Un municipio duramente golpeado por el conflicto, hoy renace desde la agricultura, el comercio y el turismo.
Fotografías tomadas por: David Ortega y Karen Quintero
Centro poblado de El Dorado
A este municipio, que está enclavado en el Piedemonte Llanero y forma parte del Parque Nacional de Sumapaz, se llega por carretera. En un recorrido, que desde Villavicencio, toma más de dos horas de viaje por un extenso valle poblado de múltiples tonos en verde y un par de bases militares, así como algunas paradas obligatorias en los municipios del Guamal, Acacías y Cubarral.
El Dorado advierte una densa calma entre sus pocas y pequeñas calles, una plaza de toros muy sencilla es la estructura que se impone ante las demás construcciones que no superan los dos pisos, también está la iglesia y una cancha de fútbol que completan el paisaje del casco urbano en el que viven aproximadamente 3500 habitantes.
Hoy, El Dorado es uno de los 322 municipios priorizados para el programa de desarrollo con enfoque territorial en el posconflicto, además, fue reconocido como sujeto de reparación colectiva, pues durante décadas se constituyó como el campo de batalla entre guerrilla y paramilitares, generando una ruptura del tejido social, enemistades con su municipio vecino El Castillo, y daños colaterales que impidieron el desarrollo de la región.
El desplazamiento fue una de las grandes consecuencias de la guerra, los actores de la violencia obligaron a los campesinos a abandonar sus tierras, pero aun así muchos agricultores retornaron de manera irregular a sus parcelas durante el conflicto. Actualmente, la agricultura en El Dorado es una de las apuestas economías y se ha fortalecido en el marco del posconflicto, así afirmó Omaira Jiménez, comerciante de cacao, café y exconcejal del Dorado: “El impacto del acuerdo en cuanto a la economía si se ha reflejado, porque han invertido mucho y los campesinos retornan a las fincas a cultivar”.
Omaira Jiménez, comerciante y ex concejal de El Dorado
Tradicionalmente, el café y el cacao han sido la base económica del municipio y prácticamente su única fuente de ingresos, lo que supone un problema grave; si se tiene en cuenta que el precio de ambos productos es inestable. “Hubo un tiempo en el que los cultivos se trabajan a pérdida, más de dos años en que no subían los precios”, afirmó Jiménez a Directo Bogotá, resaltando la fuerte crisis económica por la que atravesó el municipio.
En el pasado muchos agricultores evitaron crear otro tipo de cultivos porque las vías de acceso dificultan el transporte, ocasionando que productos como el maracuyá y el plátano se dañaran en el trayecto, además, existían grandes inconvenientes en la comercialización, pues para hacerla posible era necesaria la presencia de muchos intermediarios a los que se les pagaba con el poco dinero de ganancia.
A raíz de esta problemática nacen organizaciones como Asofrud (Asociación de Fruticultores del Dorado), que cuenta con 132 miembros que buscan el mejoramiento de condiciones para el comercio y la producción de sus cultivos. Robinson Galindo, encargado de la administración de Asofrud dijo: “La región es un nodo agrícola y especialmente cacaotero, que se ha venido capacitando en la parte técnica, más de 90 socios, por ejemplo, ya tienen secaderos o marquesinas para el cultivo de cacao”.
ASOFRUD - Galindo, administrativo
Organizaciones como estas, que reciben apoyo de programas del Ministerio de Agricultura, las alcaldías, gobernaciones y algunas cooperativas internacionales como Socodevi, de origen canadiense; no han visto mayor cambio y apoyo estatal luego de la firma de los acuerdos de paz, “Aún se necesita más ayuda, en este momento estamos pagando arriendo y no tenemos una bodega con características técnicas para la impermeabilización del cacao”, señaló Galindo a Directo Bogotá.
Los agricultores y comerciantes del Dorado le apuestan a la exportación del cacao, pues al enviar el producto al extranjero el kilo sería vendido en 12 mil pesos, obteniendo así mayores ganancias. El director de Asofrud afirmó que para hacer esto posible se deben producir como mínimo 80 toneladas mensuales, meta que solo puede ser alcanzada teniendo mejores condiciones técnicas y logísticas, trabajando con agro insumos, cajones fermentadores y otros equipos.
Desde hace unos años se ha venido realizando, el último domingo de cada mes, un mercado campesino en el que los agricultores de las veredas altas, en su mayoría víctimas del conflicto, comercializan productos como el cacao, el aguacate, el plátano, el producto de la pesca y las frutas; esta iniciativa permite que los campesinos vendan sin intermediarios sus productos y los habitantes de este y otros municipios lleguen a comprar a buenos precios.
La mayoría de habitantes de este municipio afirman que no fueron las negociaciones de paz las que cambiaron a la región, para ellos la seguridad democrática de los 2000 fue la que le dio más tranquilidad a las tierras, que alguna vez fueron bastión de ‘Don Mario’, fundador de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, hoy conocidas como el Clan del Golfo.
Sin embargo, destacan otros consecuencias de las recientes negociaciones, por ejemplo Saúl Rodríguez, habitante del municipio afirma que: “el tema del proceso de paz ha servido bastante. Se liman asperezas, se trabaja en la reconstrucción del tejido social, antes El Castillo y El Dorado éramos prácticamente enemigos, el de un lado no podía ir al otro; ahora estamos trabajando en recuperar lo que se perdió, fortaleciendo procesos y generando diálogo”.
Con el final del conflicto, el restablecimiento de la economía se planteó como un objetivo fundamental, además de impulsar la agricultura y el comercio se ha buscado generar ingresos con otro tipo de actividades como el turismo, según algunos habitantes de El Dorado, Oscar Olaya, el actual alcalde del municipio, ha trabajado en la implementación de nuevos proyectos para aumentar el número de visitantes.
Alcaldía Municipal de El Dorado
Anderson Vera Suárez, secretario de turismo, dijo: “este es un renglón de la economía que está naciendo, se están creando estrategias”. Contó a Directo Bogotá que hay varios planes que, desde la alcaldía se están implementando, y que, aunque no han recibido apoyo económico por parte del Gobierno, han decidido ponerlos en marcha con dinero del municipio, pues consideran que es fundamental marcar un precedente.
Se ha trabajado en el mejoramiento de la vía que conduce a una de las veredas altas, así se pretenden fomentar deportes como el parapente, según el secretario de turismo uno de los objetivos es realizar en agosto de este año el primer Festival de Parapente en la región del alto Ariari. Hay otras actividades encabezadas por El Dorado, como campeonatos de fútbol con invitados de otros municipios y competencias de ciclismo a las que acuden más de 400 participantes.“Estamos en proceso de consolidar el Concejo Municipal de Turismo, trabajando con el Instituto de Turismo del Meta haciendo videos promocionales, apostándole a vías terciarias para fomentar deportes como el ciclo montañismo”, aseguró Vera.
Son muchos los retos a los que se enfrenta actualmente El Dorado, sin embargo, el fortalecimiento de las actividades económicas existentes y la apuesta por nuevas opciones de ingresos, muestran un panorama alentador para un territorio que fue campo de batalla en el pasado y ahora se constituye como uno de los principales pilares de desarrollo del Meta.