María Ximena Figueroa, Martha Cardona y Dagmar Hernandez hacen parte de la Red de Mujeres Chaparralunas por la Paz, una organización que ha trabajado durante 15 años empoderando a la mujer rural por medio del acompañamiento y asesoramiento a comunidades y organizaciones campesinas, víctimas, indígenas y afrodescendientes en temas de juveniles, de género y participación política para la construcción de paz en la región.
Foto cortesía Red de Mujeres Chaparraluna
Directo Bogotá: El acuerdo de paz buscó darle a la mujer un papel protagónico en la construcción de paz. ¿Esto es aún un sueño o Colombia ha avanzado?
Dagmar Hernández: Relativamente en los estudios del Acuerdo dice que hay tantos puntos donde dice mujer, mujer, mujer. Pero lo más importante es que está en el Acuerdo, y como pasa con cualquier Plan de Desarrollo, hacen una política pública de mujer y género, pero si nosotras las mujeres no la tenemos, no la apersonamos y no decimos bueno mire que en el acuerdo dice esto de las mujeres, ahí se va a quedar.
DB: Ustedes venían haciendo un trabajo importante antes del acuerdo de paz. Con la firma del acuerdo este trabajo ¿mejoró, empeoró o sigue igual?
Martha Cardona: Pues yo pienso que los más importante es que hemos logrado que el gobierno y otros países lleguen hasta nuestro territorio que ha sido tan golpeado por el conflicto armado. Hemos conocido las diferentes vivencias de muchas mujeres que han vivido el conflicto donde antes no podía siquiera, nosotros siendo de la región, llegar como era el Cañón de las Hermosas, Planadas. Siendo de aquí nos sentíamos en una jaula porque no teníamos el acceso a esas tierras.
Hemos ayudado a construir los PDET que eran nuestras iniciativas que quedaron plasmadas, porque para nadie es un secreto que estábamos olvidados por el gobierno, porque aquí el gobierno como tal no llegaba porque aquí los que mandaban eran grupos armados, aquí se hacía más ley por ellos.
DB: ¿Chaparral ha sentido que sí hay paz o sigue igual a cuando las Farc estaban armadas?
DH: Con relación a la mujer, con el acuerdo de la Habana se vio la situación de la mujer rural. La mujer rural siente alivio porque en la época del conflicto no había sosiego en las fincas, los aviones fantasma, la inseguridad, las minas antipersona, el tránsito. Entonces actualmente gracias a los acuerdos de la Habana, cambió la vida. Para la mujer con estos acuerdos se nos abrieron muchas puertas porque está aportando a que las mujeres que vivían con el esposo, ellas tengan derecho a tener su terreno, su finca, su propiedad que no solamente la finca es de mi marido solamente, sino que ella va a ser parte de eso.
DB: ¿Qué papel están cumpliendo las mujeres chaparralunas en su región tras la firma del acuerdo?
María Ximena Figueroa: Como mujeres, es decir, como organización hemos logrado que en primera instancia que las mujeres reconozcan que existe un Acuerdo de Paz y que elementos tiene ese Acuerdo de Paz. A través de la Operación sirirí, estamos permanentemente revisando, no solamente el contenido que está ahí en el Acuerdo, sino también los nuevos decretos que han salido a la implementación de los nuevos acuerdos de paz.
DB: Si tuvieran que elegir ¿cuál creen ustedes, como mujeres, que es el principal reto que tiene hoy el país de cara al acuerdo?
MC:: Esto es un proceso a largo plazo que apenas está iniciando, de alguna manera debemos articularnos la sociedad civil, el ente gubernamental y el ente internacional para que esto funcione. Hay mucha gente dice que no se ha visto el recurso humano, pero lo que hay que darle a entender a la gente que apenas lo estamos construyendo. Acá tenemos un capital humano con todas las ganas de salir adelante, no nos podemos quedar ahí y empezar a construir desde lo que tenemos, porque todo nos puede ser que nos den sino contribuir a que esas cosas se den, a un futuro mejor, para nuestras comunidades, nuestras organizaciones.
Dirección editorial: Bibiana Mercado
Cátedra Análisis de Conflicto
Coordinación editorial: María Camila Pérez Godoy