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María Fernanda Gaitán - mgaitanc@javeriana.edu.co

“Hoy hay cambios que sólo vivimos, quienes padecimos el conflicto”


Marcos Cuetia, indígena del pueblo Nasa en el municipio de Jámbalo, Norte del Cauca, apoya la misión de la consejería de derechos humanos y paz de la ONIC (Organización Nacional de Indígenas de Colombia). En este momento, trabaja junto con las diferentes comunidades y pueblos indígenas realizando una misión de socialización para fortalecer el entendimiento de la implementación de los acuerdos de paz, específicamente del capítulo étnico. Nos cuenta sobre la importancia de defender los recursos naturales y la relativa calma en la que viven hoy las comunidades indígenas tras la firma de los acuerdos de paz.

Foto María Fernanda Gaitán

DB: ¿Qué aporte le hace el pueblo indígena a la construcción de la paz?

MC: El aporte nuestro es histórico y estructural porque es en ultimas los pueblos indígenas y los pueblos afro los que le damos la identidad al país y siempre hemos reafirmado que hay una deuda del Estado colombiano con nosotros. Nuestro aporte también es la defensa del territorio, la defensa del agua y de los recursos naturales, seguimos trabajando para aportar y creemos que es posible construir una alternativa política que sea más influyente, más respetuosa de la naturaleza y que realmente se pueda construir una paz más estable y duradera.

DB: ¿Cómo fue el recibimiento de los pueblos indígenas al proceso de paz?

MC: Fue un recibimiento con mucha esperanza porque el movimiento indígena en Colombia fue uno de los actores políticos y sociales que propicio a través de las movilizaciones una salida política y negociada al conflicto armado colombiano porque prácticamente los que estamos sufriendo las consecuencias somos la población civil, sobre todo en la zona rural del país, por eso se forjo una exigencia de derecho tanto al gobierno y a las FARC y se logró dentro de los acuerdos estipular un capitulo étnico donde re-afirmamos esos principios de los pueblos indígenas.

En ese sentido sentimos que debemos seguir haciendo pedagogía no solamente en territorio indígena sino en todo el país porque aquí uno ve de muchos sectores de la sociedad y partidos políticos que prácticamente han manifestado su rechazo con otro discurso pero en el fondo sabemos que lo que buscan es que el negocio político y económico de la guerra se pueda mantener.

DB: ¿Qué temas se encuentran dentro del capítulo étnico?

MC: En el capítulo étnico, primeramente hay un reconocimiento de que los pueblos indígenas hemos sido las principales víctimas del conflicto armado porque la confrontación se dio en medio de nuestros territorios y las víctimas no solo han sido la población civil sino también la madre tierra han sido afectados los sitios sagrados, el agua, el páramo, también se reconocen los principios rectores que orientan el movimiento político indígena. Ese capítulo étnico prácticamente se dio en el último momento y casi que mediante una presión de la movilización porque el gobierno no quería pero finalmente, la comisión étnica y afro se pudo desplazar hacia La Habana.

Nosotros como pueblo indígena llevamos un documento de 20 páginas pero en las 310 páginas del acuerdo, el capítulo étnico quedo en menos de 4 páginas, no está todo lo que se quisiera pero esta lo estratégico porque ese acuerdo no es la paz en sí, es un acuerdo para terminar un conflicto armado de 50 años para sobre esa base construir la paz.

DB: ¿Cómo se ha visto afectada la comunidad indígena por el asesinato de líderes sociales?

MC: Uno de los fenómenos que se ha dado a dos años de firmados los acuerdos de paz y que no es nuevo sino que se intensifico fue la amenaza, el desplazamiento, el exilio y el asesinato de líderes y lideresas sociales, defensores de derechos humanos. Ha sido un fenómeno por los que están en contra de la paz porque la paz también tiene sus costos, y como movimiento indígena son los costos que nos ha tocado asumir.

El pasado 9 de agosto junto con la ONIC, entregamos un informe a la JEP sobre todos los líderes indígenas que han sido asesinados desde los años 70 a la fecha, casi tres mil líderes han sido asesinados por efectos del conflicto armado, ese riesgo lo seguimos corriendo porque dentro de las regiones hay otros actores de violencia, el riesgo esta y hablar de autonomía, de control territorial, de derechos implica riesgos, yo creo que es un desafío que tanto a nivel colectivo y a nivel individual nos toca asumir. Muchas veces somos señalados, estigmatizados y reducidos por los grandes medios de comunicación, siempre nos acusaron de ser de las FARC, en cada movilización nos señalaban de ser promovidos por las FARC y en los territorios las FARC nos acusaban de ser gobiernistas, colaboradores del ejército, de los paramilitares y asesinaron muchos líderes, médicos tradicionales y guardias indígenas.

DB: ¿Qué ha cambiado a dos años de la firma de los acuerdos de paz?

MC: Hoy hay unos cambios muy importantes que solo los sentimos, los vivimos, los que padecimos el flagelo de un conflicto armado en las comunidades indígenas, creo que el solo hecho del silencio de los fusiles o el ruido de las bombas entre las FARC y el gobierno se siente un gran cambio, hay una relativa tranquilidad en los pueblos porque ha cesado los bombardeos, los hostigamientos, las confrontaciones permanentes a los pueblos, a los puestos de policía, las amenazas, las militarizaciones de los territorios hay un cambio en ese sentido.

Sin desconocer que de todas maneras no ha llegado la paz como tal uno, porque hay nuevos actores armados el caso del ELN, EPL, los paramilitares y los mismos disidentes de las FARC que no se acogieron al acuerdo y también porque no se han resuelto las causas y los problemas estructurales que generaron el conflicto armado en Colombia. No es suficiente pero si hay un cambio bastante notable, estamos a la expectativa y vamos a ver como evoluciona.

Dirección editorial: Bibiana Mercado

Cátedra Análisis de Conflicto

Coordinación editorial: María Camila Pérez Godoy

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