura a la vida pública en 2021. Eso sí: el comienzo de un nuevo año no supuso ni supondrá el retorno del mundo cultural como lo conocíamos.
Sin embargo, con distintos grados de optimismo, el Teatro Libre, el Museo de Antioquia y Lefebre Subastas se preparan y predicen el nuevo panorama para la experiencia del arte en persona. Con los desafíos inusitados que dejó la pandemia del COVID-19 y no abrir sus puertas durante meses, estas instituciones culturales ven con esperanza esta entrada del 2021.
Añorando la presencialidad de los teatros: Fabian Velandia, director del Teatro Libre
“Imagino a la gente llegando al teatro y llenando de nuevo de emociones las salas. Y, claro, ¿a nosotros los artistas qué nos hace falta? Muchos aplausos”, explica a través de una llamada telefónica Fabian Velandia, director ejecutivo del Teatro Libre de Bogotá. Con la crisis, este actor se volcó a la administración de la compañía teatral. Además su mayor deseo es compartido por muchos: volver a la presencialidad. El Teatro Libre inició su temporada presencial en febrero de 2020, pero solo estuvo abierto al público un mes. La cuarentena en Colombia comenzó en marzo, así que pasaron la mayoría del año en una serie de temporadas virtuales.
“Usamos el espacio que tenemos para hacer sets de grabación”, señala Velandia, según quien continuarán produciendo teatro audiovisual con el fin de seguir llevando este arte a la sociedad, aunque no será su prioridad. Esta compañía teatral fundada hace 47 años fue el primer teatro en Latinoamérica en producir una serie web en 2016. Así combinarán ambas modalidades en la nueva normalidad cultural.
En 2020 regresaron pocos teatros de Bogotá, entre los que destacan el Teatro Petra. Para los teatros pequeños, las medidas de bioseguridad hacen imposibles presentaciones presenciales rentables. El director del teatro asegura que con el aligeramiento de los protocolos se está pensando cada vez más en la presencialidad; particularmente en Cali y Medellín se están dado pasos firmes para un mayor regreso del teatro en vivo.
Su director asegura sin reservas que es necesario. En 2020 se redujo en un 90 % el público proyectado para sus obras de teatro, equivalente a 9500 personas al año. Aun así, algunas de sus presentaciones digitales como Ascuas y azufre tuvieron cerca de 900 visitas en vivo, lo que triplica la capacidad de sillas físicas del Teatro Libre.
Los museos tienen mucho por decir: María del Rosario Escobar, directora del Museo de Antioquia
“Lo digital nos abrió una puerta muy grande. Si fuera, digamos, 1990 y estuviéramos en la situación actual, sin redes sociales, estaríamos completamente hablándole al desierto”, exclama con un fuerte acento paisa María del Rosario Escobar, directora del Museo de Antioquia. En 2021 el museo cumplirá 140 años, y sus directivos esperan celebrar esta ocasión de manera presencial, aunque aseguran que lo harán también de manera virtual. La pandemia contribuyó a acelerar la interacción del público con el museo en redes sociales y, por suerte, según la antioqueña, el museo aún tiene mucho que decir.
Juan Guillermo Bedoya, jefe de comunicaciones del museo, aseguró, con voz grave y serena desde su oficina, que la institución tiene “un espacio muy bonito ligado a la Plaza Botero”. Allí venían proponiéndose exposiciones abiertas alrededor del museo, para que la ciudadanía sea crítica y espectadora del arte. Con la virtualidad, se continuará el mismo proceso, pero a través de ágoras virtuales.
En 2020, el Museo de Antioquia trabajó particularmente sobre los bienes culturales “incómodos” que pertenecieron a narcotraficantes. Este programa buscaba acompañar a los dueños de estas piezas y hacer socializaciones con la sociedad antioqueña, para introducir las piezas sin connotaciones negativas. Para 2021 se espera que cada live o charla alcance niveles de invitados y de discusión interesantes en las 9 subregiones antioqueñas.
La tensión virtual del martillo de las casas de subasta: Santiago Valencia, de Lefebre Subastas
“En 2021, me imagino a la casa de subasta en un día de exposición: gente tomando vino, admirando las obras y discutiendo con otros aficionados al arte las piezas expuestas”: esto piensa el asistente de dirección de Lefebre Subastas, Santiago Valencia. A través de una llamada telefónica, confesó que esta temporada virtual significó todo un aprendizaje empírico para las subastas en línea bogotanas. Lefebre es uno de los únicos dos espacios físicos en la ciudad dedicados a la venta de arte.
“Aprendimos rápidamente que hay que hacer más campañas y eventos en línea para crear más intimidad. Hay que ir más allá de los catálogos e intentar crear el ambiente de las subastas”, afirma Valencia, emocionado. A pesar de esta corta experiencia con lo digital, lograron vender una pintura del artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín por 182 millones de pesos: una de las mayores ventas para esta casa de subastas que solo tiene 4 empleados en su nómina.
“Una de las principales mejoras que pensamos hacer es tener nuestra propia plataforma para las subastas en internet, que se adapte mejor a nuestras necesidades y sin la comisión”, confiesa Valencia. Para él 2020 fue un buen año a pesar de todo. Interrumpido varias veces en inglés por un coleccionista impaciente, Valencia cuenta a través de una llamada de WhatsApp que recientemente abrieron su espacio al público de manera presencial. Asistieron cerca de 100 personas a la última subasta del año.
Según estas tres instituciones, las experiencias culturales colectivas fueron posibles gracias a las herramientas digitales que, incluso después del COVID-19, se quedarán en el paisaje cultural. Los espectadores de galerías, museos y teatros podrán escoger si ver una obra desde la silla del teatro o desde el sofá de su casa. Con todo, las instituciones culturales se proyectan a continuar creando espacios y funciones con las enseñanzas de un omnipresente 2020 y un esperanzador año en curso.
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